Capítulo 10. The Last Goodbye

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Tres semanas después, viernes, 20:05h.

- Perdón, perdón, siento el retraso – se disculpa Natalia sentándose en la mesa junto a su amiga y dándole un beso en la mejilla – resulta que Miki ahora no encuentra nada en los armarios nuevos.

- Uff, ya ves, cinco minutos tarde, no sé cómo podré perdonarte – se ríe Sabela - ¿cómo va todo en "Happylandia"?

- Pues hasta arriba de cajas, de montaje de muebles y de papeleo. Un infierno – contesta la morena mientras deja la chaqueta y el bolso en la silla de al lado, y levanta la mano para llamar al camarero – Perdona, ¿nos traes dos tanques de cerveza?

- Uuuhhh, empezamos fuerte – la pica Sabela – bueno, ponme al día antes de que lleguen los demás, que no se te ve el pelo, ¿cómo va todo?

- Pues más relajado ahora que he podido escapar de casa de mis padres, la verdad. Y con Miki... bueno pues... - Natalia no encuentra las palabras.

- ¿Sigue con el... problemilla? – pregunta Sabela haciendo un gesto, doblando el dedo índice.

- ¡Sab! – le regaña la morena – Tía, que bruta.

- Pero seguimos igual, ¿no?

- ¿Igual?, noooo, ahora es mucho mejor – sonríe irónicamente Natalia – Ahora, si no lo busco, podemos pasarnos días sin hacer más que darnos besitos de niños de colegio, y si lo busco me acusa casi de ser una ninfómana.

- ¿No jorobes? – dice Sabela preocupada – ¿pero qué es lo que le pasa?

- Pues él dice que es por el estrés de la obra, la mudanza, la boda... - explica la morena – Siempre tiene una excusa, pero según él no tiene ningún problema, por eso se niega a ir a ver a nadie.

- Pues vaya plan... - la gallega coge la mano de su amiga sobre la mesa - ¿y tú cómo estás?

Natalia espera a que el camarero deje las bebidas en la mesa para seguir con la conversación, y Sabela se da cuenta de que a su amiga algo le está dando vueltas por dentro.

- Estoy bien... ya lo solucionaremos, yo que sé – responde la morena, intentando no entrar en detalles.

- Natalia, lo que hablamos la otra vez... - dice la gallega, que no sabe muy bien cómo hacer la pregunta – lo de la chica...

- Alba... - contesta Natalia mirando su vaso.

- ¿Has vuelto a verla? – pregunta Sabela preocupada.

- Traga – le pide la morena a su amiga, que tiene la jarra en los labios, y espera a que ésta termine – me acosté con ella hace unas semanas.

- ¡¿Qué qué?! – grita la gallega.

- Ssshhh – le regaña Natalia – sólo fue una vez, hace tres semanas y no he vuelto a verla desde entonces.

- Pero... ¿cómo ha pasado eso, tía?

- Aysss, no sé, Sab – la morena se masajea la frente, lleva desde entonces sin hablar con nadie del tema y siente el corazón palpitándole en la sien – es que... me mira como... como si no hubiese nadie más alrededor y... Dios, hace siglos que no sentía eso.

- ¿Y cómo fue lo de...? – pregunta la gallega señalando la entrepierna de su amiga.

- Lo de... - Natalia empieza a reírse cuando se da cuenta de lo que le estaba preguntando – jajaja, joder, Sab... pues eso tampoco lo sentía desde hacía muuucho tiempo, la verdad.

INSOMNIUM | AlbaliaWhere stories live. Discover now