-Y-yo...yo lo amo -Respondí -Y nunca en mi vida amé tanto a alguien como a él -
Kasey sonrió.
-¿Hace cuanto vienes negándote con eso?- Interrogó.
-N-no lo sé...pero siempre lo amé y ahora que cayó en eso...siento que sólo yo puedo ayudarlo -
-¿En qué cayó?-
-Lo encontré alcoholizado y eso...me da terror -Hice una pausa -...por miedo a que termine como mi padre-
-Mm...ya veo a lo que te refieres. Eso puede tratarse, pero alguien tiene que estar a su lado constantemente para que deje de beber -
Miré a Kasey, quien extrañamente me sonreía.
Me había tirado una enorme indirecta y yo, la había captado perfectamente.
-Yo quiero ser quien cuide de el -Dije -No deseo nada más que eso -
El psicólogo amplió su sonrisa, pero esta se borró a los pocos segundos, devolviendo la seriedad sobre su expresión.
-Pero ahora...dime una cosa -
Asentí.
-¿Qué piensas hacer con tu novio?-
Bajé mi vista y solté un suspiro. Era algo que no quería pensar pero, dada la situación, me veía obligado a hacerlo.
-Lo correcto...sería hablar con el -Dije.
-Claramente, pero...también es necesario saber que sientes porél y, mediante eso, tomarás una decisión-
Suspiré, al mismo tiempo que me dejaba caer agotado sobre el respaldo de la silla. Todo esto, era más difícil de lo que pensaba y causaba un estrés que jamas creí tener que vivir.
-Pero creo que por hoy, avanzaste lo suficiente como para revolver en tus recuerdos y asimilar algo que negabas por alguna razón, la cual aún me queda por descubrir -Comentó -¿Crees que puedas aguantar hasta el fin de semana como habíamos quedado?-
Sequé aquellas lágrimas que habían caído anteriormente por mis mejillas y asentí.
-Si aguanté todo este tiempo, no veo porque no poder hacerlo unos días más- Respondí.
Kasey soltó una risita.
-Eres un caso bastante sencillo. Aunque sé que en el fondo hay cosas que me serán difíciles de ayudarte a solucionar -Comentó -Y...hay algo que me llamó la atención -
-¿Qué cosa?-
-Cuando nos vimos por primera vez...¿no hablabas de chicas?-
Oí la pregunta del hombre de cabellos teñidos y sentí inmediatamente como el calor subía a mi rostro. El tenía razón, le había mentido aquella vez que nos cruzamos en la calle.
-Ah...yo...bueno...-
-No tienes que darme una explicación -Sonrió -Te entiendo de algún modo, pero quiero que sólo me digas la verdad de ahora en adelante -
-Está bien, se lo prometo -
-¡Y deja de lado la formalidad! No soy tan mayor como para que me trates así -Rió.
-¿Cual es tu edad?-
-Tengo treinta y cuatro -
-¿¡Eh!? -Mi mandíbula cayó al suelo -¡Pareces de veintiocho!-
-¿Ah si? Bueno, al menos tengo esperanzas de conseguir alguna persona con la que compartir mi vida -Soltó una carcajada.
-¿N-no estás casado?- Pregunté con algo de vergüenza.
YOU ARE READING
Mundos Paralelos 4: "Cristales Rotos" (LGBT)
RandomTras aquella carta que marcará un antes y un después en la vida de nuestros protagonistas, ambos se verán delante de nuevas vivencias y situaciones que los pondrán en juego y los llevará a entender mejor que clase de sentimientos tienen realmente el...