La Luz De La Salvación: Capítulo 9

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Cuando los tres insectos y los guardias entraron en la pirámide del este se encontraron con dos escaleras. La que iba hacia abajo y que se situaba a la izquierda enviaba a las cocinas donde los mejores cocineros elfos cocinaban y se entrenaban, mientras que la que iba hacia arriba llevaba hasta el laboratorio, un sitio repleto de mesas y estanterías llenas de utensilios científicos así como extrañas pociones que se fabricaban allí. Así pues fueron hacia arriba y vieron que el laboratorio estaba compuesto por dos pisos, siendo el primero donde estaban las mesas repletas de utensilios de laboratorio, pergaminos y pociones, y los calderos esparcidos por toda la sala, mientras que en el piso de arriba, el cual se accedía con una escalera móvil, estaba lleno de estanterías con pergaminos de ciencia y pociones de todos los colores. La sala estando iluminada únicamente, como el resto de la pirámide, con antorchas de color verde, no se podía ver con mucha claridad por lo que cuando el búho científico descendió desde el piso de arriba a abajo gracias a sus alas marrones y se posó sobre dos de sus cuatro patas, que estas en cuestión les servían para caminar de pie, los recién llegados se sorprendieron e incluso dando un pie hacia atrás, salvo los guardias que se quedaban quietos cada uno en un lado opuesto de la puerta de entrada.
-Perdónenme si os he podido asustarte, realmente no era mi intención - dijo el búho inclinando la cabeza hacia abajo en signo de respeto antes de volver a levantarla y mostrar sus ojos azulados - ¿A quién debo yo el honor de esta visita?
-Verá ez que hemoz venido por el antídoto a la fiebre de laz zombraz para nueztra reina - dijo Mariah poniéndose firme otra vez.
-Ah claro sí, tenéis suerte de que justamente en este reino es donde más se fabrican porque este antídoto necesita un hongo solar el cual se cultiva con abundancia en este reino, ¿pero os han avisado de los efectos secundarios que puede tener la poción verdad?
-No oz preocupéiz vueztro rey ya noz avizó.
-Bueno entonces supongo que solo tengo que ir a buscarlo arriba - y así Yuriel se puso a volar otra vez sobre la sala buscando el antídoto entre las estanterías - y por cierto yo soy del Reino de los cielos por lo que el rey de los elfos no es mi rey sino Samael, rey de los hombres alados y del Éter, pero aún así me gusta pasar el tiempo por aquí para hacer clase a los jóvenes en la biblioteca de la otra pirámide al mismo tiempo que me gusta investigar cosas más científicas, cosa la cual está prohibida allí arriba de estudiar por lo que estoy obligado a venir aquí para nutrir mi pequeño cerebro de ave del saber de los pueblos de la tierra.
-Así que si eres del reino de los cielos y eres un ave supongo que usted es un practicante de la orden de las sombras de la luna, ¿no? - preguntó Bob curioso.
-En efecto, soy incluso un miembro del consejo de la sombra de la luna además de ser el bibliotecario de la biblioteca del Éter y uno de los protectores de la ciudad de Elaria, que está bastante cerca de aquí incluso además de que como ya sabréis, el reino de los elfos es el más cercano al reino del caos y esto es justamente por el oro con el que se construyó la ciudades elficas antiguas y porque los elfos establecían el equilibrio cazando a todas las bestias del caos las cuales podían matar a un humano únicamente con la mirada.
-Así pues eres el famoso Yuriel, el guardián de la sabiduría y gran profesor de la universidad elfica.
-Así es, parece que me conoce muy bien, ¿sois usted uno de mis pasados alumnos o un seguidor?
-Pues es que he tenido el placer de haber encontrado uno de vuestros libros sobre la filosofía del ser humano cerca de mi hogar y ahora lo leo cada vez que tengo un poco de tiempo libre.
-Aprecio mucho que gente incluso de su especie lea mis libros, la verdad es que tomo mucho cariño a la literatura y a la ciencia, aunque es verdad que el rey de los elfos tiene un poder muy particular de poder leer en las mentes de la gente y por lo tanto mi filosofía no puede ser comparada a la de él.
-¿Haz eztado ezcondiendo un libro? Ezo eztá prohibido Bob, no puedes recoger abzolutamente nada que ezté en la playa - dijo susurrando Mariah mientras Bob evitaba su mirada - dezpuéz hablaremoz de ezto y te puedo acegurar que a la reina no le va a guztar que hayaz introducido un objeto el cual ece mizmo podría cer aquel que contenía el viruz.
Splite quería defender a su amigo porque no entendía por cual razón se veía mal tener un libro escrito por un ave en una colonia, pero justo Yuriel interrumpió bajando de nuevo al piso de abajo y con una poción de color naranja entre sus garras de delante que le servía de manos.
-Aquí está, ¿tenéis el polen dorado? - dijo Yuriel y justo Mariah sacó de un bolsillo escondido en su peludo cuerpo de mariposa, el polen dorado el cual brillaba mucho incluso en la presencia de la luz limitada - perfecto - metió el polen en el frasco, lo removió y la poción tomó un color dorado - ahora podéis cogerlo y llevarlo a vuestra reina.
Y sin más que decir, Mariah cogió el frasco y se dirigió hacia afuera de la pirámide y del palacio con el resto del grupo detrás, ni siquiera se paró cuando el rey elfo se despidió contrariamente a Splite que hizo una reverencia antes de salir corriendo detrás de los demás.
Salieron del palacio, Mariah alejó a los niños que jugaban con su montura y se fueron de aquella ciudad. Ya fuera Mariah dio la orden de volver al bosque y allí avanzar un poco más antes de que se hiciera de noche. Así se hizo aunque por la noche Mariah se alejó un poco de la hoguera acompañado por Bob y dos soldados abeja. A Splite esto le era sospechoso y se escondió detrás de un matorral junto a Ebon, que también tenía curiosidad, y se quedaron viendo como Mariah y los dos soldados abejas se presentaban serios ante la mariquita que estaba inquieta.
-Te hemoz acogido a ti y a ece ezcorpión como si fueraiz de loz nueztroz porque teníamoz piedad por cer vozotroz también incectoz como nozotroz, pero ahora noz haz traicionado con un libro envenenado del enemigo - dijo Mariah sin escrúpulos.
-Yo no sabía que era un ave el escritor de ese libro, y usted tampoco lo sabía cuando lo encontré en mi primera expedición por lo que esto solo fue un mal entendido - dijo Bob intentando mantener la calma.
-Erez un mentirozo, tú zabíaz perfectamente que era un ave porque nunca me quicizte decir quien era el autor.
Bob tragó saliva, él sabía que Mariah le había pillado y que no podía decir nada para defenderse por lo que simplemente no dijo nada y agachó la cabeza.
-Ací pues te condenó, tú Bob ex-guardián del reino de loz incectoz, al deztierro definitivo por traición - dijo Mariah levantando la voz y al mismo tiempo preparando sus alas para la ejecución.

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