Una joven de 17 años que enamora de un joven que la salva de lastimarse.
Un joven de 18 años que se enamora de la mujer mas bella que ha visto.
Un amor que nace de la nada pero crece rápido y se hace fuerte.
Un problema, distintas clases sociales. L...
-no tengo ganas de salir. ¿Por qué no me dejas tranquilo?- le respondo a mi madre. A ella se le ha metido en la cabeza que conociendo a más chicas puedo olvidarme de Ana. Como odio esa manera de pensar.
-hijo las hijas de Elena, Isis y Fedra están haciendo una fiesta en un bar en la cuidad. Algunos de tus compañeros también van. Por favor, solo serán un par de horas y después vuelves. No te estoy pidiendo la cura del cáncer, por Dios- me mira.
-si voy, ¿Me dejaras tranquilo?- la miro.
-claro-
-está bien- No creo que pasar unas cuantas horas con las odiosas de las hijas de las amigas de mi madre.
Me baño y me visto cómodamente. Uno jeans negro, zapatillas a juegos, una camisa blanca y un pollerón plomo con bolsillos. Busco las llaves de mi moto, algo de dinero y mi teléfono.
Anoche hablamos con Ana hasta la madrugada por medio de mensajes y me dijo que hoy tenía que trabajar en la noche así que salía como a las 6 de la mañana. Ella me contó los planes que tiene cuando cumpla los 18 años. Ella no sabe que también tengo pensado irme de la casa. Me importa una mierda si pone en el grito en cielo pero pasar mis días con ella es lo que quiero. La amo.
Diablos, si se entera que estoy saliendo con estas niñas me va a matar y mandar a freír monos a la china.
Bajo y mi madre me espera con una sonrisa y mi padre está leyendo algo en diario. El que no está muy contento es Elliot que me indica con la cabeza que me espera afuera para hablar.
-pórtate muy bien hijo y disfruta- me dice mi madre. Salgo de la casa y me fijo que mi hermano está apoyado en la pared. Me está mirando y sé que está enojado.
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-suéltalo- le digo.
-vas a cometer un error si vas a esa fiesta con esas señoritas. Si Ana se llega a enterar te va a mandar a punta del cerro y por mucho que te quiero no hare nada para ayudarte. Cristian, Ana te quiere más de lo que ninguna de esas lo hace. Se ha enfrentado a mamá, a su papá y a todos los que esté en contra. No la defraudes de esa manera- me dice.
-lo sé. Solo quiero que mi madre me deje tranquilo. Ella es una pulga saltando a mí alrededor y me enferma. Ella siempre logra que haga las cosas a su manera- gruño.
-pues eso significa que no has sido destetado aun, Cristian. Mi madre es clasista y discriminadora. No es buena combinación. Si vas, yo te acompaño. También evito que te metas en problemas. Deja la moto y vamos en mi camioneta- yo asiento con la cabeza.
Llegamos al lugar en media hora. Son casi las doce. Elliot me dice que baje mientras busca estacionamiento. Entro al lugar y está lleno. Busco y encuentro al grupo de cacatúas al fondo. Isis, unas de las hijas de Elena me mira como si fuera carne fresca. Me acerco a ellas y me siento en la esquina del asiento.
