Epílogo

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Tiempo después

POV ANASTASIA

-mami, me saque un A+ en el trabajo de la civilización maya. ¿Dónde está papá? Le dije que le mostraría los resultados cuando la maestra me lo entregara- dice Teddy entusiasmado. Ese trabajo lo hicieron los dos solos y estuvieron hasta tarde. Desde que Teddy entro en la escuela, Cristian llega siempre temprano para ayudarlo con sus tareas. En cambio yo, me hago responsable de las tareas que mande el jardín de Phoebe.

-aún no ha llegado. Se le presento un problema en la empresa. ¿Quieres merendar algo? Tengo un poco de jalea con fruta en le nevera, por si te tientas- digo mientras lo beso en la mejilla. No puedo creer que haya cumplido 7 años. Es muy alto para su edad y se parece demasiado a su papá.

-no es mala idea. Además me mandaron una tarea. Tengo que hacer una maqueta sobre el bosque del Amazonas- dice y hago una mueca. Supongo que otra vez nos quedaremos hasta tarde haciendo trabajos de los niños.

-está bien. Ve a sentarte en alguna de las mesas mientras te sirvo. Tu hermana debe de estar por llegar. El furgón debe de llegar pronto. No hay gente en el negocio pero, si llegara, me llamas a gritos- digo. El asiente. Sabe lo que tiene que hacer cuando no estoy cerca.

Le llevo su colación a la mesa que escogió, que es justo la que queda a un lado del mesón. Desde hace un tiempo que le gusta esa mesa y ya sé porque. Hace unos días, ingreso una persona en situación de calle y se asustó. Lo primero que hizo fue esconderse detrás del mesón y no salió hasta que el hombre se fue. Ahora, esa mesa no la mueve nadie. Me sonríe y comienza a hacer las demás tareas. Es la rutina que le hemos inculcado.

El sonido de la bocina del furgón, me indica que la princesa acaba de llegar del jardín. Limpio mis manos y apago todas las ollas que tengo puestas y bajo la temperatura del horno. Llego justo cuando la asistente del chófer, la está ayudando a bajar. Hablamos cordialmente y luego entro con mi pequeña.

Teddy es la primera víctima de su hermana. Se le lanza a los brazos, haciendo que ambos terminen en el suelo y todo lo que estaba en la mesa, disparado para cualquier lado.

-Phoebe, no me saludes así. Eres... eres...eres una niña mala- dice mi niño enojado. Se vienen problemas. Mi niña al escuchar que le dicen que es mala, comienza a llorar. Teddy cierra los ojos y cuenta hasta veinte.

-¿Qué es lo que pasa aquí? ¿Por qué Phoebe está llorando?- pregunta Cristian. El acaba de llegar de su trabajo y el punto de reunión de la familia es el local.

-papá. Phoebe tiro todas mis cosas al suelo y estaba haciendo los trabajos que mandaron de la escuela. Ella no puede ser tan... tan... loca- dice mi niño y juro que contengo mis ganas de reír. Es tan igual a su padre cuando no le gustan ciertas situaciones. Recojo a mi pequeña y la intento consolar.

-no soy mala, mami- dice en mi cuello mientras sigue llorando y no son lágrimas de cocodrilo.

-ya bebé, no llores. Que te vas a poner fea. Además, sabes que Teddy está haciendo sus trabajos. Si quieres abrazarlo, debes de ser más cuidadosa. Has hecho un desastres con los útiles de tu hermano- digo mientras acaricio su espalda. Ella asiente con la cabeza y luego mira en dirección a Teddy.

-lo chento, helmanito- dice y juro que mi corazón se acaba de derretir. Teddy mira a su padre y niega con la cabeza. Se acerca a mí y me agacho para quedar a su altura.

-mi eres una niña mala, solo eres traviesa. Pero, me caes bien y si, te perdono- dice mi niño. Su hermana sale de mis brazos para abrazar a su hermano. Estos dos son como uña y mugre. Por más que lo saque de quicio, Teddy ama a su hermana con locura. Cristian se acerca para saludarme con un beso en los labios. A pesar de ser un día de locos, esos simples besos, me recargan de una fuerza gigante.

Resiste: Nuestro amor es para siempre, CYAWhere stories live. Discover now