Capítulo 93

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Era tarde, muy tarde. Gracias a la vuelta de mis recuerdos, sabía perfectamente como regresar a casa, pero no quería hacerlo aún. Sentía que no era capaz de estar allí otra vez, así que tan sólo me dispuse a vagar por lugares que ahora, conocía.

Ya no estaba enojado, pero si muy triste. Demasiado. Y sabía muy bien cuál era el motivo. No tenía otro, ni siquiera todo lo que había pasado antes con Aiden. Eso ya era historia pasada. Ahora, el único dolor que tenía, era el saber que me volverían a alejar de el.

No tenía ganas de volver a llorar cada noche mientras recordaba cuantas ganas tenía de dormir abrazado a su cuerpo. Deseaba quedarme aquí para poder cumplir todo eso ahora que ambos podíamos comenzar una relación estable. Pero el mundo parece ir en mi contra. Como si, definitivamente, no quisiera que viviéramos felices el uno junto al otro. Ahora mismo, eso me hacía odiarlos a todos, incluyendome.

Sin darme cuenta, había tomado un camino que me llevaba a casa y ya me encontraba muy cerca de ella. No tenía otra opción más que regresar. No podría evitarla por siempre. Debía enfrentar las cosas como el imbécil de veintitrés años que soy.

En ese corto trayecto que me quedaba para llegar a mi hogar, pensé en las palabras que el rubio me había dicho. Eso de que mis padres querían evitar que volviera a pasarme algo parecido en una segunda ocasión.

Aunque no me gustara ni medio admitirlo, el decía la verdad. Ellos eran mis padres y querían cuidarme a fin y al cabo, no lo hacían por maldad y yo, me quejaba de que ellos quisieran protegerme. Debería agradecerles por quererme tanto. Inclusive, ahora que mis memorias habían regresado, hasta yo tenía algo de miedo. Muchas veces me había refugiado en el alcohol y si algo malo volviera a ocurrir, podría repetir aquella acción sin ser capaz de controlarlo y tan sólo les causaría más dolor a todos.

Debería pensar mejor la decisión que tomaría, los pro y los contra que tenían ambas opciones y darle para adelante con aquella que afectara menos a todos. Incluso a pesar de que doliera.

Suspiré, había llegado, así que tomé las llaves de mi bolsillo y avancé hasta la puerta, donde las metí para quitarle el seguro. Empujé la entrada y la calidez que había dentro, me dió la bienvenida, haciéndome sentir algo más relajado pues afuera hacia mucho frío y no me había dado cuenta de que ya comenzaba a temblar.

Cerré la puerta, con dos vueltas de llave, y corrí a mi cuarto para cambiarme. Mi ropa ya estaba algo húmeda y no tenía ganas de agarrar un resfriado que acabara definitivamente con mi miserable vida.

Una vez me puse prendas que solía utilizar solo en casa, volví a la sala y me metí en la cocina, donde me dispuse a preparar un café. Mi cuerpo aún se sentía frío y quería poder calentarlo para acostarme. Mientras preparaba la bebida, iba pensando en Aiden.

Se había esforzado mucho todo este tiempo y no me abandonó en ningún instante, estuvo a mi lado desde el principio y no me ocultó nada de la verdad cuando lo encaré. Me demostró cuanto me amaba con sinceridad y me hizo enamorarme de el una segunda vez. De verdad...mi corazón nunca iba a dejar de pertenecerle.

A veces, pensaba que el amor verdadero era imposible, una cosa irreal que no era capaz de ocurrir en nadie. Pero, ahora que recordaba por todo lo que habíamos pasado y que, aún así, seguía amandolo con toda mi alma, podía asegurar que no era ninguna broma.

El amor de verdad existía y yo, era una de sus víctimas. Aunque no me arrepentía de ello. Estaba feliz por ser capaz de tener un sentimiento así de fuerte.

Sonreí involuntariamente, al mismo tiempo que servía el líquido café dentro de una taza.

-Aiden...tomé una decisión -
.
.
.

Abrí mis ojos una vez más. Había dormido muy mal, me desperté varias veces y soñé cosas que me obligaron a estar lúcido buenos ratos. Pero, esta vez, no pude volver a pegar mis párpados.

Solté un suspiro y giré en la cama, estiré mi brazo y tomé mi celular para ver qué eran las ocho de la mañana. No tenía más opciones que levantarme, no pensaba quedarme mirando al techo mientras divagando en la nada.

Aparté las sábanas y bajé mis pies de la cama, recibiendo un escalofrío ante la diferencia de temperatura que había entre mi cuerpo y el suelo. Salí de mi cuarto y fui hasta el baño, donde me peiné y lavé mis dientes. Una vez listo, me dirigí hacia la sala, pensando que estaría solo pero, para mi desgracia, estaban mis padres allí.

Al verlos, una ola de nostalgia y emoción acudió a mi, lo cual me hizo desesperar un poco pues, sabía que iba a ponerme así si no me preparaba antes de verlos. Pero me sorprendieron al estar aquí y ni siquiera me dieron un margen de tiempo para no largarme a llorar al tenerlos delante.

-Hijo, buenos...-Andy se detuvo a mitad de la oración al ver mis mejillas cubiertas de lágrimas -Amery...¿por qué lloras?-

No pude evitar sonreír entre lágrimas al ver sus rostros y recordar todo lo que habían hecho por mí y cuanto los quería.

-N-no saben...cuanto l-los extrañé -Dije entre sollozos.

Los dos fruncieron sus ceños y se miraron confundidos, antes de caer en cuenta a que me refería con aquello que acababa de decir.

-¿A-Amery?- Preguntó Ivan a medida que se ponía de pie.

-S-si -Asentí -Mi memoria...v-volvió -

Mis dos padres sonrieron felizmente y se abalanzaron sobre mi mientras pronunciaban mi nombre entre lágrimas de alegría.

-¡Volviste! -Decía Andy, totalmente eufórico.

Sus cuerpos, llenos de aquella calidez que tan bien recordaba, me volvían a brindar aquella seguridad y amor que tanta falta me habían hecho todo este tiempo. No quería que me soltaran nunca más. Deseaba que se mantuvieran así para que el tiempo no pudiera transcurrir y pudiéramos ser felices de esta forma.

Pero, pasados algunos minutos, ellos se separaron un poco de mi y me observaron detenidamente. Entonces, de repente, sus sonrisas disminuyeron un poco y ambos se miraron un par de veces.

-Ahora que recuerdas...hay algo de lo que debemos hablarte -Dijo Ivan con cuidado.

Negué con mi cabeza.

-No hace falta. Ya lo sé -Solté, provocando que sus ojos se abrieran de par en par -Sé...que quieren llevarme de vuelta a Los Ángeles -

-Pero...¿c-como...?

-Eso no importa -Interrumpí a mi padre menor -Lo pensé mucho y he tomado una decisión con respecto a ello -

Ambos volvieron a mirarse una vez más y, pasados algunos segundos, asintieron.

-De cuerdos. Te escuchamos -Dijo Ivan.

**********

Diosito santo. Aquí es donde mejor corro para no morir.

Amery se reencuentra con sus padres y les dice que su memoria regreso. De esa forma, ellos van a contarle lo que tenían pensado pero el castaño se les adelanta.

Nuestro niño tomó una decisión, ¿cuál creen que fue? ¿Se quedará? O...¿se irá otra vez?. Lo sabremos en el capítulo que sigue!

Dios, son las 1:00 en mi país. Mañana tengo clases, pero no quería dejar sin subir capítulo, así que mejor me voy o mañana no viviré jajajajaja.

Los quiero con todo mi corazón y espero leerlos en la próxima!!!💞💓

Mundos Paralelos 4: "Cristales Rotos" (LGBT)Where stories live. Discover now