Sangre Y Polvo: Capítulo 6 (final)

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Elena se despertó unas horas después en una cama cómoda en una habitación roja que poseía una ventana redonda a la izquierda donde se podía ver el mar de lava y las montañas en lo más profundo de aquel paisaje caótico.
-Buenos días, al fin te has levantado - dijo Máximo entrando por la puerta de metal del fondo.
-¿Dónde estoy? ¿Qué ha pasado? - dijo Elena sentándose en la cama.
-Digamos que Godor intentó implantar su veneno en ti para provocar un embarazo rápido pero por suerte conseguimos llevarte al castillo para darte el antídoto que Morgan tenía en su baúl, exactamente el baúl que hay debajo de tu cama.
-Entonces esto es la habitación de ella, ¿pero dónde está?
-No lo sabemos, hemos perdido su rastro. Según algunas fuentes es posible que volviera al desierto de sal porque han sucedido cosas extrañas en aquel lugar pero poco más sabemos. Por lo pronto te he traído un poco de comer por si tienes hambre - dijo Máximo sacando una fruta con pinchos hacia arriba y de color rojo.
-¿Qué es eso?
-Es una fruta dragón, se recogen en la selva negra al exterior de la región de Vulcano puesto que por aquí no hay plantas en excepción de las montañas donde está el paso del valle desolado a la selva negra.
Elena cogió la fruta y se la comió, y aunque picaba un poco tenía un sabor dulzón.
-Gracias pero tengo otra pregunta, ¿qué han pasado con los goblins? - dijo Elena terminando su fruta.
-Ellos han huido, creemos que podrían estar rehabilitando la Ciudad del Crepúsculo y es posible que incluso intenten robarles una porción del territorio a los glotones del pantano para tener tierras de las que alimentarse - aclaró Máximo.
-¿Glotones? Creía que al lado del estado de la Ciudad del Crepúsculo solo estaban los cultivos de los enanos.
-Justamente esa es la segunda noticia y es que en las montañas fronterizas del desierto de sal con la región de Vulcano había un clan de goblins que han infectado el único río de agua que había en toda la región y ese agua ha llegado hasta los pantanos donde los enanos han empezado a mutar en ranas. Según nuestro científico trasgo, podría tratarse de una enfermedad que se produce con el tratado de un material que se fabricaba en esas minas pero todavía no sabemos nada. Mejor dicho tendré que ir allí para inspeccionar la zona puesto que nunca hemos sabido de ese clan hasta ahora.
-Bueno entonces parece ser que vas a tener otra aventura, espero que esta vez no te pierdas.
-No, la verdad es que es más rápido moverse por la región de Vulcano gracias a las serpientes de magma que intentar moverse por los bosques de Atlas. Es más, no pienso volver a allí porque metí dos días a caballo mortis para llegar hasta esa montaña, y todavía subirla no era un placer que digamos.
-Bueno tal vez puedas ir a visitarme allí.
-Creía que quedrias quedarte por aquí con Tarian y conmigo.
-Es una oferta tentadora pero esa montaña es mi hogar, es muy difícil describir porque me atrae tanto.
-Igualmente te entiendo, yo también me veo mal viviendo en otra parte que en este castillo.
Entonces los dos salieron de la habitación y fueron por un pasillo corto con otras habitaciones para luego bajar por las escaleras y ya abajo encontrarse con la puerta de la sala del trono, que una vez que entraron se encontraron con la puerta principal al fondo, una mesa larga de piedra en el centro y un pequeño hombre verde con oregas puntiagudas hablando con Tarian, este sentado en su trono a la derecha, y junto a él Mudi apoyándose contra la pared jugando con su cuchillo.
-... Debería usted descansar, tal vez sea a causa de la batalla y que no ha dormido bien esta noche - dijo el trasgo lo más calmado posible.
-Lo sé pero es que no he sido el único afectado y miedo me da a que los demás aprovechen de la situación - dijo Tarian sobre su trono.
-¿Pasa algo mi rey? - dijo Máximo acercándose a Tarian antes de arrodillarse ante él.
-No nada, simplemente que mientras tú vas a ir a buscar lo que sea que habrá allí pues alguien tiene que hacer frente a Emira en el sur por lo que voy a mandar a Hex que vigilen bien las fronteras - dijo Tarian antes de toser durante unos segundos.
-No parece usted que vaya muy bien desde que volvimos, mejor dicho es curioso justamente que todos estéis así...
-¡Silencio Máximo! No necesito nada más, ¿se ha levantado tu amiga?
-Sí aquí estoy mi señor - dijo Elena haciendo una reverencia con toda naturalidad.
-Me sorprende que hayas sido la única en sobrevivir en ese maldito pueblo pero lo más curioso de todo fue cuando Máximo me dijo el nombre de tu padre. ¿Realmente eres hija de Geronimo?
-Sí mi señor, así es.
-Entonces déjame hacerte un regalo antes de tu ida - dijo Tarian y haciendo chasquear sus dedos hizo venir un dragón pequeño como los obsidiana pero de color azul - este es un dragón de zafiro, que contrariamente a los de obsidiana estos viven en el estrecho de la última luz, entre el valle desolado y la selva negra. Con este dragón podrás comunicarte con nosotros desde allí donde vayas.
-Gracias mi señor, mi padre había hablado muy bien de vos y la verdad es que estoy muy agradecida de vuestra generosidad - dijo Elena acariciando a su dragón entre sus brazos.
-Lo sé, pero ahora debéis marcharos así que afuera tenéis un dragón del humo esperando para llevaros de vuelta al hogar tanto a este increíble asesino como a ti.
Entonces Elena una vez más agradeció la hospitalidad de Tarian y se fue junto a Mudi para volver a la montaña helada donde se encontrarán con Samael para recomenzar una nueva vida anteriormente menciona. Pero igualmente, tras su ida Máximo miró a Tarian extrañado.
-¿Quién era su padre para que vos hicierais tal regalo? - dijo Máximo confundido.
-Era como un segundo padre para mí, además sé que jamás podría vivir aquí con nosotros porque he sentido su energía elementaria, quedarse aquí hubiera sido el equivalente de su pérdida - explicó Tarian volviendo a toser.
-Desde que Morgan desapareció los no-muertos no estáis igual de fuertes que antes, ¿seguro que no prefieres que me quedé para intentar atacar a las fuerzas rebeldes del sur?
-Ellos nunca nos han atacado contrariamente a nosotros a ellos por una buena razón, así que mismo si nuestra esencia desaparece ella tendrá que confrontar a los que intenten llevarse mi trono. Pero necesito que vayas allí y encuentres esos cristales porque serán lo que te llevará a la victoria.
Entonces Máximo hizo una última reverencia y se fue del castillo con su casco puesto para ejecutar su última misión.

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