A la mañana siguiente, lunes, 7:45h.
La vibración del móvil de Natalia sobre la mesa del salón la saca del sueño más profundo que recuerda en años. Tarda un poco en ubicarse hasta que baja la vista y ve a la rubia enroscada en su cuerpo.
No puede evitar sonreír ante la imagen de aquella mujer abrazada a ella. De nuevo, el móvil vibra en el salón contra la mesa de cristal y saca a Natalia de sus pensamientos. La morena se libra despacio de los brazos de la rubia y sale corriendo de la habitación.
- ¿Sí? - contesta al teléfono sin ni siquiera mirar quien llamaba.
- Cielo, soy yo, acabo de llegar a casa, ¿dónde estás? - escucha la voz de Miki al otro lado del aparato.
- Pues... he salido a correr - miente.
- ¿Y tardas mucho en venir?, he traído el desayuno.
- Eh... no - Natalia mira el reloj de su muñeca - No, en media hora estoy en casa.
- Perfecto, pues aquí te espero - dice él - tengo ganas de verte.
- Y yo - responde ella - en nada estoy por allí.
La morena cuelga el teléfono y se gira hacia la habitación, cuando ve a Alba en camiseta, apoyada en el quicio de la puerta.
- Buenos días - dice la rubia con una sonrisa, mientras recorre con los ojos el cuerpo desnudo de Natalia.
- Hola... - responde la otra, intimidada por el repaso - tengo... tengo que irme.
- Lo sé - contesta Alba, aun sonriendo - date una ducha, si quieres.
La rubia sale del cuarto y se dirige a la cocina a por una taza de café. En un rato, Natalia aparece duchada, aunque a medio vestir, aún sin camiseta.
- Voy a necesitar que me eches una mano con algo - dice la morena que le enseña un trozo de tela.
- Tu camiseta... - la rubia se acerca y coge la prenda rota, rozando involuntariamente los dedos de Natalia.
Al levantar la vista se tropieza con los ojos de la más alta, que la mira fijamente y no puede evitar morderse el labio, al recordar el motivo por el que la camiseta está hecha jirones.
- Espero que no fuese tu favorita - dice la rubia intentando aliviar la tensión con una sonrisa.
- Bueno, ha muerto de forma honorable, no pasa nada - contesta la otra sin dejar de mirarla a la boca.
- Ven, que te presto alguna cosa - Alba pasa por su lado sin rozarla y se dirige a la habitación.
La rubia abre el armario en busca de algo que le pudiese quedar bien a Natalia y no llamase mucho la atención, mientras siente a la otra muy pegada a su espalda.
- Esta te vale seguro - dice, sosteniendo una camiseta en la mano, sin llegar a darse la vuelta.
Siente como la morena da un paso más hacia ella y roza su pelo con la nariz, aspirando su olor.
- Gracias - susurra mientras la rodea con uno de los brazos para alcanzar la prenda.
La rubia siente como se retira y, sin volverse, la escucha poniéndose la ropa.
- ¿Qué tal? - pregunta Natalia con una sonrisa.
- Perfecta - responde rápidamente, sin mirarla, y sale, camino del salón.
Natalia la sigue y, tras recoger el móvil y la cartera, se acerca a la puerta, donde la espera la más bajita.
- Alba... - empieza a decir.
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INSOMNIUM | Albalia
Fanfiction¿Qué pasa cuando una fuerza imparable choca contra un objeto inamovible?... pues algo así.