La Llamada De La Naturaleza: Capítulo 2

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Elxa durante varios años nunca quitó su hogar y se alimentaba de lo que había cerca de ella con el arco que ella misma había recuperado y arreglado de entre las ruinas de Elaria. Así pues vivía una vida bastante salvaje, puesto que paso de una princesa elfa con pelo castaño y corto con ojos marrones y dóciles a un pelo largo y revuelto lleno de hojas y sus ojos ya no representaban la misma inocencia de cuando era niña, ahora era la mayor cazadora de los lares, además de que ya no había elfos ni humanos ni ninguna otra criatura que supiera hablar puesto que todos cayeron o se fueron tras la gran rebelión que sucedió hacia muchos años atrás. Incluso durante esos años, al solo poder vivir de la caza, aprendió muchas cosas de las criaturas de los bosques así como también cogió algunos libros de la biblioteca de la pirámide cultural para informarse más sobre las historias de las criaturas de sus alrededores, además de que se aburría y la biblioteca era el perfecto lugar para leer y luego dormirse sin ser perturbada.
Todo parecía ir bastante normal a su manera para Elxa pero algo lo haría cambiar todo. Pues un buen día, Elxa se levantó como siempre y cuando salió junto a su arco veía los crushtoractilos por las ruinas de las antiguas casas chocando sus cabezas contra los muros de las ruinas, cosa la cual era bastante habitual de encontrarse estas criaturas metiéndose tortas contra las cosas para meter sus enormes huevos entre los escombros, pero entre su apariencia de dodo tamaño humano y sus ojos disparatados a Elxa siempre la hacía gracia ver a estas criaturas, salvo cuando se intentaban tirar sobre ella desde los árboles porque tenía que esquivarlos rápidamente para que no la rompieran la cabeza, por lo que ella por si acaso llevaba siempre un casco cuando iba por los alrededores. Sin embargo algo extraño la llamó la atención de camino al bosque y es que había una huella enorme de un lobo pero que además tenía rastros de pelo verde. Elxa echo un vistazo a esto y no supo realmente que decir sobre la criatura que había pasado por allí pero el caso era que todavía estaba ahí puesto que las huellas solo se dirigían hacia la entrada de la pirámide científica. Así pues Elxa se armó de valor y fue a investigar en aquella pirámide por si viera a aquella criatura, pero cuando llegó se dio cuenta de que la cocina estaba prácticamente intacta, así como la comida lo que le pareció raro a Elxa porque ¿qué criatura no quedría rebuscar por comida? Aunque era cierto que en tal caso la trampa mágica que había en la despensa saltaría por lo que la criatura quedaría encerrada en ella. Pero ella continuó y finalmente llegó a arriba donde estaba el laboratorio y allí lo encontró, estaba todo desordenado y en la habitación prácticamente oscura, si no fuera porque las antorchas de fuego azul estuvieran encendidas, se veía el lomo y la cola de una criatura parecida a un lobo con cristales verdes sobre todo su lomo y en la punta de la cola, además de tener el pelo verde fluorescente. Así pues Elxa estuvo mirando detalladamente la retaguardia de la criatura intentando saber que criatura era aquella puesto que jamás había visto algo semejante, aunque esta criatura no tardó en darse cuenta de la presencia de Elxa y se giró mostrando su cabeza que efectivamente era la de un lobo pero con los ojos verdes al igual que sus dientes de cristal que brillaban mientras un líquido de color verde goteaba de sus fauces.
Esto dejó de piedra a Elxa ante la criatura que era tres veces más grande que ella pero que también al mirarlo a los ojos sintió como algo extraño recorriendo su interior, por lo que no tuvo la reacción inmediata de sacar el arco y apuntar a la criatura pero esta se lanzó sobre Elxa poniendo su pata encima de ella, dejándola así inmóvil mientras la gruñía. Sin embargo la criatura no le hizo nada y luego se fue rápidamente de allí, por lo que cuando Elxa se levantó e intentó seguirlo, este ya había desaparecido entre la maleza del bosque de Atlas.
Luego de eso, Elxa fue a mirar lo que la criatura estaba comiendo y allí se acordó de lo que era puesto que lo que se estaba comiendo eran unos minerales además de unos cristales elementales que tenía allí guardado. Sin ninguna duda esto hizo concluir a Elxa que aquella criatura era un almarok, un elemental muy especial puesto que los almarok eran animales fusionados con la energía de los cristales elementales o también era el resultado de una fusión de un animal con una energía elementaria cualquiera haciendo que estas criaturas obtuvieran ciertas habilidades de un elemento en concreto además de poseer una apariencia medio gigante con su tamaño más importante que el resto de su especie animal y poseyendo cristales por todo su cuerpo, productos de la transformación por la fusión de energía elementaria pero que servían también a guardar una cantidad de energía elementaria más importante en su interior siendo esta el doble que un elemental normal o incluso el triple en algunos casos especiales. Aunque estas criaturas se creían extinguidas puesto que durante la guerra se volvieron más violentas matandose entre sí mismas y además se alimentaban tanto de la energía de otros animales como de los cristales elementales, que estos últimos eran como un buffet para ellos pero que también atraía la avaricia de los enanos y los humanos por sus diferentes usos que se les podía dar, por lo que tras la creación de las minas en el cinturón de Kratos, tanto por la parte de Atlas como la parte que rodeaba la región de Vulcano, estas criaturas empezaron a ser cazadas hasta llevarlas prácticamente a su extinción. Pero por algún motivo que Elxa desconocía, ese almarok, de la clase de los Emeralrok que eran los que vivían por los bosques de Atlas, estaba todavía vivo y esto la empujaría a querer saber más sobre esta criatura.

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