Capítulo 43

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POV MIRTA DAVIS

Salí del pasillo buscando a Max con la mirada instantáneamente, seguía en el mismo lugar donde lo dejé.

—Iré por James—, le informé a Alina, ella asintió alejándose.

Me escabullí entre las personas llegando a la barra. Había sido testigo de lo inhumano que fue Max con el sobrino del juez, me gustaría decir que conocía sus límites, pero la realidad era que no lo conocía a fondo y eso lo volvía aun mas peligroso y James por otro lado, era un guardaespaldas, siempre cargaba con su arma aun estando en sus días libres, yo no quería mas problema del que ya tenía, conocer a Flavio me dejó demasiado tensa y ahora tener que lidiar con esto.

—Mirta—, emitió Zack al verme, James giró su cuerpo sobre el taburete.
—Hermosa—, saludo fijando sus ojos en mí.
— James—, dije curvando mis labios en una sonrisa que más bien parecía ser una mueca.
—Te extrañé—, soltó él moreno sin más.
—Bueno imagino que desean hablar, los dejo solos—, manifestó Zack, llevé mis ojos a él suplicándole con la mirada que no me dejara.

Lo maldije cuando se dio vuelta marchándose.

—Hermosa, he venido a disculparme—, explicó james.
—James, yo…—
—No digas nada, sé que lo arruiné—, expuso.
—Salgamos, por favor—, pedí.
—¿Qué? —
—La música esta muy alta, es imposible que hablemos en un ambiente como este—, sostuve.
—Tienes razón—

El se puso en pie llevando su mano a mi espalda baja conduciéndome por el club hacia la puerta principal, miré atrás asegurándome de no ser vista por la bestia que me acompañaba.

Salimos del club alejándonos unos metros.

—Te quiero de vuelta—, declaró delante de mí.
—James—, susurré tomando aire.
—Sé que excedí los límites y de verdad lo siento, no debí reaccionar de tal modo, cometí un error al querer llevarte a mi paso cuando aun eres algo inmadura y lo acepto, pero no quiero seguir sin ti, te he llamado un montón de veces, te he enviado miles de mensajes y no contestas a ellos—.
—No contesto porque tu y yo ya cortamos, es lo que hacen las personas cuando rompen, superarse el uno al otro—, expliqué serena.
—No hemos cortado, solo estamos en crisis, todas las parejas pasan por ese momento—
—No somos una pareja—, contrarresté. 
—Mirta, nena, te amo—, soltó de la nada acercándose.

Me quedé en silencio.

—Por favor, dame una oportunidad, arreglaré las cosas, te daré tu espacio, si quieres ir de clubes con tus amigos, puedes hacerlo no interferiré con eso, si por el momento no quieres casarte, si quieres seguir comportándote como una puberta, si quieres ir en contra de la corriente…—
—James—, lo llamé.
—Yo intentaré comprender…—
—James—
—Solo dame una oportunidad, para poder…—
—¡James! —, grité para que se detuviera.

Cubrí mi cara con mis manos exasperada.

—No—, emití con mis ojos cristalizados.
—¿No? —

—No—, sollocé dejando escapar una lágrima.

El bajó su cabeza. Cerré mis ojos un segundo tragándome lo que estaba sintiendo en ese momento.

—Vamos a otro lado—, pidió sujetando mi brazo.
—¡No! —, proclamé zafándome de su agarré.
—Mirta—
—No iré a ningún lado—, aseveré.

James me dio la espalda mirando a la calle. Me dolía esto, más que a él.

—Lo siento, de verdad—, expresé dándome vuelta con intención de volver al club, en ese instante James me detuvo tirando de mi brazo dándome vuelta, volví a zafarme de su agarré, sin embargo, esté nuevamente echó su mano sobre mi siendo detenido por alguien.

Seduciendo a un Walton Waar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu