Renacido De Las Cenizas: Capítulo 4

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Decim se sorprendió al ver esa bola de fuego estrellarse contra la granja de su madre y fue a ver lo que era.
Cuando llegó vio un ave con los ojos cerrados de dos metros aproximadamente, de plumas negras, llevaba una túnica de color rojo, poseía dos patas delanteras que parecían los brazos de la criatura y dos patas traseras que parecía ser sus piernas y tenía un agujero en el pecho el cual soltaba sangre y humo a la vez. Decim intentó acercarse con cautela hacia la criatura prestando atención a las llamas que se había encendido en los restos del techo que cayeron cerca de la pobre ave. Por suerte en los establos los animales no parecían muy nerviosos sino más bien asombrados como Decim lo estaba en ese momento, pero de repente el ave movió el pico como si intentará decir algo y Decim se acercó un poco más a la criatura malherida.
-¿Puedes hablar? - preguntó Decim.
-Acércate... Un poco... Más...-dijo el ave antes de toser.
Decim no sabía si fiarse puesto que nunca había visto ni oído hablar de aves gigantes que hablan salvo en las leyendas que corrían por el reino sobre los reinos del cielo, pero aún así se acercó hasta estar a unos centímetros de él y se puso de rodillas delante del ave. Fue entonces cuando la criatura le extendió la pata delantera que le servía de mano derecha, Decim la cogió y entonces el ave murmuró: "mefla civua not vonu treme".
Entonces el ave soltó su último aliento y las llamas consumieron en cuestión de segundos el cuerpo de la criatura salvo la túnica, aunque en el momento que su cuerpo fue consumido por el fuego entonces Decim empezó a sentir un cosquilleo en su brazo derecho y entonces vio una especie de serpentina roja escalando por debajo de la piel del brazo de Decim. El joven campesino intentó parar la serpentina de subir poniendo la mano en medio de su camino pero está continuó su camino hasta llegar a su cabeza y empezó a oír susurros combinados con el sonido típico que hacen las chispas en la chimenea mientras su cabeza le empezaba a arder y a doler como si lo estuvieran quemando el espíritu y después de unos segundos gritando de dolor, Decim se desmayó.
Mientras el joven estaba desmayado, desde su cuerpo empezaron a salir raíces de fuego que se empezaron a extender por toda la granja, los alrededores y poco después todo el mundo estaría gritando de pánico y la ciudad entera empezaría a mirar desde sus ventanas el humo negro que sobresalía por encima de las murallas mientras todos los granjeros intentaban salvarse del fuego pero el fuego se extendía muy rápidamente por todos los campos de trigo y las puertas de la ciudad no se abrían puesto que el señor de la ciudad todavía no había dado la orden de abrir el portón, después de todo las reglas son las reglas. Así pues mientras los granjeros morían por el fuego entre la agonía y el sufrimiento, Igor el señor de la ciudad se quedaba observando con ira el espectáculo que se estaba produciendo en el exterior de su ciudad.
Decim mientras tanto se despertó en un terreno de piedra rodeada de lava y humo por todas partes mientras delante suya se levantaba un volcán detrás de una fortaleza en ruinas. Decim dedujo que se encontraba en el reino del caos más exactamente en la región de Volcano, pero antes de poder levantarse el volcán empezó a soltar mucha lava de un color rojo anaranjado y que después esa misma lava se trago la fortaleza y el volcán entero pero la lava no se extendía por el río desbordando este último, sino que se elevó creando una figura monumental la cual tenía los trozos del volcán flotando por toda la lava y de sus dos lados opuestos salieron un brazo por cada lado constituido de lava mientras un agujero se abría en la parte superior de la masa uniforme de lava que hacía ilusión a una boca; Decim estaba presenciando al titan Volcano.
Decim se quedó de piedra ante aquélla criatura ancestral aunque Volcano una vez que se recompuso miró a Decim y le dijo: "ahora mi fuego corre por tus venas, ahora traerás el caos y la destrucción y meterás fin a los humanos que me han encerrado aquí. Deberás seguir mis órdenes porque no tienes escapatoria, del orden nace el caos como la luz nace de la oscuridad".
Tras esas palabras Volcano lanzó una bola de fuego a Decim y este se despertó desnudo entre las cenizas de los campos que había quemado inconscientemente, lo único que quedaba allí era la túnica roja del ave y el humo que rodeaba toda la zona. No había ningún superviviente por lo que parecía ser, ni siquiera su familia había sobrevivido, pero por alguna extraña razón él se sentía bien, se sentía bien al pensar que todos sus problemas se habían acabado, que ahora podía ser libre y escapar de aquella ciudad, que ahora no habría ningún matón que osaría enfrentarse a él, al fin podía ser feliz y tras darse cuenta de eso se puso a reír fuertemente, tan fuertemente que hasta los de la ciudad podían escuchar su risa al igual que unos jinetes que huían de la zona hacia el centro del reino.
La antigua vida de Decim entonces acabó, ahora había quemado casi todo lo que componía su pasado y había renacido de las cenizas como si fuera un fénix el cual aportaría el golpe final a la extinción de su raza.

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