Capítulo 26

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Una semana más tarde

Fruncí mis labios y tragué saliva tras divisar el edificio de papá a pocos metros de mi. Estaba nervioso y tenía miedo de entrar después de todo lo que había pasado.

Presioné mis manos durante algunos segundos y me llené de valor para entrar. Tarde o temprano, iba a tener que volver a verlo y charlar sobre lo ocurrido. Ya no era un niño que se callaba y guardaba en lo mas profundo de su corazón todo aquello que le afectaba.

Avancé por el pasillo de la planta baja, saludé al portero y fui hasta el ascensor,donde presioné el botón del piso correspondiente al que debía subir.

Con cada luz que avanzaba en la parte superior, que me indicaba que estaba cada vez más cerca, hacían que mis nervios incrementaran de una forma que no era capaz de controlar ni siquiera tomándome veinte calmantes. Pero me ví obligado a tragarme todo aquello que hacía a mis manos temblar y avanzar cuando el elevador se detuvo y sus puertas se abrieron.

Salí del cubículo para comenzar a caminar entre aquellas paredes que tantas puertas con diferentes números tenían, hasta que encontré la que era de papá y me quedé como un imbécil viéndola durante varios minutos.

Levanté mi celular y miré la pantalla. Eran las nueve del sábado,seguro aún dormía así que tendría un mínimo tiempo para distraerme y hacer el desayuno. Era lo único que se me ocurría para romper el hielo.

Busqué las llaves en el bolsillo delantero de mi abrigo y las llevé a la cerradura tratando de no pensar en nada. Y aquel leve sonido que hacía al desbloquearse,me hizo empujar la puerta de forma automática, como si fuera un acto reflejo en todas las personas.

Silencio,era lo único que podía oírse en todo el perímetro del departamento, lo que causaba en mi una tranquilidad que bajaba mis nervios casi al mínimo.

Cerré la entrada con una vuelta de llave detrás de mí y avancé por aquel pequeño pasillo, entrando en la cocina antes de ir a la sala de estar.

Arroje mi mochila junto al refri y lo abrí para comprobar si tenía lo suficiente para armar un desayuno. Para mi sorpresa, estaba casi lleno, cosa que no pasa muy a menudo.

-Mejor para mi -Dije,cerrando la puerta con un leve empujón.

Saqué mi celular del bolsillo de mi pantalón, busqué mi cargador en la mochila y moví mi trasero en dirección a la sala de estar, no tenía batería y si llegaba a ponerlo en la cocina, terminaría en el suelo como la última vez.

Pero al atravesar aquel marco que separaba el pasillo de entrada con la amplia habitación, sentí ganas de vomitar todo lo que tenía en mi estómago.

El olor a alcohol y cigarrillos era asqueroso, todo estaba sucio y algunas cosas podían verse rotas a simple vista. Pero eso era lo de menos, lo que más repulsión me daba, era el hecho de ver a mi padre totalmente desnudo junto a una mujer en iguales condiciones y todo lleno de...semen.

Quise retroceder, irme de aquel sitio antes de que me desmayara del asco, pero ví como aquella chica de cabello decolorado había comenzado a removerse en el sofá a medida que abría sus ojos.

-Mnh...¿Bas?-

Mi labio inferior tembló y sentí pena por mi padre al reconocer quien estaba a su lado. Su vecina, aquella mujer a la que tantas veces había visto prostituirse, ahora yacía de piernas abiertas sobre aquel sofá donde yo había pasado tantas tardes.

-No -Respondí con mi garganta ardiendo -Su hijo -

La jóven de cabello decolorado abrió más ampliamente sus ojos y llevó una de sus manos a su cabeza, sin siquiera preocuparse por cubrirse.

Mundos Paralelos 4: "Cristales Rotos" (LGBT)Where stories live. Discover now