Capítulo 76

14 3 2
                                    

Amery

Aiden me había pedido que aguantara hasta la noche, que cuando mis padres se fueran, podríamos ir a la azotea mientras nadie nos viera. La idea me daba una extraña, pero bonita, sensación en el pecho, una que se me hacía muy familiar, mas no era capaz de recordar porque.

Solté un suspiro, ya quería que Andy e Ivan se fueran para poder subir a ver la nieve. Sonaba egoísta, pero realmente estaba emocionado y tenía una mínima esperanza de que algún pequeño recuerdo viniera a mi cabeza. A parte de que quería estar más tiempo a solas con Aiden.

Cuando pensé en el rubio, automáticamente miré hacia el pequeño sillón junto al ventanal donde siempre estaba sentado. Sus ojos yacían fijos sobre algún lugar detrás del vidrio y su brazo izquierdo le hacía soporte a su cabeza. Sonreí pues siempre estaba en la misma posición. No entendía como no se cansaba.

El...tenía algo tan especial en esos ojos y yo no podía saber que era. Amor, cariño, nostalgia...calidez tal vez. No lo sabía, pero si tenía en cuenta que sólo a mí me observaba de aquella forma tan especial.

Habían veces en la que sus luceros, su sonrisa o su tacto me aceleraban el pulso. Sabía que en algún momento había sentido su suave piel o lo había oído reírse como hizo tantas veces en esta semana, pero yo me preguntaba... ¿sentía las mismas emociones tiempo atrás?. Quería saber, pero me daba algo de vergüenza preguntar algo así y ni siquiera sabía por qué.

Dios...quien diría que no tener recuerdos es tan molesto. Ya quería que mis memorias regresaran para poder volver a sonreír y recrear nuevos momentos con todos...deseaba saber...a quien le pertenecía mi corazón.

-Bien...ya nos vamos. La nieve parece que no se detendrá, así que es mejor que salgamos antes de que se ponga peor -Dijo, Ivan.

El rubio se puso de pie y se despidió de los dos hombres de cabello negro. Luego, ellos dos vinieron hacia mi y me dijeron adiós con sus clásicos besos en mi frente.

-Te queremos, hijo- Dijo Andy, antes de comenzar a caminar hacia la puerta de la habitación.

Aún me sorprendía que tuviera dos padres hombres. Pero, de alguna forma, cuando lo supe, eso no me molestó en lo más mínimo. Sentí que en el fondo de mi corazón, los quería a ambos por igual pues eran mi familia, aunque no tuviera memorias de ello.

Sonreí y el sonido de la entrada cerrándose, me hizo ampliar aún más mis labios.

Aiden apareció con sus ojos fríos, los cuales cambiaron y se volvieron cálidos tras verme sobre la camilla. Su cuerpo se movió alrededor del cuarto y, como solía hacer, se sentó junto a mi.

-Esperaremos un poco más a que cese por completo el movimiento del pasillo e iremos -Dijo -En unos veinte minutos podremos -

-Ya no puedo esperar -Dije lleno de emoción.

-Lo sé -Sonrió -Yo también -

Su cuerpo se dejó caer sobre el respaldo del sillón en el que se encontraba y ambos nos quedamos en un cómodo silencio que pareció de tres segundos, pero que en realidad duró mucho más que eso.

-Iré a fijarme si ya podemos salir -

El rubio se levantó y desapareció por algunos segundos, para luego regresar con una expresión de felicidad en su cara.

-Ya podemos -Dijo, causando que mi pulso se acelerara por la emoción.

El se acercó a mí al notar que ya comenzaba a moverme, pero cuando pensé un poco en la situación, sentí algo de inseguridad con respecto a tener que ir caminando hasta la azotea.

Mundos Paralelos 4: "Cristales Rotos" (LGBT)Where stories live. Discover now