Capítulo 87

17 3 2
                                    

Amery

Hacía mucho frío, mi nariz se enfriaba al respirar y mis mejillas se sentían acariciadas por aquel gélido viento de invierno. Todo estaba blanco, a excepción del cielo que aún se encontraba gris, pero no era menos bonito que el resto del paisaje.

-¿Vamos?- Preguntó Andy con una sonrisa sobre sus labios.

-¡Si!- Respondí.

Entonces, de esa forma, comencé a avanzar por fin fuera de aquel edificio que parecía querer tenerme cautivo por siempre. Pero ahora que podía respirar el aire fresco y caminar sintiendo como mis zapatos se hundían un poco en la nieve, estaba seguro de que ya no volvería a sentir que estaba encerrado en un lugar donde no podía descubrir cosas que ya había olvidado. Más aún cuando sentía el cálido tacto de Aiden brindándome seguridad.

A lo lejos, fuimos capaces de ver a Ivan esperándonos con una expresión de felicidad sobre su rostro. Estaba tan emocionado como yo, lo cual me hacía feliz pues él y Andy me habían cuidado y sufrido mucho.

El hombre se acercó hasta nosotros y extendió sus brazos en mi dirección, a lo que le sonreí y me acerqué a el para corresponder a su abrazo.

-Estoy muy feliz de que te encuentres bien -Susurro a mi oído.

-Y yo de tenerlos a ustedes -Respondí.

Fui capaz de oir una pequeña risa por lo bajo, antes de separarme de su cuerpo. Giré sobre mis pies y mis ojos admiraron a mi otro padre y al chico que tan enamorado estaba de mi.

-¿Estás listo para comenzar el verdadero trabajo duro? -Preguntó Andy.

-Si los tengo conmigo, creo que soy capaz de enfrentar cualquier cosa -Suspiré -Estoy preparado para lo que sea. Claro, si ustedes también me ayudan -

-No lo dudes -Dijo Ivan, al mismo tiempo que pasaba uno de sus brazos por mis hombros -Es hora de irnos ya-
.
.
.

Dos semanas después

Han transcurrido dos semanas ya desde que abandoné el hospital para regresar a casa.

No puedo estar más feliz. El invierno ha comenzado definitivamente y los meses más especiales se acercan volando.

A parte de ello, Aiden no ha dejado de venir a verme cada día. Siempre me traía cosas para comer o algo de nuestro pasado, también me sacó de casa la mayoría del tiempo y me llevó a distintos lugares de la ciudad. Me sentía algo así como un turista. Incluso solíamos vagar hasta tarde y luego el se quedaba a dormir en casa. Disfruté cada noche que pude dormir abrazado a el. Adoraba cuando se subía a mi cuerpo y me llenaba de besos la cara, preguntándome a la vez si había disfrutado el día o qué era lo que más me había gustado hacer.

Pero, a pesar de todas estas cosas que tan feliz me ponían, había algo que me inquietaba cada vez más. Ya casi sería un mes desde que desperté y las cosas que he logrado recordar, son mínimas. Andy e Ivan no me presionan, el rubio tampoco, mas yo mismo lo hago. Y es algo que cada vez me desespera más pues de verdad quiero recordar. Incluso aunque ame todas estas nuevas sensaciones, quiero saber sobre mi pasado.

Suspiré con desgana al momento en el que vi que ya eran las cinco de la tarde y que no había salido de la cama en todo el día. No podía dejar de leer aquel libro de medicina que encontré sobre mi escritorio. Era demasiado interesante y cada vez quería saber más cosas. El cuerpo humano era increíble. Sin embargo mi vista estaba bastante agotada, por lo que decidí descansarla un poco y salir de mi cuarto un rato. Ya me dolían las piernas.

Me quite las sábanas de encima, abandone la cama y me estire un poco, tratando de descontracturar mis músculos, antes de ponerme a caminar fuera del cuarto. Incluso aunque había calefacción, no me sentía igual que en la cama, aunque tampoco tenía frío. No me imaginaba como debería sentirse salir afuera ahora que mi cuerpo estaba calentito.

Mundos Paralelos 4: "Cristales Rotos" (LGBT)Onde histórias criam vida. Descubra agora