Contracorriente: Capítulo 4

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Entonces fue ahí cuando atravesaron el portal que Oda y Acqua llegaron a una playa de una isla la cual tenía una montaña enorme con un templo en la cumbre, el cual parecía una combinación entre un templo, por el techo de piedra blanca y los pilares que la sujetaban, y una casa, por las paredes de madera con una gran puerta delante y las ventanas sin cristal que tenía detrás de los pilares. Después a este templo se le podía acceder por unas escaleras de piedra que llegaban hasta arriba aunque en medio de la montaña había un agujero con una puerta iluminada por unas antorchas, que seguramente enviarían al centro de la montaña, y abajo del todo de la montaña había otro templo solo que este era más largo y se extendía desde unos metros más lejos de la orilla, gracias a unas tablas de muelle que la sujetaba, hasta dentro de la montaña, y está su particularidad, además de ser enorme, es que tenía una puerta más pequeña y echa de roble con un signo de una hoja tallada en la puerta, además de que esta vez las paredes eran de piedra con moho por todas partes.
Aquel lugar dejó perplejo a Oda que le empezó a acudir la curiosidad aunque justo de las escaleras vio descendiendo hasta la orilla un grupo de monjes encapuchados con túnicas de diferentes colores, entre ellos rojo, verde y blanco con diferentes tonalidades; que justo delante de ellos se encontraba un hombre mayor y moreno, sin pelo, uñas largas, ojos blancos y que además de ir descalzo tenía un pañuelo blanco puesto exactamente como Oda, aunque también iba acompañado con Columbus. Una vez abajo los monjes se quedaron en la escalera y el viejo monje junto a Columbus se presentaron ante Oda y Acqua, con el señor desconocido sonriendo de oreja a oreja.
-Bienvenido Oda, déjame que sea el primero en darte una calurosa bienvenida a nuestro hogar - dijo el señor mayor - yo soy Kensho, el gran maestro jefe de la orden además de maestro de la facción del éter, y también soy el maestro elemental del viento, aunque por lo que me ha dicho Columbus, maestro del fuego y gran maestro de la facción del caos, tienes poderes eléctricos, hazme el gran favor de poder averiguarlo.
Entonces Kensho cogió una mano de Oda y cerró los ojos unos instantes antes de volver a abrirlos y soltarla sonriendo.
-Efectivamente he sentido el poder del rayo recorriendo tu corazón, así pues según nuestra tradición serás acogido entre nosotros y serás entrenado tanto por mí como por Columbus, podéis venir a saludarle aprendices - dijo Kensho y justo de entre las filas de los monjes hubo algunos que se fueron pero otros en primera fila que se quitaron la capucha y fueron a saludar a Oda con una gran sonrisa y haciéndole preguntas de todo tipo para conocerle mejor. Y lo que más sorprendió a Oda, además de que esos monjes eran bastante jóvenes como él, era que cada uno era de una especie diferente porque había tanto humanos como elfos, enanos, insectos mutantes, criaturas del agua, etc. - tú también puedes irte Acqua, una vez más gracias por tus servicios pero tu Columbus, ¿querías algo?
-Sí maestro, y es que quedría saber si está disponible el maestro del éter, Malvor, para que os reemplace en la instrucción del crío porque entre que es la primera vez que tengo que hacer algo así y que usted ya está muy mayor no sé si...-dijo Columbus aunque justo fue interrumpido por Kesho.
-Nunca debes de dudar maestro del fuego y del caos, debes de dejar llevarte por tu instinto sin miedo a afrontar nuevos retos - dijo el sabio hombre.
-Eso no es lo que me hace dudar, y es que he oído de muchos ejemplos antes que yo que sus aprendices de la electricidad perdieron la cabeza por seguir nuestro camino, algunos que hasta abandonaron la orden para unirse al resto y provocar catástrofes que se vieron durante la guerra de los titanes.
-Pero esos tiempos ya pasaron y ahora el actual rey de los humanos, por muy callado que tenga su verdadero instinto, nunca permitirá una segunda guerra como fue aquella, no por ahora, además de que justamente un maestro de la electricidad tiene que ver los dos lados de su propio ser, la teoría y la práctica, por lo que solo él decidirá que hacer con su poder y nosotros por mucho que queramos no podemos cambiar su destino, pero sí enseñarle a manipular su poder para que otros no se apoderen de él - y con esas palabras Columbus se calló y se fue mientras que Kensho daba un gesto a los niños para que se fueran, cosa que hicieron, y entonces solo quedaron Oda y Kensho - ven aprendiz, para tu primer día te voy a presentar los diferentes lugares de este sitio además de nuestra historia, nuestro código y muchas otras cosas que tienes que ver y aprender - así pues solo subieron unos escalones cuando Kensho señaló el templo de la orilla - ese es el templo de la facción de la naturaleza con gente que domina los elementos de la tierra, el agua, el aire y el bosque. No podemos entrar porque es su lugar de entrenamiento compuesto por la parte en el océano que es una piscina natural donde se entrenan los del agua, la parte del bosque, también llamados los del elemento planta, que está en el centro y es donde cuidan de las plantas como si fuera un invernadero medio laboratorio natural, la parte escondida debajo de la montaña donde los maestros de la tierra se entrenan con sus armas al igual que la paciencia, y finalmente la parte de atrás donde los maestros del aire practican con las corrientes que pasan por allí. Bueno, ahora continuemos con la visita - entonces continuaron hasta la gran puerta del medio de la montaña que estaba pintada de roja y entraron. Dentro se encontraron con otras escaleras que descendían hasta una sala donde habían unos hornos en la pared del fondo con mesas y estanterías llenas de armas de todo tipo creadas por los que estaban forjando, y en el otro lado sin embargo había una piscina de lava donde varias personas luchaban con poderes elementales. Mejor dicho justamente Columbus estaba abajo de las escaleras viendo como se entrenaban sus aprendices - este es el templo de la facción del caos donde se encuentran los maestros del caos, de la magia de sangre, del fuego, del metal e incluso de electricidad como tú; mejor dicho justo al lado de las escaleras hay unas literas donde los aprendices duermen, aunque claro no vamos a ir ahora porque les podría perturbar el entrenamiento pero vendrás aquí mañana - entonces salieron de la sala y cerraron la puerta para ir hasta el pico de la montaña donde el templo tocaba prácticamente las nubes, y cuando entraron Oda se encontró con una biblioteca enorme con escaleras en espiral sobre unas torres que subían a la parte superior, y al fondo una sala donde se podía ver literas contra las paredes y baúles debajo de cada una. También una cosa que sorprendió a Oda, además de la gente sentada en las mesas leyendo libros, el techo estaba decorado con constelaciones, estrellas y planetas que giraban en el techo como por arte de magia - y finalmente este es el templo de la facción del éter, osea para gente que controla el elemento de la luz, el éter, la electricidad, el aire o el hielo; mejor dicho podemos ir arriba para ver cómo se entrenan aunque la verdad es que es un poco tarde y yo creo que lo mejor es que vayamos a cenar y luego a dormir para mañana entrenarte.
Entonces Oda, que estaba mirando asombrado aquel lugar miro el suelo y vio un círculo dividido en cuatro partes, una era blanca, otra roja, la siguiente verde y la última negra.
-¿Qué es ese dibujo? - pregunto Oda curioso.
-Son las diferentes facciones de los elementos, cada familia elemental que existe - respondió Kensho.
-¿Y entonces cuál es la negra?
Entonces la sonrisa de Kensho empezó a bajar.
-Eso mejor que te lo explique luego porque hay una última parte que debería enseñarte. Pero primero vayamos a cenar.
Entonces todos los maestros presentes en aquella sala se pusieron en cada pared de la sala y de un aplauso Kensho hizo desaparecer las mesas de trabajo y las estanterías llenas de libros para mostrar una mesa redonda donde comer con platos cocinados sobre la mesa y platos en los lados.
-Hora de comer - dijo Kensho y todos los maestros y aprendices se sentaron en la mesa a comer aquel banquete.

Los ElementalesWhere stories live. Discover now