Capítulo 37

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Aiden

Había llegado a casa tras haber transitado las calles a una alta velocidad mientras que las lágrimas caían en pequeñas medidas, similares a los fragmentos en los que mi corazón se había roto.

Entré a la construcción, me apoyé contra la puerta y cerré los ojos, dejando que estos soltaran por su cuenta aquellas pequeñas gotas saladas que tantos sentimientos cargaban consigo.

Estaba destrozado y no me importaba nada ahora mismo a parte de descargar todo aquello que mi pecho tenía atorado como si fuera una piedra. Una muy pesada que no creía poder aguantar durante demasiado tiempo.

Todo me salía mal. Mi padre era alcohólico, había vuelto la persona a la que más quise en toda mi vida y engañé a aquella que me había salvado de una casi depresión.

Ahora mismo, sólo pensaba en morir, en acabar con todo aquello que tanto me molestaba y ser libre de una vez. Pero el simple hecho de hacer sufrir una vez más a mamá, me obligaba a sacar aquella ridícula idea de mi cabeza con un peine fino.

Mordí mi labio inferior con fuerza, tragué saliva y me acomodé bien pues temía que en cualquier momento cayera al suelo y no fuera capaz de ponerme de pie.

Me dispuse a subir las escaleras y encerrarme en mi cuarto para no volver a salir hasta el amanecer del siguiente día, pero en ese momento, un sonido proveniente de la cocina, captó mi atención por completo.

-¡Mierda!-Oí la voz de Gael, causando que cada uno de los bellos de mi cuerpo se erizaran.

Quise subir rápido a la segunda planta de forma que no me viera, pero el hombre salió de la habitación en la que se encontraba, con un trapo entre sus manos y sus ojos notaron fugazmente que me encontraba allí parado.

-¡Aiden!-

"No, no, no ,no..." quise huir, mas no tuve la oportunidad. Él caminó en mi dirección y sus ojos vieron directamente el lado en el que tenía aquel enorme moraton.

-¿¡Qué te pasó!?-

El mayor se acercó a mí rápidamente y tomó uno de mis brazos, obligandome a girar con lentitud hasta estar directamente frente a el.

-Aiden...¿qué hiciste?- Preguntó con notoria preocupación.

-Ah...yo...-Tragué saliva.

-Te ruego que me digas la verdad -

Miré a los ojos de mi padrastro y traté de pensar en alguna excusa lo más creíble posible o que al menos me fuera útil para no tener que dar explicaciones.

No quería contarle la verdad, pocas eran las ganas que mi cuerpo tenía de charlar sobre lo ocurrido.

-¿Por qué llorabas? ¿Estás bien?-

Gael, sin darme tiempo a responder, me arrastró hasta la cocina donde me obligó a sentarme. Buscó una bolsa de hielo para acercarse y ponerla en el lado afectado y luego, se sentó frente a mi mientras sostenía el objeto frío en dicho sitio, provocando que sintiera una leve molestia.

-Yo...estoy bien -Dije, tomando la bolsita -No fue nada importante, así que no te preocupes-

-Aiden, no hace falta que me mientas. No a mi. Vienes así, herido y llorando, y me pides que no me preocupe. ¿Qué pasó? ¿Te peleaste con alguien?-

-¿Eh? N-no...yo...-Tragué saliva, antes de bajar mi cabeza y soltar lo primero que se me ocurrió -T-trataron de robarme -

-¿¡Cómo!?-

Mi padrastro, sumamente enfadado, elevó su tono de voz y se puso de pie, a lo que reaccioné lo suficientemente rápido e imité su acción para intentar calmarlo.

Mundos Paralelos 4: "Cristales Rotos" (LGBT)Where stories live. Discover now