Capítulo 28

7.6K 483 9
                                    

POV MIRTA DAVIS

—Señorita Mirta, su desayuno—, habló Dione.

—Gracias—

—Me siento fatal, no volveré a tomar otra vez, esta cruda me está matando—, anunció mi madre tomando asiento delante de mí, sostenido su cabeza.

Me encontraba tomando el desayuno en la terraza exterior.

—Le traeré algo para la resaca, señora Davis—, manifestó la chica del servicio.

—¿A dónde diablos te fuiste anoche, mamá? Te busqué por todos lados, hubiese regresado a casa sola de no ser por Hugo y Nora—, indagué.

—Cariño, que te he dicho de los impropios—, corrigió Bernadette.

—¿Mamá a donde te fuiste anoche? —, insistí.

—Me fui con Lucas y Charlotte al bar del hotel, luego de darnos cuenta de que esa gala más bien era una humillación para cada familia presente. Los Walton nos escupían en la cara toda su buena fortuna, fue la fiesta del año, toda esplendorosa y ostentosa—, espetó Bernadette tomando de mi jugo.

—No lo sé…, yo vi la otra cara de la moneda—, canturreé clavando mi cubierto en las frutas de mi plato.

—¿A qué te refieres? —, inquirió mamá.

—¿Sabías que Will y Erick se odian a muerte? — pregunté confusa, —O sea, si tenía conocimiento de que no se llevaba muy bien, pero ¿al grado de golpearse como sacos de boxeo?  

—Ah…—, se detuvo Bernadette, —creo que es problema de los Walton, los cuales no nos incumben, esa familia encubre todos sus problemas siempre y los que no logra esconderlo pues paga para que lo hagan, aún recuerdo como Erick desapareció en tan solo un día toda la noticia que se filtró de su novia drogadicta, debió de pagar una millonada—

No dije nada.

—¿Saldremos de compra? Quiero llevarte a una nueva tienda—, expresó mamá.

—Lo siento, mamá, pero hoy mismo regreso a Wisconsin—, informé.

—¿Cómo? ¿Por qué tan pronto? —, indagó.

—Necesito concentrarme en mi proyecto y estando en Minnesota será imposible hacerlo, no con todos los cotilleos que desatará la furia Walton, la fiesta de anoche dará mucho de qué hablar—, admití.

—Bueno, en ese caso, le pediré a James que te llevé hasta el aeropuerto—, sostuvo ella.

—No…—, me negué rápidamente, —no es necesario, Azumi condujo desde Wisconsin, regresaré con ella—

—Es un viaje largo para ser en auto—, se quejó mamá.

—Descuida, seremos cuidadosa—, aseguré.

—Señorita Mirta, la señorita Zhang vino por usted—, anunció el ama de llave apareciendo en la terraza.

Me puse en pie acercándome a mi madre, abrazándola.

—Buen viaje, cariño—, se despidió mi madre besando mi frente, —te amo—

—también te amo—, respondí.

—¡Por favor, que alguien le traiga algo para la cruda a la señora Davis! —, vociferé separándome de ella haciéndola reír.

—Mamá—, la llamé, —Podrías por favor, no pelear con Nora mientras no estoy—, supliqué.

—Mirta—, emitió ella.

—Al menos intentarlo—

—De acuerdo, lo intentaré siempre y cuando la señora de Myers no se atraviese en mi camino—, aseveró Bernadette.

Seduciendo a un Walton Donde viven las historias. Descúbrelo ahora