Los Elementales

El Poder Del Caos: Capítulo 9

Tarian entró en la sala de recepción y allí vio a un joven calvo con el pecho al descubierto y un trapo blanco de tela sedosa que tapaba sus partes íntimas. Cuando el joven monje se dio cuenta de la presencia de Tarian este se giró y, para sorpresa de Tarian, tenía los ojos blancos aunque parecía que no estaba ciego aún así.
-Buenos días mi señor - dijo el monje - me llamo Oda soy el monje elemental de la electricidad y el último de entre los que formaron la primera orden elemental.
-¿Qué pasó con los otros? - preguntó Tarian sentándose en su trono.
-Nos atacaron mi señor, una fuerza oscura que supera con creces a nuestros poderes nos atacó y fue eliminando uno por uno a todos nosotros invocando un demonio del mar.
-¿Y cómo es posible que tú hayas sobrevivido mientras que los otros perecieron?
-Me escapé en cuanto me di cuenta de que algo no iba bien al igual que el maestro Columbus aunque él fue herido durante la batalla así que creo que no pudo llegar muy lejos.
-Llegó hasta el sur de nuestras tierras y allí falleció.
-¿Cómo sabe usted eso?
-No te preocupes Oda maestro de la tormenta el poder de Columbus se apropió de un campesino que vivía en el lugar, cometió actos un poco violentos porque no controlaba su poder pero ahora está bajo mi custodia.
-En todo caso será más bien vos que debería preocuparse.
-No es un problema, mejor dicho ha conseguido canalizar casi todo su poder y...
-No es a eso a lo que me refería mi señor, pues hay algo más que debéis saber y es que antes de que Columbus se escapará dijo que tuvo una visión que venía directamente del espíritu del caos.
-Cuéntame de que trata la visión si me concierne a mi o a mi reino.
-Según Columbus él dijo que vio un huevo de dragón, el único huevo de dragón que el antiguo Terrasix ha puesto en milenios desde la creación de su especie y después de ese huevo nació un dragón que posee el nombre de Darix que ahora mismo está creciendo entre los humanos y pronto él se convertirá en el dragón más poderoso de todos y vendrá aquí para destruir vuestro castillo y todo lo que hay alrededor.
Tarian parecía nervioso, tanto que hasta se le notaba las venas en su frente.
-¿Hay alguna solución para evitar tal catástrofe?
-Para evitar esa catástrofe debéis de encontrar a el nuevo propietario del dragón y derrotar a Darix antes de destruya otro pueblo.
-¿Otro pueblo? ¿Entonces esa criatura ya es adulta?
-No del todo según mis cálculos pero Darix tiene el poder de resucitar tras una catastrofe mayor. Veréis, nuestro templo antes se encontraba en medio de una ciudad grandiosa hasta que Darix la destruyó, es por esa razón por la que ese sitio es tan especial, contiene todas las almas que fueron quemadas por el fuego del señor de los dragones y además poseen el poder de esta criatura que nosotros los maestros utilizamos para mantener nuestras almas calientes.
-Así que si vencemos a Darix entonces volverá a renacer, ¿cierto?
-Sí pero este solo puede revivir si hay un alma llameante que lo revive y en ese caso volverá a renacer desde su huevo y además su poder crecerá más y más rápido por cada vez que sea vencido y no haya vaciado su poder al igual de que si come demasiado claro.
-Entonces no perdamos el tiempo, hay que encontrar a ese dragón y al estúpido que lo está criando y Oda, tú puedes localizar al dragón gracias a que posees un alma llameante, ¿no?
-En efecto mi señor.
-Entonces nos vas a guiar hasta él, iremos mañana al alba.
Así pues Tarian se levantó y se fue dando grandes zancadas hacia el comedor mientras que Oda le seguía desde atrás.