Contracorriente: Capítulo 3

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Entonces a partir de este punto de la historia entra nuestro segundo protagonista, que también en ese momento era solo un niño de aquella isla olvidada y que sufrió el ataque de Tifón, el padre de la tormenta, que con sus rayos quemó casi todo lo que había alrededor pero sobretodo los seres vivos que vivían allí. Extrañamente los rayos de aquella criatura era atraída por las almas de tanto humanos como las demás criaturas vivientes allí, mejor dicho nuestro segundo protagonista, el cual hablaremos de él durante el resto de la historia hasta que sea influido una vez más por el primero, fue sacado de su casa a la fuerza por su madre que intentaban huir mientras el cuerpo de su padre y los demás de su pueblo eran ya solo cenizas en el camino selvático por el que pasaron para intentar llegar a la costa, dejando atrás sus casas de madera, paja y guano ardiendo junto a los protectores de esa isla. Pero fue justamente en ese trayecto entre el pánico y la ansiedad que un rayo cayó sobre la madre y una parte de la electricidad entró en nuestro pequeño héroe que salió volando por la intensidad del golpe eléctrico contra el suelo, golpeándose la cabeza con una piedra plana que le dejó inconsciente mientras el polvo de su madre caía al suelo y era llevado por el viento.
Así empezó a tener visiones de una serpiente que le atacaba múltiples veces desde el agua y desde el cielo mientras se mezclaban con sus memorias y los rayos recorrían su cuerpo como lo hacía dentro de su mente retorciendo y transformando todo lo que su alma era. Pero al fin la pesadilla terminó unas horas después cuando se levantó y vio confundido que se encontraba en la orilla del mar junto a una mujer echa de agua con ojos que eran simulados por unas luces que salían desde lo que formaba una cabeza, ella estaba sentada al lado suyo mirándolo con pena.
-Ya era hora de que te levantarás pequeño, tenía miedo de que el golpe que te diste fuera demasiado grave - dijo la elemental mientras nuestro protagonista se levantaba rápidamente para salir corriendo aterrado pero justo la mujer le cogió de la mano, así pudiendo sentir tanto la fuerza de esa criatura como la humedad de sus manos acuáticas - espera no te vayas por favor, aquí no queda ya nadie y solo estamos nosotros para cuidarte.
-¿Qué ha pasado? ¿Quién eres? ¿Por qué debería hacerte confianza? - dijo el niño con voz inocente mientras la miraba a esa mujer con sus ojos azules e intentando que su cuerpo casi desnudo, si no fuera por el pañuelo blanco que ocultaba sus partes inferiores.
-Lo que ha pasado es que un hombre malo ha hecho lo que no debería y ha liberado un monstruo malvado que casi destruye toda tu isla, pero por suerte ya se fue y no ha quemado toda la selva como puedes ver pero todos los que antaño vivían aquí ya no están. Ah y por cierto, me llamo Acqua y por ahora voy a cuidar de ti, ¿vale? - dijo la elemental tocando la cabeza calva blanca de ese pobre niño.
Y antes de que pudiera responder un avian negro, corpulento y con una túnica roja, salió de entre la maleza de la selva de atrás y se dirigió hacia Acqua y nuestro protagonista.
-No he encontrado mi arma, creo que la he definitivamente perdido, y no hay ni rastro de ningún hombre de Grim ni de... Oye, ¿de dónde has sacado ese crío? - dijo aquel pájaro mutante con voz potente.
-Me llamo Oda mi señor... - dijo el niño antes de que Acqua le interrumpirá.
-Es un niño que he encontrado tirado en la selva y no podía dejarlo allí... Por cierto, ¿encontraste a Plover? - dijo Acqua.
-No, ni rastro del maestro de la luz, ese maldito Grim si que nos ha dado una buena lección, menos mal que Kensho nos había dicho que lo siguiéramos después de su ida. Pero aún así pasemos de tema porque te conozco lo suficientemente bien como para saber que no vas a dejar ese niño así sin más - dijo el avian cruzandose los brazos mientras guardaba sus alas detrás.
-Por favor Columbus ten un poco de piedad, el pobre no tiene quien le cuide aquí y no es seguro enviarlo con los demás humanos porque podrían descubrir el origen de otras islas...
-Ya sabes que mi naturaleza me impide tener compasión alguna y este niño no pinta nada entre nosotros, no tiene ni siquiera un poder elemental como los nuestros...
Y fue ahí que un rayo de electricidad salió de la mano del niño, sin intención mientras él escuchaba la conversación, y el rayo cruzó justo al lado del avian que lo esquivo rápidamente. Entonces aquel maestro con plumas miró sorprendido al niño y luego a su compañera.
-¿Lo ves? Ahora sí puede porque tiene el poder elemental de la electricidad, mejor dicho según el códice eres tú quien debe entrenarlo...-dijo Acqua con voz pillina.
-Solo se escoge un maestro joven cada cien años así que se espere unos años más porque tengo todavía gente que entrenar - dijo Columbus de forma contradictoria.
-Ellos están prácticamente más que entrenados y de todas formas no puedes dejar a alguien con poderes así en medio de la nada, no con un elemento como el suyo porque va contra las normas, y de todas formas si no nos lo llevamos me chivaré a Kensho de que has perdido el arma de tus ancestros de fuego.
-Vale de acuerdo nos lo llevamos pero después dejaremos que Kensho decida que entrenamiento debe de seguir el crío - dijo Columbus después de suspirar.
-En ese caso manos a la obra, dirección el templo elemental.
Entonces Acqua creo, con unos gestos de mano, un arco del agua del océano que se creó delante de ella cerca de la orilla y a través de él se vio en el fondo otra playa con unas escaleras de piedra en el fondo.
-Nos vemos allí pues - dijo Columbus antes de envolverse en llamas y desaparecer de allí.
-Venga Oda te llevaré a un lugar más seguro - dijo Acqua cogiéndole de la mano al niño.
-¿Y si no me gusta? ¿Y si no es mi lugar? Tengo miedo a quedarme solo... - dijo Oda mirando a Acqua.
-No te preocupes, te dije que cuidaría de ti y pase lo que pase siempre te acompañaré para que nunca estés solo.
-¿Lo prometes?
-Lo prometo, y ahora saltemos.
Entonces saltaron al portal y acto seguido este desapareció de aquella isla sin dejar rastro alguno mientras que Acqua y Oda llegaban al templo de la primera orden elemental.

Los ElementalesWhere stories live. Discover now