Capítulo 57

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La oía gritarme, llamarme, pedirme una respuesta, pero mi cuerpo había caído en un trance donde no era capaz de decir nada. Mi mundo se había congelado.

-¡¡¡Aiden!!!- Me llamó, provocando que mi cuerpo reaccionara a tal punto de comenzar a soltar lágrimas sin poder controlarme.

-Voy para el hospital -Dije, antes de colgar la llamada y ponerme rápidamente de pie.

Hass encendió la lámpara y yo comencé a buscar toda mi ropa lo más rápido que podía. Sentía que si no iba ahora, que si no veía al doctor y me lo decía, no iba a poder entenderlo.

-¿Qué ocurre?- Preguntó el pelirrojo.

-Tengo que irme al hospital -Dije sin dejar de moverme.

-¿¡Le ocurrió algo a tu madre!?-

-¡No! -Me detuve al no poder quitarme la camiseta de Hass -¡¡Maldita sea!!-

-Déjatela -

El chico se acercó a mí y me tomó por los hombros, deteniéndome para que lo viera fijamente a los ojos.

El no entendía nada y yo...yo no podía dejar de llorar.

-V-voy a morir...-Sollocé.

-¿Quieres decirme que pasa?-

-Amery...-Jadeé.

-¿Le sucedió algo?-

Asentí llevando una de mis manos a mi cabeza.

-C-creen...que...-Mordí mi labio -Creen que cayó...en un coma alcohólico-

Los ojos del pelirrojo se abrieron de par en par y se quedó tan congelado como yo.

-T-tengo que ir -Dije, soltando sollozos involuntarios.

-¿Quieres que vaya contigo?-

-N-no...quédate-

Tomé mi celular, me acomodé los zapatos rápidamente y sin dar muchas vueltas, corrí hacia la entrada de la casa. Hass me abrió la puerta y, tras saludarlo con un corto beso, comencé a moverme hacia la parada de buses.

No estaba demasiado lejos, por lo que llegue rápidamente y, gracias al cielo, justo venía un bus al que ni dudé en subir.

Se encontraba casi vacío, por lo que fui hasta el fondo y me senté en uno de los asientos, delante de la última puerta para bajar.

Saqué mi celular y miré la hora, eran las dos de la mañana. No podía creer lo que estaba pasando. El...el...no podía ser cierto. Me negaba.

-E-es mi culpa -Susurré, llevando mi cabeza a mis rodillas -Fue...por mi...-

Gemí de dolor, siendo capaz de sentir como el remordimiento crecía con cada segundo dentro de mi pecho. Si llegaba a verlo en tan mal estado, me culparía por el resto de mis días de vida. Más si él...no. No iba a morir. El estaría bien.

Se recuperará muy rápido, podrá salir del hospital y podrá escuchar la cantidad enorme de disculpas que quiero darle, de perdones que deseo tener de su parte y de intentos porque no me odie por todo lo que le hice pasar. Incluso, no me molestaría que se negara a todo esto, sólo quería que saliera sin muchos daños.

-T-todo...estará b-bien- Traté de convencerme a mi mismo, ya que no tenía a nadie a mi lado para que lo haga.

Respiré profundo, calmé un poco mi desesperada expresión y me puse de pie. Estaba llegando al lugar donde debía bajarme.

Algunas de las persona yacientes en el bus, gente no mayor de mi edad que iba a bailar, me veían llorar como si fuera un bicho raro. Odiaba todo esto, sería capaz de no volver a salir nunca a la calle pues siempre capto la atención de alguien. Aunque era lo que menos me importaba, sólo tenía un objetivo, el cual me impulsó a correr por los distintos lugares, que solía visitar no muy a menudo, para poder llegar con más rapidez al hospital.

Quedaba menos, podía ver la gran entrada del recinto desde no muy lejos, pero aquellos pocos metros se sintieron como si tuviera que correr doscientos kilómetros más para llegar, por lo que mis piernas comenzaban a cansarse.

Y justo cuando estaba rozando mi límite, por falta de aire, alcancé a llegar hasta la entrada del sanatorio. Estaba muerto, tanto que tuve que apoyarme en la puerta para recuperar un poco de oxígeno antes de ingresar.

Pero mi corazón ya no era capaz de aguantar el no saber que estaba pasando, necesitaba que me lo dijeran. Entonces entré, consiguiendo oler aquel aroma tan repugnante y característico de los hospitales, similar a una sala desinfectada con muchos químicos.

Con la respiración agitada y las lágrimas aún descendiendo por mi rostro, caminé hasta la secretaría, que estaba ni bien ingresabas al sitio, y me dispuse a preguntar por Amery.

-B-buenas...noches -Saludé.

La joven de cabellos rubios que atendía, levantó su cabeza y se quedó un tanto impactada al verme de ésta forma. Aunque su expresión se tranquilizó al segundo.

-Buenas noches. ¿En qué puedo ayudarlo?-

-Quisiera...saber... -Decía, tratando de no morir asfixiado -P-por un paciente...ingresado esta noche -

-Bien, dígame su nombre y veré si está en los registros del hospital-

Le dije el nombre completo de Amery e inmediatamente la chica comenzó a mover sus dedos ágilmente sobre el teclado de la computadora, provocando que con cada segundo, mis nervios crecieran mas.

-Si...ya está en nuestros registros -Comentó -¿Es algún familiar?-

-S-si...su hermano -Mentí, sabiendo que si no era familiar directo no me dejarían entrar.

-Bien, entonces puede pasar -Dijo -Tiene que ir al piso tres y las secretarias de allí le dirán todo lo que necesita saber sobre el paciente. Mi información no es la suficiente para ayudarlo-

-Bien...m-muchas gracias-

Me di la vuelta y, tratando de tranquilizarme, busqué el elevador que me llevaría al piso que me indicó la chica. Por suerte, el aparato estaba en planta baja, por lo que sólo tuve que subirme y presionar el botón con el número tres.

Las puertas se cerraron y sentí como el cubículo comenzaba a ascender a medida que mi respiración de volvía dificultosa y mi rostro se fruncía.

Llevé una de mis manos a mi cara y cerré mis ojos, ahogando aquellos sonidos de dolor que querían salir de mi boca. Tenía que mantener la compostura o cuando fuera a hablar con alguna persona, me desmoronaría antes de pronunciar una sola sílaba.

Respiré profundo, varias veces, sequé mis húmedas mejillas,con un poco de brusquedad, y esperé a que las puertas se ampliaran después de que el ascensor se detuviera.

Sin siquiera pensarlo, avancé por aquellos pasillos que, a pesar de la hora, estaban con un movimiento bastante alto. Y entonces, al girar en una esquina mientras buscaba la secretaría, mis ojos se cruzaron con ella. Con la chica de cabello negro.

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NO ME MATEN! *se esconde bajo la mesa para no ser acribillada*.

Dios, sufrí escribiendo este capítulo y sufro escribiendo el resto, pero aún así me encanta hacerlo. Les dije que las cosas se iban a poner intensas así que el que avisa no es traidor jajaja.

Una inesperada noticia llegó a manos de Aiden y su reacción fue inesperada, ¿cómo creen que se sentirá cuando vea al castaño? ¿Le dirá algo a Adeline con quien ae encontró? ¿Qué pasará con la familia ahora? ¿Y Hass?.

Muchísimas preguntas y unas altas ganas de responderlas ya! Pero aún tengo que avanzar un poco más en el fic así que sean pacientes, iré subiendo los capítulos -w-

En fin, no dejen de leer pues cada vez la cosa se pone mejor, espero les vaya gustando y ojalá no sufran tanto leyendo estas partes. Los quiero mucho como para eso.

Bien, no tengo más para decirles a parte de que los quiero mucho y espero leernos en la próxima!!!💓💓

Mundos Paralelos 4: "Cristales Rotos" (LGBT)Where stories live. Discover now