Ángel O Demonio: Capítulo 6 (final)

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Una vez que Samael llegó a la superficie a través de un portal, se encontró en una montaña fría y helada la cual tenía polvo por todas partes y estructuras de un viejo pueblo abandonado. Samael no pudo investigar más allá puesto que cayó boca arriba contra el suelo nevado esperando a que su hora llegase. Pero tras a penas unos minutos de estar allí sintiendo como el frío lo rodeaba oyó un sonido típico de unas alas de dragón, esto lo sabía gracias a que de vez en cuando había dragones que volaban hasta su reino y los arcángeles junto a él tenían que echarlos para que no robasen los cultivos de cristales celestiales, aunque también oyó una voz de una mujer joven con unas pisadas que se dirigían hacia él. Poco después, una joven de ojos verdes y el pelo blanco vestida con ropa de piel de dragón blanco, apareció delante suya junto a una criatura vendada de arriba abajo y con una chaqueta también de piel al igual que sus pantalones. Este último hizo estremecer a Samael por alguna razón que desconocía pero no podía moverse.
-Mira quien hemos encontrado Mudi, parece que un angelito se ha caído del cielo, es la primera vez que veo uno la verdad - dijo la muchacha aunque la otra criatura solo se le quedó mirando con los ojos vacíos y oscuros casi sin vida - creo que hasta parece herido así que deberíamos echarle una mano.
-Gracias por tu ayuda pero no hace falta, moriré de todos modos - dijo Samael levantándose lentamente del suelo mientras ponía una mano sobre su herida.
-Vaya pesimista, seguro que encontraremos algo no se preocupe - dijo la joven aunque Samael se volvió a caer al suelo - ¡Ay! ¿Estás bien?
-No puedo moverme.
-Entonces deja que te levantemos y te llevemos de vuelta al cielo con el resto de tu especie.
-Solo los ángeles pueden llegar al reino de los cielos, así que si realmente queréis ayudarme coge mi espada y sujetala con fuerza.
Entonces la niña cogió la espada de Samael que se prendió en una llama blanca y le salieron a la niña tanto como a su compañero alas.
-¡Que bien! Mira Mudi ahora somos ángeles ¿no es genial?-dijo la joven entusiasmada aunque Mudi solo miraba sus alas sin decir nada.
-Ahora por favor levantarme y llevarme hasta esas nubes sobre nosotros - dijo Samael señalando un grupo de nubes que se situaban sobre la montaña.
-¿Y puedo quedarme la espada?
-No hay problema, quédatela, te será más útil que a mí - dijo Samael devolviendo la sonrisa a la niña y los dos recién nombrados ángeles salieron volando cogiendo cada uno un brazo de Samael.
Así poco después Samael y sus dos compañeros llegaron a la puerta del templo donde dejaron apoyado a Samael casi totalmente desangrado en el suelo mientras todos los ángeles acudían a su presencia. Entre los ángeles presentes un arcángel de pelo negro se acercó a Samael.
-Mi señor, ¿qué os ha pasado? - dijo el arcángel.
-Eso no importa, ¿están todos bien? - dijo Samael aún más débil.
-Sí mi señor, las fuerzas de Batara han desaparecido después del ataque a las islas elementarias pero Cordelia ha escapado según un testigo.
-Dejadla, de todas formas ella no volverá con Batara.
-De acuerdo mi señor.
Entonces Samael se puso a toser sangre y miró hacia los que le habían salvado la vida.
-Vosotros acercaros - dijo Samael a la muchacha y a la criatura - dadme vuestros nombres.
-Yo soy Elena y él es Mudi puesto que es mudo y tras haberlo encontrado también perdió la memoria - dijo la joven mientras que la otra criatura miraba a Samael.
-Pues sabed que ahora mandareis sobre Makven, la ciudad del cielo y de los ángeles y avians que habitan en él, repartiendo el orden y la paz a esta tierra bendecida. Pero antes de que me vaya quedría pedir un último favor a esa criatura tuya - dijo Samael y Mudi se acercó un poco más a él - ellos no te reconocen y yo tampoco al principio pero debes de asegurarte de proteger a tu reina como has guardado tu palabra.
Así finalmente Samael cayó muerto e hicieron una ceremonia por su muerte quemando su cuerpo pero también organizando una gran fiesta por la nueva reina de Makven.
Luego de un tiempo Elena demostró ser una reina digna de su trono controlando a los dragones que debarcaban a su reino convirtiéndolos en una nueve raza de dragones, además de que Mudi entrenó a ciertos ángeles en las artes de la lucha porque resultó ser que esa criatura tenía más talento de lo que su apariencia podía hacer pensar. Y el reino del Éter así fue progresando y acudiendo a nuevos ángeles nacidos de los anteriores y creando una raza única y poderosa además de que poco después se descubrió la biblioteca secreta del Éter y todos los ángeles pudieron ampliar sus conocimientos gracias a estos libros volviéndolos los seres más sabios del planeta. Después el culto de las sombras de la luna se desvaneció rápidamente a la falta de su precursor y siguieron una vida normal.
Así podemos concluir esta última historia del Éter que fue la última antes de comenzar la nueva era, aunque también esta concluye una segunda historia y marca una nueva era en el reino del Éter, mientras que el alma de Samael busca la paz aunque solo la encontrará cuando su hermano dé su último aliento en batalla.

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