Mundos Paralelos 4: "Cristales Rotos" (LGBT)

Capítulo 71

"Esto suele ocurrir en casos de este tipo".

"Hay un porcentaje muy bajo de que el daño sea permanente".

"Deberán ayudarlo a recordar utilizando todos sus sentidos".

"Deben estar tranquilos, el los necesita más que a nadie. Hagan que vuelva a confiar en ustedes".

Las palabras del médico resonaban dentro de mi cabeza una y otra vez mientras veía a mis tíos junto a Amery, quien ya hablaba un poco más.

A penas habían pasado treinta y cinco horas desde que confirmamos que sus recuerdos estaban muy dañados y yo lo sentía como si hubiera sido un mes atrás.

El dolor en mi pecho no cesaba y la necesidad de contarle cosas al castaño cada vez crecía más, pero pocas eran las palabras que había cruzado con el pues mis tíos fueron quienes más acapararon su atención.

Yo solo me encontraba sentado junto a la ventana siempre, mientras oía las respuestas de mis tíos hacia las preguntas de su hijo, quien siempre parecía estar curioso y dispuesto a oír todo tipo de información aunque ya no fuera capaz de hacerlo.

Y entonces, cuando me encontraba mirando fijamente al techo sin hacer ni oir nada, totalmente bloqueado del mundo, Andy llamó mi atención.

-¿Si?- Dije, al mismo tiempo que giraba mi cabeza en su dirección.

El, Ivan y Amery me miraban directamente, más que nada este último, quien tenía ojos de duda hacia mi. Entonces, mi tío mas joven me sonrió.

-Quiere hablar contigo -Comentó, causando que mi pulso se acelerase.

-Ah...-Mis ojos se abrieron como platos, llenos de emoción -Claro -

-Los dejaremos solos por un rato -Dijo Ivan, haciendo que Andy girara bruscamente a su comentario.

Mi tío mayor miró de una manera que no fui capaz de entender, pero parece que su esposo si lo hizo y se puso de pie para irse de la habitación.

-Cuando hayan terminado, llámanos. Estaremos fuera -Dijo Andy, algo nervioso.

-No te preocupes -Traté de calmarlo -Los llamaré ante cualquier cosa -

Los dos pelinegros asintieron y nos dejaron a solas, por fin después de tanto rato sin moverme de aquel sillón.

Solté un leve suspiro, antes de mover mi trasero de donde estaba sentado, hasta el pequeño y cómodo banco junto a la camilla del castaño. Su cuerpo, aún con un suero, se giró levemente en mi dirección y nuestras miradas se conectaron de forma inmediata, haciéndome notar lo emocionado que se encontraba.

-¿Cómo te sientes?- Pregunté, pareciendo un idiota pues estuve casi todo el tiempo dentro de la habitación.

-Y-yo...supongo que bien -Sonrió -¿Y tú? P-pareces...cansado-

-¿Lo hago? Realmente no siento como si lo estuviera -Mentí -Supongo que lo parece pues me relajé un poco tras tu vuelta. Se me fue algo del miedo -

-Oh...ya veo -Dijo, antes de hacer una corta pausa -C-cómo...¿cómo nos conocimos?-

-Wow...hace tanto que no revolvía esos recuerdos -Sonreí a la vez que me dejaba caer sobre el respaldo del sillón -Creo que la primera vez fue cuando yo tenía ocho años y tu doce. Recuerdo...que eras un niño que al principio parecía tener una mirada fría. Yo pensaba que no me querías -

Ambos soltamos unas risas que inundaron el ambiente, haciéndolo sentir como si volvieramos a aquellas épocas en las que tan sólo éramos...dos primos y...nada más que eso. Tiempos en los que no sabíamos lo que era amar ni lo que se sentía sufrir...