Sangre Y Polvo: Capítulo 2

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Pasó mucho tiempo en la montaña helada y todo parecía tranquilo, mejor dicho era todo tan sumamente tranquilo que hasta los dragones del hielo salían de sus madrigueras para jugar entre ellos mientras que Elena y Mudi simplemente los observaba y de vez en cuando los cazaba para servirse para comer.
Aún así un buen día se oyó unas pisadas escalando por la montaña cerca de la cueva donde dormían Elena y Mudi, que este último oyó las pisadas y salió sigilosamente hasta llegar a la cima donde se escondió detrás de las ruinas. El nuevo visitante era un ángel de piel pálida y alas rojas que parecía aterrado, aún más cuando llegó al pueblo y no sabía por donde ir, pero justamente desde atrás alguien clavó una hacha a esta criatura alada que cayó en el suelo directamente.
-Buen tiro soldado, al fin hemos capturado a ese maldito enemigo del Caos - dijo un hombre con un casco ovalado que le ocultaba su cara pero no sus ojos y su boca, al igual que llevaba puesto una túnica de color rojo con unas medallas en el lado izquierdo y una capa tras suya; iba acompañado de tres esqueletos que poseían llamas en las cuevas de sus ojos e iban vestidos de caballeros.
Mudi no se lo pensó dos veces y salió de su escondite blandiendo su cuchillo mientras los guerreros esqueletos lo miraban extrañado.
-¿Qué diantres es esta criatura? Este sitio debería de estar desierto desde hace años, capturarlo - dijo el guerrero humano antes de que los guerreros esqueleto se lanzarán sobre Mudi.
El problema fue que Mudi era más ágil que aquellos esqueletos brutos y les arrancó la cabeza uno a uno con su cuchillo tras una batalla simple y corta en la cual Mudi solo tuvo que mover ligeramente su arma para partir los huesos de esos esqueletos mientras que también se defendía como un titan de los ataques. Tal proeza dejó más que impresionado al general, y cuando este intentó atacarle cayó contra el suelo pisoteado por Mudi que estaba a punto de clavarle su cuchillo pero justo Elena llegó y le detuvo.
-Para Mudi, vamos primero a saber quien es y si es mala gente lo matarás, ¿de acuerdo? - dijo Elena con calma haciendo retroceder a Mudi que guardó su cuchillo.
-¿Quién diablos sois? Esta ciudad debería de estar deshabitada desde hace años - dijo el general levantándose del suelo.
-Yo soy Elena, protectora de estas tierras, y él es mi amigo y compañero Mudi, él pobre es mudo así que no habla mucho, ¿y usted?
-Me llamo Máximo, general de la armada del caos y al servicio de Tarian el tirano - dijo el hombre quitándose el casco y mostrando una cara de un joven moreno de pelo castaño y ojos marrones.
-Un momento, Tarian murió cuando todavía era una cría y si no me equivoco fue esa misma armada que destruyó esta ciudad.
-Tarian efectivamente murió pero fue resucitado y su ira fue tan grande tras haberse dado cuenta de la traición de Igor que marchó con un ejército hasta aquí para vengarse de los seres humanos que le hicieron daño, y también fue allí cuando me rescató del castillo.
-Entonces eras de aquí.
-Era hijo de Igor pero Tarian me recogió y me entrenó para que fuera uno de sus generales de su ejército, puesto que así al menos el clan de los Lobian seguiría vivo. Así creí que era el único superviviente a la masacre hasta hoy.
-Yo me escondí en una cueva porque estaba fuera de la ciudad cuando el ejército llegó y los vi venir por el río.
-¿Y esa criatura quién es o qué es? Nunca he visto a alguien pelear de esa manera salvo a mi propio señor cuando luchaba contra los clanes de los goblins.
-Pues no lo sé, apareció en una ataúd después de un día de tormenta y tras haber asesinado a unos mercenarios enemigos míos nos volvimos aliados.
-Pues entonces tienes un excelente guardaespaldas, me vendría bien alguien así en mi ejército... Pero de la misma manera tengo que encontrar una manera de volver al reino del caos y no sé cómo lo voy a hacer sin mi escolta para protegerme de las criaturas del bosque.
-Nosotros podemos acompañarte.
-Sería bien amable de vuestra parte pero puesto que he sido yo quien os ha interrumpido buscando a ese ángel que se me escapó durante el último ataque y lo tuve que perseguir hasta aquí, creo que lo suyo sería que pagase mis consecuencias buscando yo mismo la manera de volver.
-Igualmente estamos muy aburridos aquí y nos aparece un poco de aventura, ¿cierto Mudi? - dijo Elena pero Mudi simplemente cruzó los brazos - eso quiere decir que está listo.
-Bueno está bien, bajemos de esta montaña que ya empiezo a helarme y luego enviaré un mensaje a Tarian para avisarle de mi regreso.
-De acuerdo, pero antes quiero despedirme de Drax, un viejo amigo mío.
-Espera un momento, ¿hay otro superviviente?
-No, es un gigante de las nieves que me dio refugio cuando era pequeña.
-Eso si no lo veo, no lo creo.
Entonces bajaron los tres por la montaña y llegaron a la cueva de Drax el cual dejó impresionado a Máximo tanto como cuando Elena se despidió de él hablando con la criatura. Así poco después salieron de la cueva y mientras Máximo, Elena y Mudi bajaban de la montaña helada, Drax se quedó dormido en espera del regreso de su humana y su misterioso guardaespaldas después de su viaje a los confines del reino del Caos.

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