Capítulo 35

16 3 6
                                    

-Avísame cuando llegues a casa. ¿Si?-

Hass me prendió el último botón del abrigo que me había prestado y depositó un beso rápido en mis labios.

-Iré al mercado primero, te mandaré un mensaje cuando esté en casa -

-Bien -

Salí fuera del hogar del pelirrojo y una ráfaga de viento matutina me dió una fría bienvenida. Al menos el abrigo era lo suficientemente calentito como para mantenerme abrigado durante el inicio de la temporada de baja temperatura.

Giré sobre mis pies y miré al desaliñado joven que tenía frente a mi. Despeinado, con cara de dormido y en ropa interior como si nada.

-¿No irás a la Uni tu? -Pregunté.

-No, ya le dije a papá que tu no vas por estar herido y yo no lo hago porque mamá me pidió ayuda en unas cosas, luego te contaré con más detalle- Movió su mano sin darle demasiada importancia -A parte de que...no quiero estar sin ti -

Los brazos de Hass me atrajeron hacia su cuerpo y besó mi frente con sus ojos cerrados. Aún se encontraba bastante dormilado.

-No morirás sin mi -Dije.

-Aún así, se siente raro cuando no te tengo cerca -

-Mnh...-Levanté mi cabeza -¿Sabes algo? -

Sus párpados se elevaron y sus ojos me mantuvieron la mirada, esperando a que respondiera mi propia pregunta. Pero mi idea no fue esa, sino que esperé a que me viera para poder besarlo en aquellos labios tan rojizos por el frío.

Él sonrió y me siguió el juego, abriendo así su boca para introducir su lengua y jugar con la mía. Una de sus manos bajó a mi trasero y apretó una de mis nalgas con un poco de brusquedad.

-Ngh...-

Hassan cortó el beso y me guiñó un ojo, causando que comenzara a sentir el rojo subir por mis mejillas.

-Vé -Dijo con aquella voz tan sensual que tenía siempre que me besaba.

-Nos vemos -

Me separé de el con mi cuerpo como una gelatina y comencé a avanzar en dirección al mercado donde comprobamos las cosas para la familia. Estaba algo lejos, pero valía la pena caminar un poco.

El sol era aquel que tenía una luz tan peculiar a tal punto de hacerte saber que eran las ocho de la mañana, la gente iba de un lado a otro a trabajar o a realizar sus distintas actividades y el movimiento de la calle ya se volvía algo molesto si no estabas acostumbrado.

Había un poco de viento y podías ver en los vidrios de algunos locales o de los vehículos, como una leve capa de escarcha los cubría. Era raro, aún no hacía tanto frío, pero si el suficiente para ya comenzar a ver a las personas con sus respectivos abrigos.

Mis pies iban a paso tranquilo y mi cabeza ignoraba absolutamente todas y cada una de aquellas miradas que yacían sobre mi por culpa de mi llamativo ojo morado. Gracias papá.

Solté un poco de oxígeno, al mismo tiempo que guardaba mis manos dentro de los bolsillos y entraba por una calle bastante transitada debido a los cafés que yacían esparcidos por un gran perímetro de dos o tres manzanas.

Avancé por las aceras un poco angostas, captando aún más la atención de quienes imitaban mi acción, y entré por otra calle ya menos transitada debido a que salía de las avenidas, aunque igualmente era un lugar con bastantes personas.

Moviendo mis pies uno delante del otro, busqué con la mirada aquel mercado al que solía transcurrir una vez por semana, viendo como ingresaban también algunas personas a las que ya me había acostumbrado a ver. Pero un par de chicos captó mi atención por completo, se me hacían conocidos.

Mundos Paralelos 4: "Cristales Rotos" (LGBT)Where stories live. Discover now