Corazón De Piedra Y Alma De Hierro: Capítulo 3

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Cuando Baldor volvió y le contó las noticias a sus camaradas estos no paraban de mirarse entre si como si algo que hubiera dicho no estuviera bien.
-¿Ae piegoesol? (¿qué pasa?) - preguntó Baldor tras ver la extraña reacción de sus compañeros.
-Crusadhehboan marumamse kansakmeol, omegoepiesoemesol gohmar soegoelsoan (el último nunca volvió, desapareció sin dejar rastro) - dijo el goblin en frente de Baldor.
-Molmeol sesadnan soesoan piegoesol mechas piesoan Silja hememaesol piolbahmahpehsol harkegoelhnsesol (creemos que algo raro pasa con los mechas pero Silja tiene prohibido investigar) - dijo uno de los goblins a su izquierda.
-Hesesad ketreb pianomesol goepemesol sesadnan boegot (tal vez pueda saber algo más) - dijo Baldor intentando reflexionar.
-Goesol borua piesahnolban, Silja maban hememaesol pihmeoseo mah laebohsahse (es muy peligroso, Silja no tiene piedad ni con su familia) - dijo otro goblin.
-Mearheanmammegot hememaesol mruhoseoban a manmaelseol krumegotheolse seacruose goh sesadnan piegoesol (entonces tendré cuidado y contaré con vuestra ayuda si algo me pasa).
-Megothesesol heru saeoban manboan megothesesol pieosolme mrusemaroban megothesesol khkan (estaremos a tu lado como lo estuvimos con tu padre cuando estaba vivo) - dijo el goblin en frente de Baldor y se dieron la mano para después darse un fuerte abrazo que terminó finalmente en una batalla de comida.
Así al día siguiente, unos soldados de armadura negra vinieron a buscar a Baldor por la mañana y lo llevaron a través de los diferentes túneles, que conectaban las montañas, hasta llegar a la mina más cercana de la fortaleza de los goblins, protegida por dos guardias y una piedra que solo se quitó tras poner un cristal de los guardias encima, donde habían máquinas, con una apariencia casi humanoide si no fuera por el agujero lleno de líquido verde en su pecho y la cabeza que era parecida a la de un goblin sin orejas y una gran mandíbula, desactivadas en el suelo y en el fondo se veía el líquido verde que salía de una alcantarilla más alta en la pared que después salía por un agujero en el suelo que estaba tapado por un mecanismo que cerraba el agujero con una gran puerta de metal. Además de que allí había una criatura de color verde claro con unas gafas de protección y ropa bastante sucia, era parecido a los goblins pero Baldor sentía que ese ser era diferente.
-Ya era hora, ven por aquí Baldor mientras los guardias se van - dijo aquella criatura y los soldados se fueron al exterior cerrando la puerta de entrada y dejando a Baldor y ese ser solos.
-No hablas como nosotros ni tienes el mismo tono de piel que los nuestros, ¿qué eres? - dijo Baldor haciendo estremecer al ingeniero con su tono de voz.
-Vaya sí que eres intimidante, y pues en realidad soy un trasgo, Silja nos obliga a hacer los trabajos sucios para aprovechar más a los goblins como guerreros y trabajadores que darían su vida por ello. Pero no estamos aquí para hablar de mi existencia sino para tu trabajo, puesto que has demostrado ser un trabajador duro de roer así que nos vendrá bien alguien con agallas como tú para este trabajo.
-¿Qué tengo que hacer exactamente?
-Pues yo iré arriba y pondré un sonido, luego tú tendrás que ir mirando máquina por máquina si se activan. Esa es la primera parte, luego las activaré y con tu martillo tendrás que enseñar a los mechas a atacar, y es sumamente importante que si uno hace algo diferente a ti le desactives con esta pistola eléctrica y después lo rellenes del líquido verde que está por allí, puesto que es probable que tenga un fallo en el sistema y necesite más combustible. Ahora si por algún casual alguno se volviera demasiado agresivo entonces ahí tendrás que intentar detenerlo con la pistola eléctrica sin hacerle daño, porque intentamos mantener estas máquinas en pie. ¿Tienes alguna pregunta? - dijo el trasgo dando una pistola a Baldor que poseía dos picos de metal al final para lanzar los impulsos eléctricos.
-Solo una, ¿por qué no os encargáis vosotros de la primera etapa? No encuentro muy útil hacer eso yo si vosotros podéis hacerlo perfectamente.
-Verás es que a veces durante la primera etapa pueden alterarse como en la segunda además de que nosotros no somos lo suficientemente fuertes como para hacer frente a una de estas máquinas si se alteran porque están hechas de manera a que ningún ser de fuerza media pueda afrontarlos, pero claro tú eres muy fuerte así que no tendrás problemas - entonces el trasgo fue directamente a una cabina de metal, sujetada con varios cables que llevaban hasta arriba, al lado de la puerta de entrada - ah y por cierto, si ves a unos guardias pasando con alguien para entrar en este ascensor, entonces no les hagas caso - aclaró el trasgo y el ascensor lo llevo a encima de la cueva subterránea. Poco después, cuando Baldor se acercó a las máquinas, una voz salió de unos tubos que salían de las esquinas de la sala.
-Bien ahora vamos a empezar con el primer test - dijo la voz del trasgo anterior y luego se escuchó un sonido parecido al de una pica tocando una campana.
Baldor entonces miró alrededor de los mechas pero ninguno reaccionó. Luego de eso el sonido paró y el trasgo habló.
-Bien es hora de la activación en tres... Dos... Uno... Ya - dijo la voz una vez más y las máquinas se encendieron con una luz blanca en sus ojos y el líquido dentro de ellos se volvió rojo. Entonces se levantaron y Baldor cogió su martillo e hizo como si golpeara una piedra cosa que los mechas repitieron, luego Baldor hizo como si golpeara a alguien y los mechas lo repitieron. Y así durante unos minutos estuvieron hasta que el ascensor volvió a bajar con un goblin soldado que llevaba un carro lleno de armas y después lo dejó junto a Baldor antes de irse.
-Está bien, ahora haz lo mismo con las armas que te hemos dado pero no des ninguna a las máquinas, podría ser peligroso - dijo otra vez la voz y Baldor se puso a hacer lo mismo que antes con diferentes armas y las máquinas lo repetían hasta que se volvieron a desactivar y volvieron a su estado inicial - ya has hecho suficiente por hoy, puedes ir a descansar.
Entonces de la pared donde no había nada antes apareció un agujero con cojines.
-¿No voy a volver otra vez a mi mina? - preguntó Baldor dudoso.
-Lo sentimos pero va contra el protocolo, tienes que quedarte aquí todos los días y descansar cada dos horas para no cansar tu cuerpo pero de todas formas lo tenemos todo previsto, solo tienes que entrar en el agujero y serás llevado a una sala de reposo - dijo la voz y Baldor hizo exactamente lo que dijo la voz.
Después de entrar, la puerta del agujero se volvió a cerrar y se abrió del otro lado donde se encontró con una sala de reposo como la que tenía antes pero más pequeña y además había un tubo sobre la mesa que soltó la comida de siempre sobre un plato que estaba allí.
-Te costará acostumbrarte pero son órdenes de nuestros superiores - dijo la voz por un tubo que estaba dentro de la sala.
-No pasa nada, si esto es lo que tengo que hacer lo haré - dijo Baldor y se puso a comer antes de volver al trabajo.

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