Capítulo 96

17 3 0
                                    

-No puedo...-Susurré.

Negué con mi cabeza, cerré mis ojos por un par de segundos y luego los volví a abrir. Había tomado una decisión y, esta vez, no iba a cambiar de idea por nada del mundo, pues mi corazón ya lo entendía.

Tragué saliva, junté todas mis pertenencias y saqué la valija de la cinta. No iba a irme, mi lugar era aquí, en Nueva York, junto a Aiden, siendo protegido por su amor.

-¿Qué ocurre señor?- Preguntó un guardia.

-Nada importante, sólo me di cuenta que mi lugar es en esta ciudad -Dije con mis ojos llenos de lágrimas y una sonrisa sobre mis labios.

El hombre me observó algo confundido, antes de que me diera la vuelta para avanzar hacia mis padres, quienes me veían aún más extrañados por mi repentina forma de actuar.

-¿Qué pasa?- Habló Andy.

-Lo siento...-Los observé a ambos -No puedo irme. No ahora que se todo lo que pasó en nuestra relación con Aiden. No me atrevo a dejarlo otra vez. Y sé que a su lado, nada malo va a ocurrirme. Por eso, por favor, confíen en mí. Estaré mejor aquí que en Los Ángeles -

Los dos me miraban con algo de preocupación y lo comprendía, pero esperaba que ellos también lo hicieran conmigo. Estaba siendo todo lo sincero que podía con respecto a lo que sentía y rezaba porque no me obligaran a hacer algo que no deseaba.

-Entiendan...por favor -Rogué, sintiendo ya un nudo formarse en mi garganta.

Ivan cerró sus ojos y suspiró, antes de atraerme hacia su cuerpo y envolverme con sus brazos cálidamente.

-Claro que te entendemos -Murmuró -También nos enamoramos hace mucho tiempo y seguimos haciéndolo a pesar de todos los obstáculos por los que pasamos. Comprendemos tu situación muy bien -

-Por eso...confiamos en ti también y sabemos que dices la verdad...-Continuó Andy -Ya eres un hombre después de todo. Puedes decidir qué hacer de tu vida. Y elijas lo que elijas, tu padre y yo siempre vamos a apoyarte -

Me separé de Ivan y abracé a Andy, quien lloraba emocionado por estar despidiéndonos ahora. La situación se había revertido de un momento a otro. Realmente me daba algo de gracia

-Esfuérzate de ahora en más y nunca dejes de luchar por lo que tu corazón te pide -Me dijo mi padre menor.

-Gracias...de verdad -

Los dos hombres me cubrían con sus brazos, demostrándome todo el cariño que me tenían al dejarme ir otra vez.

Me dolía despedirme de ellos, pero sabía que era lo mejor y que no es como si no volviera a verlos. Podía visitarlos y ellos a mi. Eran mi familia, no pensaba dejarlos aunque viviéramos un poquito lejos.

Al momento en el que nos separamos, los miré con una sonrisa una última vez, antes de echarme a correr en busca de aquel chico de cabellos dorados por el cual había estado pensando días y noches enteras.

No me importaba la cantidad de gente, ni que me vieran raro, sólo deseaba atravesar ya aquel maldito aeropuerto y llegar lo antes posible a la salida. Si tenía suerte, aún no se habría ido. Debía apurarme.

Tomé una buena cantidad de aire y moví mis piernas aún más rápido por los distintos lugares del perímetro, tratando de hallar la forma de salir, hasta que la encontré y busqué con la mirada si no había nadie similar al chico que era dueño de mi corazón. Pero, para mi desgracia, no ví nada, así que salí fuera.

El frío, una vez más, me saludó mientras avanzaba hacia donde estaba el auto de mi tía, entrando por mis pulmones y enfriando un poco mi composición mientras que yo me movía sin prestarle la mas mínima atención a los guardias o personas que me rodeaban.

Mundos Paralelos 4: "Cristales Rotos" (LGBT)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora