Capítulo 27

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Caminé por todo el centro de Nueva York llorando y con un ojo cada vez más morado, captando la atención de toda la gente que avanzaba por ahí.

Quería gastar energías, utilizar mi cabeza para otras cosas, deseaba olvidar todo lo que me volvía loco este último tiempo y tan sólo...que el mundo entero se fuera a la mierda. Incluído yo.

Llegué a casa siendo capaz de sentir la mismísima rabia quemar mi garganta y azoté fuertemente la puerta tras ingresar dentro de la construcción.

Inspiré todo el aire que mis pulmones me permitían y grité con todas mis fuerzas, esperando que así se fueran aquellos malos sentimientos que atormentaban mi alma sin darle su propio espacio. Mis piernas fallaron y caí al suelo, sollozando con cólera, al mismo tiempo que liberaba aún más aquellas lágrimas repletas de dolor y de ganas de desistir a todo.

-¡¡Te odio!! -Chillé -¡¡Te odio, te odio con mi alma!!-

Mi puño golpeó de manera brusca, y varias veces, el suelo y tan sólo lloré de forma desesperada, rogando por poder calmarme de alguna forma. Incluso si me hería las manos.

Pero oí una voz, una que era capaz de calmar mis dolores con solo decirme unas simples palabras y que tanto me gustaba escuchar en momentos así.

-¡¡Aiden!! ¿¡Estás bien!?-

Sentí sus rodillas chocar duramente contra en suelo y como sus manos inmediatamente tomaban mi rostro con delicadeza para secar las lágrimas que habían caído.

-¿¡Qué te sucedió!? ¿¡Por qué tienes el rostro así!?-Preguntaba, mirándome con preocupación.

-A-Amery -Sollocé -Yo...n-no...-

Quise ocultar mi cara para que no viera el hematoma que cubría casi la mitad de ella y comencé a tartamudear, siendo incapaz de hablar debido a lo mal que me sentía. Y fue entonces cuando el solo acarició mi piel y me atrajo a su cuerpo para tratar de tranquilizarme con su calor.

Ni siquiera dudé antes de aferrarme a su pecho y llorar como tantas veces había hecho en el pasado. No quería a nada ni a nadie más en este momento, estaba destruído y el único capaz de sanarme o hacerme olvidar de todo era Amery. Ni siquiera Hass.

-Te ruego que me cuentes lo que pasó -Susurró, acariciando con tranquilidad mi cuerpo.

Asentí, pues era la única cosa que podía hacer hasta que me calmara. Pero fue en ese corto instante cuando iba a comenzar en el que Amery me cargó entre sus brazos rápidamente, colocando así mis piernas alrededor de su cintura, y me llevó hasta la sala de estar, obligandome a guardar silencio.

Su cuerpo se inclinó levemente hacia abajo y depositó el mío sobre el sofá, causando que al alejarse, nuestros rostros quedaran a escasos centímetros el uno del otro. De seguro debía verme horrible después de haber sido golpeado y haber estado llorado como un loco.

Sus luceros me miraban fijamente y el mío, del lado derecho, cada vez divisaba menos sus facciones debido a la molesta hinchazón. Una de sus manos fue hasta mi mejilla de dicho lugar y acarició con suavidad la parte más cercana a la herida, al mismo tiempo que la rabia crecía en su expresión.

-Voy a matar al que te hizo esto, lo juro -Murmuró con odio.

-E-estoy...bien -

-Está más que claro que no es así. Aiden, cuéntame qué ocurrió por favor. Me preocupa que llegues así cuando nunca antes en tu vida habías gritado con tal rabia...odio verte de esta manera-

Mordí mi labio inferior y noté como mi corazon comenzaba a latir rápidamente tras oír sus palabras. No pude evitarlo, fue demasiado tarde cuando mis impulsos reaccionaron y lo atraje hacia mi.

Necesitaba hacerlo.

Hassan

Me quedé viendo fijamente a las hojas de papel que tenía frente a mi y cerré mis ojos con frustración al no conseguir que la información entrara con algún sentido a mi cerebro.

Mi cabeza estaba demasiado distraída pensando en Aiden. Tenía miedo de que algo malo llegara a suceder si se encontraba con su padre. Ya no me inspiraba confianza ese tipo. Me hacía sentir que lo único que buscaba era arruinarle la vida a cualquiera que se le cruzara por delante.

Quería llamarlo. No, necesitaba hacerlo o mis pensamientos no me dejarían en paz durante toda la tarde.

Estiré mi brazo, tomé el aparato que yacía sobre una pila de libros y busqué su número entre mis contactos, presionando inmediatamente la opción de llamar. Pero, tal y como había imaginado, el no contestó.

Solté un poco de oxígeno,no tenía ganas de seguir sentado allí con cara de imbécil al no entender ni medio lo que estaba leyendo,por lo que me puse de pie dispuesto a ocupar mi conciencia para otra cosa.

Salí de mi habitación y fui a la sala de estar, donde ví a mi padre sentado en la mesa del comedor con algunos papeles y expedientes desordenados sobre ella.

-¿Trabajo?-Pregunté, apoyándome sobre una de las sillas.

-Si...bastante -Dijo sin despegar sus ojos del papel -Hay un expediente de un alumno becado que no encuentro. Tengo que firmar algunos papeles que estaban allí dentro-

-¿No los olvidaste en el despacho de la Uni?-

-No creo. ¿Te fijarías en el escritorio de mi oficina? Tienen una carpeta celeste y pertenecen a una mujer y otro a un hombre-

Asentí, girando sobre mis pies para ir en dirección a aquella puerta tras el pasillo del baño. Ingresé al cuarto, yendo así directo al escritorio.

A pesar de las grandes pilas de libros y papeles que yacían sobre la madera, todo se encontraba muy ordenado, por lo que tuve sumo cuidado al buscar lo que papá necesitaba.

Entonces hallé las carpetas que me había descrito. Las observé unos poco segundos y la del chico captó mi atención por completo.

-¿Amery?-

Dejé a un lado la carpeta con el nombre de la joven y abrí el de él, en busca de comprobar si era quien yo creía. Y para mi agradable sopresa, era el Amery que yo conocía por lo que Aiden me había mostrado.

-Así que volviste... -Murmuré, sintiendo mi pulso acelerarse debido a los nervios.

Que el esté aquí, definitivamente no puede ser algo bueno para la relación que estamos comenzando Aiden y yo. Incluso aunque me costara asumirlo, yo sabía que si Amery se lo proponía, tendría una vez más al rubio entre sus brazos.

Fruncí mis labios, al mismo tiempo que mi garganta ardía debido al enojo que me causaban mis pensamientos.

No iba a dejar que me quitara a Aiden pasara lo que pasara.

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OMG, se pudrió todo. Bueno, no tanto pero si.

Amery vio al Aiden que tanto sufre este último tiempo y Hass encontró el expediente del castaño. Ahora, este está al tanto de lo que pueda llegar a pasar.

Dios...no me imagino lo que puede salir de esto. Me daría miedo si Hass y Amery se encuentran cara a cara teniendo conocimiento de quienes son ambos.

Definitivamente, esto es algo así como un triángulo amoroso donde el único que deberá elegir,es Aiden. Ojalá sepa lo que hace...

En fin, perdón por no actualizar ayer,es que me cansé mucho y no pude subir. Los quiero mucho mucho y espero leernos pronto!!!!

Mundos Paralelos 4: "Cristales Rotos" (LGBT)Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang