Capítulo 43. Too Good at Goodbyes

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Cinco días después, viernes, 19:35h.

La semana había pasado en un abrir y cerrar de ojos para Alba, corriendo de un lado a otro entre el hospital, el despacho y las salidas con su familia, que la esperaban para ir a cenar con ella a cualquier sitio. La imposibilidad de la valenciana de ir a verlas Elche, había hecho que ellas decidiesen pasar las vacaciones en Barcelona, y esto había puesto a Alba en un compromiso, ya que apenas tenía tiempo para dormir.

A un par de semanas de entregar los primeros resultados de la tesis, y con el doble de guardias en el hospital, por ser verano, la rubia casi no había podido ver a Natalia esos días. Aunque Rafi y Marina le habían insistido en que la llevase a cenar algún día, Alba se había negado a que la morena conociese más a su familia. Al fin y al cabo, era cuestión de tiempo que aquella mujer saliese de su vida y no quería que se encariñaran con ella.

Por otro lado, Natalia estaba poniendo más de su parte que de costumbre para que consiguieran verse, la mayoría de los días y, siempre que sus turnos se lo permitían, había ido a recoger a la rubia a la salida del trabajo, tan solo para acompañarla a casa. Alba casi se había acostumbrado a encontrar aquel BMW en la puerta del hospital al terminar su jornada laboral.

- Eyyyy – dice la rubia, dejándose caer en el asiento del copiloto, cargada de carpetas.

- ¿Mal día? – pregunta Natalia, cogiendo lo que la otra llevaba en las manos, para dejarlo en el asiento de atrás.

El movimiento de la morena al estirarse para colocar todo, hace que su cuello quede justo delante de Alba, que no puede evitar lanzarse a darle un mordisco.

- ¡Auch! – se queja Natalia entre risas – a ver si te va a pillar tu tutora.

- Tu madre está en una convención de loqueros en Tarragona – contesta la rubia, buscando sus ojos – Hoy me ha tocado todo el día con Roberto.

- ¿Con Roberto? – pregunta la otra, y Alba no puede evitar sonreír por la expresión de su cara, al escuchar el nombre del médico - ¿Todo el día con Roberto?

- Todo el día... - susurra la rubia, para después humedecerse los labios.

Y no tiene que esperar mucho para sentir los de Natalia sobre los suyos, devorándola con necesidad, mientras que una de sus manos se acomoda en su cuello para que Alba no pueda escaparse.

Tras varios segundos en los que ambas luchan por recuperar el tiempo que están perdiendo estos días, el claxon de un coche a lo lejos, las saca del momento.

- Tengo unas ganas horribles de desnudarte... - Alba dice esto mientras deja caer la cabeza hacia atrás y se pasa las manos por la cara, totalmente frustrada.

- ¿Cuándo te dejan la casa libre? – pregunta la otra.

- Se van el lunes por la mañana – responde la rubia.

- ¿Qué horario tienes el lunes? – vuelve a preguntar Natalia.

- Salgo a las cinco... - la rubia sonríe ante lo que cree que piensa la morena - ... ¿y tú?

- Entro a las ocho... - bufa la más alta - ... pero no pasa nada, voy a ver si puedo cambiar la guardia del fin de semana por el lunes por la noche. No creo que haya problemas, porque nadie quiere el domingo.

- Genial... - sonríe Alba, tirándole de la camiseta, para acercarla a ella.

- Pero estaré agotada después de 48 horas de hospital... - Natalia susurra esto último ya casi contra los labios de la rubia, que no para de sonreírle.

- No te preocupes, yo me encargo de todo – contesta la pequeña, acariciando despacio sus labios con su lengua.

Pasan varios minutos entre caricias y besos en el parking del hospital hasta que, finalmente, deciden separarse y marcharse cada una a su casa, a darse una ducha fría.

INSOMNIUM | AlbaliaWhere stories live. Discover now