Mundos Paralelos 4: "Cristales Rotos" (LGBT)

Capítulo 83

"Diez de la noche..." Pensé, algo sorprendido pues creía que era más temprano en realidad.

Luego de aquel pedido a Aiden, estuvimos un rato juntos, pero el decidió irse a su casa unas horas para buscar algunas cosas que quería traer aquí consigo.

Me había quedado solo por un tiempo, pero no fue como si no pudiera soportarlo. Había venido una de las enfermeras que mejor me caía varias veces y me había acompañado mientras Aiden estuvo ausente.

El volvió hacía no mucho, con una mochila que me daba bastante curiosidad, pero ahora se había metido al baño para ducharse y tan solo podía esperar a que saliera y, si quería, que me mostrara que traía allí.

Suspiré, al mismo tiempo que levantaba mis dos piernas y las subía al sillón para pegarlas a mi pecho. Dejé mi cabeza apoyarse sobre ellas y miré fuera de la ventana, viendo las luces decorar la calle junto con la nieve que no dejaba de caer. Era increíblemente hermoso. Nunca me cansaría de ver aquello, pero no quería hacerlo dentro de este cuarto. Ya deseaba irme.

Sonreí, ya que me había puesto a imaginar en la cantidad de bonitos momentos que podría vivir junto con el rubio. Estaba muy ansioso y a penas podía imaginarme que ocurriría entre nosotros más adelante. No era capáz de evitar que mi rostro se pusiera rojo de la vergüenza al pensar en todo eso. Me causaba gracia pues parecía una colegiala de quince años que pasa por su primer amor. Pero no podía controlarlo. Tampoco es como si quisiera hacerlo, eran sentimientos que no me disgustaban en lo más mínimo.

Y entonces, mis oídos captaron la puerta del baño abriéndose y mi corazón pareció comenzar a bombear sangre más rápido de lo normal. No podía voltear o sentía que el solo hecho de mirar a los profundos ojos de Aiden, me haría desmayarme.

-Que frío que hace por Dios. ¿No crees? -Dijo con voz temblorosa, causándome así un escalofrío.

-U-un poco...-Respondí, sin voltearme a verlo.

Ví por el reflejo del vidrio como su cuerpo se detenía a verme, a la vez que una sonrisa se dibujaba en su rostro. Entonces, cuando volvió a caminar,cerré mis ojos y dejé de percibir sus movimientos porque me ponía aún más nervioso.

-¿Seguro que sólo un poco? -Preguntó y algo cálido se posó sobre mi espalda -Parece que tiemblas -

Mis párpados volvieron a levantarse y noté que ahora tenía una manta sobre mi espalda, antes de que el chico de cabellos rubios empujara otro de los sillones y lo pusiera delante de mi para sentarse en el.

Su melena estaba húmeda y su rostro un poco rojizo por el vapor del baño, se veía muy lindo de aquella forma. No podía negarlo.

-Traje algunas cosas para ti -Comentó

Enarqué una de mis cejas y me acomodé mejor sobre la silla al ver que Aiden comenzaba a buscar dentro de la mochila que tenía a su lado. De allí sacó lo que parecía ser una carpeta, algunos sobres y un teléfono celular. Entonces, después de haber puesto todo aquello sobre su regazo, me miró con sus ojos llenos de ilusión.

-Son...algunas fotos y cosas de nosotros -Dijo -Y-yo...pensé que tal vez te gustaría ver cómo éramos de pequeños y demás -

Una enorme sonrisa se dibujó sobre mis labios al momento en el que me entregó sólo la carpeta, la cual era un álbum de fotos, y la ví decorada con muchas pegatinas de dibujos animados que se me hacían familiares.

Abrí la tapa y noté que en la parte superior de aquella hoja decía con letras grandes "Álbum de Aiden y Amery" con un corazón de color verde. Al bajar un poco la vista, mi alma se llenó de ternura al ver una foto de nosotros dos con una edad de diez y seis años tal vez. En ella, Aiden me miraba fijo y yo parecía no prestarle la más mínima atención. Pobrecito.