Capítulo 55. My Inmortal

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Tres días después, lunes, 17:11h.

Alba y María estaban sentadas en una terraza bebiéndose una cerveza mientras disfrutaban de un maravilloso día de sol de octubre. Estaban esperando a que llegase el resto del grupo para ir a pasar el rato a un "scape room" que acababa de abrir un amigo de Marta.

- Mari, tía, que es la tercera que te bebes ya - protesta la valenciana al ver a su amiga pidiendo otro botellín.

- Claro, si es que yo pienso mejor cuando mis neuronas no tienen sed - contesta sonriendo.

- No es que no tengan sed, es que van a estar nadando en cerveza - dice la otra entre risas.

- Del último que fuimos salisteis gracias a mí - recuerda la madrileña.
- ¡Pero tía!, liarte a patadas con la puerta gritando: "¡fuego, fuego!" no es como se supone que tienes que escapar de allí - se carcajea la pequeña.

- ¡Eh, un respeto!, que cada uno tiene sus técnicas - contesta María fingiendo indignarse.

- Es que eso no es una técnica de... - el comentario de Alba es interrumpido por el sonido de su teléfono.

La alicantina saca el móvil del bolsillo y mira quién la llama, al ver el nombre y la foto en la pantalla, la rubia se tensa y lo coloca boca abajo sobre la mesa, sin prestarle más atención.

- ¿Al final vienen Dave y Famous o no? - pregunta, cambiando de tema.

- Dave sí, a Famous le ha salido un curro en un catering para esta noche y... - ahora es Maria la que es interrumpida por el sonido del teléfono.

Alba coge de nuevo el móvil para ver el mismo nombre. Aunque se lo piensa un poco más, vuelve a girarlo sobre la mesa.

- Pero ¿qué pasa con las acosadoras? - pregunta la madrileña entre risas - ¿hay algo que tengas que contarme?

- No, no es nada - contesta la otra algo más distraída.

- ¿Te llamó el pivonazo aquel que le pidió tu teléfono a Marta? - intenta averiguar la mayor.

- No... no, tía, y os tengo dicho que no le deis mi número a tías raras, porque luego.... - el teléfono suena por tercera vez y la valenciana empieza a parecer molesta - Dame... dame un segundo, ¿vale?

María levanta su botellín indicándole que conteste sin problemas y después de coger aire para soltarlo despacio, intentando calmarse, Alba contesta.

- Ahora mismo no puedo hablar, ¿qué pasa? - dice algo seca.

- Alba... Alba por favor, no sé cómo hacer esto... - escucha su voz temblorosa al otro lado.

- ¡Nat, ¿qué ha pasado? - pregunta la pequeña tensándose en su silla y provocando que María le dedicase una de esas miradas fulminantes.

- Que no puedo... no sé, no sé qué decirle... - intenta explicar la morena - ¿puedes... puedes venir?

Alba baraja las posibles consecuencias de cada una de sus acciones, si no va se sentirá horriblemente culpable para siempre, hacía muchísimo tiempo que no escuchaba tan mal a Natalia y eso la preocupaba; pero, por otro lado, la mirada que le dedicaba María ahora mismo, podría congelar completamente el infierno en un solo segundo. La rubia ni siquiera parecía interesada en una explicación, simplemente la estaba castigando por aquella relación
con la morena, que Alba era incapaz de cortar.

- Ehm... pásame... pásame la dirección, estoy allí enseguida - susurra Alba, sabiendo que aquello le iba a costar una bronca.

- Sí, te la mando ya - suspira Natalia, aliviada - no tardes, por favor.

INSOMNIUM | AlbaliaWhere stories live. Discover now