Resiste: Nuestro amor es para siempre, CYA

Capitulo 3: Sorpresa a la salida

POV ANASTASIA

Estoy en la escuela. Apesta. Mi padre me dijo que me recogería a la salida. Y que si no estaba que me preocupara porque la golpiza que recibiría no me dejaría caminar como en una semana. No creo eso, mi padre nunca ha sido así y ahora no creo que se ponga agresivo.

Cuando las clases terminan estoy indecisa no sé si salir o quedarme un buen rato, para salir con una sonrisa y decirle, vez nunca salgo a la hora, los profesores siempre piden algunos favores cuando terminan las clases pero decido ser una buena niña y salir.

Con mi primer pie a fuera de la escuela me sorprendo por no ver el auto de mi padre y tampoco a mi madre. Suspiro, tendré que esperarlo. Un estruendo se escucha por todo el lugar y mi piel se eriza. Lo conozco muy bien. Me doy la vuelta y veo que mi novio viene montado en su moto. Sonrió como una boba. Me acerco donde ha aparcado.

-hola- le digo con una sonrisa.

-hola niña bonita- dice. Esta sentado en la moto y me atrae hacia el y me abraza.

-no sabes cómo te he extrañado pero no puedes estar aquí. Mi padre en cualquier momento va a llegar- le digo mientras beso su nariz.

-no lo hará. Está trabajando en una construcción con mi hermano y por lo que me dijo tendremos un par de horas para estar juntos. ¿Dónde quieres que vayamos?-

-al lago- digo sin dudarlo. Amo ese lugar.

-entonces vamos- me entrega un casco de seguridad y me lo coloco. Tomo posición detrás de él y me abrazo a su abdomen. Amo estar así con él. No entiendo porque no quieren que estemos juntos. Estamos hecho para estar juntos.

Conduce con cuidado por las calles pero a una buena velocidad. En unos más o menos 10 minutos llegamos al lago. Lo bueno es que he aprendido que por cualquier motivo debo llevar short debajo de la falta, nunca se sabe cuándo Cristian llegue por mí. Bajamos y nos acomodamos en la hierba. El aire fresco de la primavera invade todo mi cuerpo y me relaja.

-sabes que de ahora en adelante nos constara más encontramos- le digo a Cristian. Lo escucho suspirar.

-lo sé pero no dejare que pase tan fácil. No quise llamarte porque sabía que tu padre podía estar al pendiente de tu teléfono- me dice con rabia.

-no tengo teléfono. Me lo confisco cuando llegue después de nuestra cita- digo y me acuesto a su lado.

-nuestros padres son tan raros. Ellos encontraron al compañero de toda la vida y a nosotros no nos dejan tranquilos. ¿Qué tiene de malo que nos amemos?- me dice.

-amarnos nada. Solo que no tengo dinero y eso es lo que me hace especial. Nuestras clases sociales son tan distintas. Tu casa es 20 veces más grande que la mía y tránsito en locomoción publica y tú en Audi- le digo. Me abrazo a él y me abraza de vuelta.

-también lo sé. Mi madre va a organizar una cena donde está invitando a su mejor amiga y a las hijas de ellas. No voy a negar que son lindas pero ninguna te llega a los talones. Mi madre quiere que me junte con ellas para ver si congeniamos y salta el amor- me tenso cuando dice eso. No quiero que este con otra mujer. Es el mío, como yo soy de él.

-no me gusta eso. Además existe la posibilidad de que te guste alguna de ella, ya que estarás más tiempo con ellas que conmigo. No quiero perderte Cristian pero la vida nos la está poniendo difícil. No sé qué vamos a hacer si no nos vemos más- digo. Me levanto y llevo mis rodillas a mi pecho y los abrazos. Tengo demasiado miedo de que esto ocurra.

-no pienses eso. Siempre encontraremos la forma de vernos. Puedo sobornar a algunos de tus compañeros y también te puedes escapar y nos juntamos unos minutos. Ana hay mil formas para que nos encontremos. Pero nunca dudes de mi- me dice mirándome directamente a los ojos.