Contracorriente: Capítulo 1

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Esta historia hablará de dos soñadores, uno que soñaba con la venganza y el otro que soñaba con la felicidad. Lamentablemente esta historia empieza bastante mal tanto para uno como para el otro pero juntos aprenderán una misma lección la cual se os será desvelada durante la transición de esta historia.
Así pues esta historia comienza en la frontera sur de la región de Vulcano con el océano, justo durante la guerra de los titanes. Y seguramente os preguntéis, ¿qué tiene de especial ese sitio además de ser un verdadero infierno?, o en todo caso yo os pongo esa pregunta, y es que allí se sitúa los pulmones del reino del caos, allí era uno de los pocos lugares que tenían plantas, más concretamente palmeras y otras plantas tropicales que se extendían por toda la costa descendiente hasta el océano. Allí podíamos encontrar especies muy raras de cangrejos, arañas, serpientes, pero lo que más característico de este lugar era los vampiros, unos seres que en este universo podían ir tanto por tierra como por agua, gracias a sus branquias que les salía cuando iban al agua, como por el aire, transformándose en murciélagos enormes parecidos a los dragones, y que solo vivían allí cazando y devorando a los seres del caos para establecer el equilibrio de la cadena alimentaria y el ciclo de la vida. Lamentablemente para ellos la guerra había empezado sin que ese pueblo de seres organizados fueran avisados. Así pues llegaron los humanos sedientos de poder y riquezas que se podían recolectar en aquel sitio y empezaron a quemar las casas, el hábitat y a los mismísimos vampiros, por parte por miedo a ellos y por querer conquistar esa zona así pudiendo tener un acceso rápido y seguro hacía el otro lado de la región de Vulcano, donde se encontraba el final de aquella selva. Entonces fue allí que nuestro primer personaje salió, un niño vampiro el cual era todavía muy pequeño teniendo solamente 80 años, osea 8 años humanos, y fue llevado junto a su madre, entre sus brazos, hasta el océano donde la madre no tuvo más opción que dejar a su hijo que la corriente se lo llevará a un sitio seguro, puesto que detrás de ella los árboles de aquella selva y las casas de los vampiros ardían mientras que se oían gritos de auxilio callados por los golpes de las armas chocandose y cortando sus obstáculos dirigiéndose a la costa para impedir que nadie escapase a aquella masacre. Pero entre esa matanza la madre dio un último beso a su hijo con las lágrimas cayendo sobre su pálida cara escondida por su largo pelo negro, y finalmente le dijo lo siguiente: "suye si sico y so sicez sacia axás" (huye mi hijo y no mires hacia atrás).
Así pues el pequeño se lanzó a las profundidades del océano y se escondió en una cueva muy profunda en la pared llena de piedras afiladas que descendía hasta el suelo marino indicando la frontera entre dos reinos distintos.
Allí se quedó durante mucho tiempo escondido en esa cueva, tal vez días, tal vez años, no lo sabía, lo único que sabía es que debía de quedarse allí alimentándose de los peces no-muertos de las profundidades que acababan enganchados en las piedras afiladas cuando se acercaban demasiado a la costa, una manera natural y eficaz que tenían los vampiros para siempre procurarse comida. Entonces un buen día vio a otra criatura que era un tiburón, pero cuando se acercó al borde de las puntas de la costa se transformó en un ser humano, un hombre con una capa de una piel de tiburón encima el cual terminaba en la cabeza del tiburón que ocultaba la cara de aquel personaje mientras que el resto era solo una camisa blanca y unos pantalones de una tela rojiza impermeable a rayas, a la excepción de su mano izquierda que tenía una marioneta de un pequeño tiburón que le ayudaba a recoger el pescado. Al principio este personaje le sorprendió a nuestro querido protagonista de esta parte de la historia, porque no había visto a alguien así en mucho tiempo, pero se recupero rápidamente y se acercó a él, puesto que después de todo le estaba cogiendo su comida.
-Disculpé pero esa es mi comida - dijo nuestro protagonista tocando la espalda escamosa, por la capa, de aquel visitante.
-Oh perdóneme mi señor, llevó un largo viaje y mi amigo y yo queríamos repostar antes de continuar nuestra travesía - dijo aquel joven que cuando se giró se dejó ver su cara humana de pelo castaño, que se le veía gracias a sus patillas que salían de la cabeza de tiburón, con la mandíbula inferior rota, que llevaba encima, y sus ojos negros como el carbón.
-¿Quién es el otro que mencionáis?
-¿No lo ves? Miralo está aquí justo a mi lado - dijo el visitante señalando a su marioneta.
-Hola vampiro, ¿cómo lo llevas? - dijo la marioneta con una voz que parecía que la del visitante tapándose la nariz pero este último no movió ni un poco sus labios.
-¡Cállate Sharkey! No te debes de dirigir a una persona de esta clase de esa manera - dijo el visitante metiendo una colleja a su marioneta - disculpale él es así desde que le di la vida y el poder de hablar, no sé realmente porque, por cierto, ¿cómo se llama?
-Mi madre me puso de nombre Sarpy en honor a haber traído unos dientes de tiburón no-muerto durante mi rito de iniciación, pero eso es otra historia que pasó hace mucho tiempo, una época que preferiría olvidar... ¿Y usted? - dijo el vampiro.
-Yo me llamó Capitán Shark y él es Sharkey, nací como un mago del antiguo rey Acuario, rey del reino del océano y protector de las criaturas del caos acuático, pero durante la guerra se hizo destronar por un seguidor de Atlas llamado Potreus y tuve que escapar con mi amigo aquí presente para buscar venganza, pero yo también preferiría olvidar esa época...
-Te entiendo, yo igualmente quiero vengarme de los humanos que mataron a mi familia, pero me he quedado dentro de esa cueva durante mucho tiempo por miedo a salir y que me encontrarán además de que no tenía ningún plan para hacerlo.
-Pues hoy es tu día de suerte porque justamente yo y mi compañero Sharpey estamos buscando una tripulación para llegar a una isla lejana en el océano donde tenemos que entregar esto a unos seguidores de mi padre para poder vengarnos - dijo el Capitán Shark sacando una perla de color azul la cual tenía en su interior una especie de bola de energía que lanzaba rayos por las paredes de cristal de aquella perla - aunque está muy lejos y nos vendría bien a alguien como tú - y se volvió a meter la perla en sus pantalones.
-No necesitamos a un maldito chupa-sangres para esta misión - dijo la marioneta.
-Pues o te callas voluntariamente o te coso la boca para que no puedas abrirla durante una semana - dijo el Capitán mientras la marioneta se decidía a girarse y a callarse - bueno entonces, ¿aceptas?
-La verdad es que es la primera vez que me encuentro a un animago de tu clase y no sé si fiarme de esa marioneta encantada tuya, pero llevo aquí mucho tiempo y no tengo ningún plan mejor así que acepto - dijo Sarpy dando la mano derecha a aquel extraño joven.
-Bien entonces manos a la obra, no hay tiempo que perder.
Y así Sarpy y el Capitán Shark con su marioneta se conocieron y formaron un equipo el cual tenía como único objetivo vengarse de aquellos que habían fastidiado sus vidas.

Los ElementalesWhere stories live. Discover now