Renacido De Las Cenizas: Capítulo 8

7 2 0
                                    

Decim y Pob se fueron por el camino hacia las montañas en dirección a el estrecho de la puerta del infierno pero Decim se sentía vigilado, como si alguien lo estuvieses siguiendo, solo que cuando se giraba no veía nada. Estuvo así durante una hora hasta que Pob saltó de su espalda y algo golpeó a Decim por detrás haciéndolo tropezarse fuertemente contra el suelo. Poco después de su caída alguien o algo puso su pie o pata sobre él mientras que Pob miraba al agresor bastante cabreado, y aunque Decim intentó sacar una llamarada para deshacerse de su agresor este no pudo al igual que Pob no conseguía escupir fuego y simplemente salía lava de su boca.
-Mientraz tenga mi arma en mano cera inútil intentar utilizar vueztroz poderez - dijo una voz femenina.
-¿Por qué nos haces esto? ¿Qué te hemos hecho? - dijo Decim tumbado y pisoteado contra el suelo.
-A mi no me habéiz hecho nada directamente pero he oído que hay una gran recompenza para aquel que traiga vivo o muerto al peligrozo criminal que quemó la Gran Ciudad del Zur y te parecez baztante a aquel que eztá en loz cartelez.
-¿Y a ti que te importa? Solo quiero ir al estrecho de la puerta del infierno para llevar a ese dragón con los suyos, el resto me da igual.
-Entoncez el dragón puede irce, tenía previzto cocinarlo pero veo que te importa baztante.
-No podrá hacerlo solo, es demasiado pequeño. Escucha, hagamos un trato, ¿te parece?
-Yo no trato con criminalez.
-Vale, pues el trato es que me llevás hasta el estrecho, dejamos al dragón con su familia y entonces podrás llevarme a donde te dé la gana, ¿trato?
Entonces la mujer soltó a Decim y le dejó que se levantará y cogiera a Pob para ponérselo en su espalda. Aunque después cuando se dio la vuelta se dio una gran sorpresa, su agresora era un saltamontes dorado con armadura de oro, un escudo de oro con un sol representado sobre ella y una espada de bronce, era más grande que Decim y tenía un par de ojos como las moscas y sobre su cabeza tenía una diadema con picos justo delante de sus dos antenas.
-Perdonadme por mi comportamiento de antez, zoy Zplite - dijo la insecto.
-Yo soy Decim, encantado de conocerla - dijo Decim haciendo una pequeña reverencia.
-Normalmente zuelo cer máz gentil con la gente pero tú erez mi zolución para miz problemaz, porque mi reino ha cido atacado por unaz avez que no noz dejan vivir en paz y por ezo nececito una ezcuza para poder negociar con el rey.
-Te entiendo, yo hubiera hecho lo mismo, ¿pero cómo has hecho para quitarme los poderes?
-Yo también tengo poderez como tú zolo que loz míoz eztán relacionadoz con la luz, ez largo de ezplicar, ¿y cómo conceguizte tú loz tuyoz?
-Es también un poco de difícil de contar, te explicaré por el camino.
Así pues Decim le contó su terrible historia a Splite mientras llegaban a el estrecho donde finalmente Decim se despidió de Pob y este, sin pensárselo dos veces, salió volando entusiasmado hacia el agujero del estrecho donde poco después saldrían otros dragones de su especie a darle la bienvenida.
-Tuz actoz zon tan noblez que me da hazta miedo de entregarte, no te lo merecez dezpuéz de todo lo que te ha pazado - dijo Splite a Decim mientras cogían otro camino para pasar la frontera de los enanos.
-Lo sé pero tú necesitas hablar con el rey para que tu reino este a salvo - replicó Decim - lo único que tendrás que hacer cuando llegues ante Tarian es que debes de ponerme unos grilletes en las manos, después tú contarás a Tarian que me encontraste intentando destruir tu colmena y después el resto lo improvisaremos según la marcha, ¿te vale?
-De acuerdo, ací haré.
Así pues finalmente Decim y Splite llegaron a la capital del reino de Atlas y cuando les dejaron pasar Decim sintió como una fuerza misteriosa que lo hizo parar un instante. Miró hacia un lado y vio a una mujer encapuchada con una túnica rojiza como la suya, el pelo negro y recogido en un moño y con los ojos marrones que lo estaba mirando, y aunque esa cara le era familiar no conseguía reconocerla aunque una cosa estaba clara, esa persona la había reconocido y por la mirada vacía que tenía no tenía pinta de que quisiese ser amiga suya, suerte que estaría dentro de un castillo lejos de todo aquel que intentará matarle.
-¿Por qué te paras? Sigue caminando gusano - dijo uno de los guardias empujando a Decim.
Finalmente Splite entró con Decim y el resto ya sabéis como fue, Decim quedó prisionero, Splite hizo un trato con Tarian y el rey hablaría con Decim para disipar sus dudas aunque Decim no se quedaría solo en su calabozo durante mucho tiempo.

Los ElementalesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora