La Luz De La Salvación: Capítulo 2

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Al fin después de algunas semanas los aprendices de insectos aprendieron hablar y por fin estaban listos para el entrenamiento.
Como todos los años, lo primero que les enseñaron fue a correr. Cada insecto tenía su manera de correr: los que tenían alas debían correr con las alas plegadas y si no podían debían echar sus alas hacia atrás haciendo una especie de triangulo con sus alas, después los escarabajos debían rodar y los saltamontes debían de correr evitando saltar lo menos posible. Para esta prueba los escarabajos eran los que más ventaja tenían por lo que no era sorprendente que ellos aprendieran rápidamente a correr, luego las mariquitas y otros insectos voladores como ellos no tuvieron ningún problema para correr tampoco contrariamente a muchas libélulas y polillas que fueron echados tras un mes de intentos fallidos, pero después con los saltamontes ellos muchos tuvieron dificultades pero Splite, que entrenó al mismo tiempo que una amiga suya que era un ciempiés, no tuvo dificultad alguna gracias a que se fijo como los diferentes insectos corrían y ella simplemente imitó sus movimientos.
Después se entrenaron a saltar obstáculos. Para esta prueba los saltamontes tuvieron bastante más ventaja sino fuera porque los insectos voladores no podían volar en esta prueba, y es que los voladores debían de aprender a saltar obstáculos sin necesidad de usar sus alas, y los escarabajos que eran los expertos en la prueba anterior algunos tuvieron dificultades para rebotar contra el suelo y pasar los diferentes obstáculos. Así que para esta prueba las cosas se equilibraron dejando a los saltamontes prácticamente intactos en esta prueba mientras que los otros perdieron unos cuantos candidatos por el camino, para esta prueba sin embargo se excluyó a los insectos serpenteantes por falta de capacidad de saltar pero se les entrenó junto a las arañas a escalar diferentes superficies cosa que fue difícil para ambos lados.
Justamente la siguiente prueba era la de las armas, prueba en la que cada insecto debía coger el arma con la que estuviera más a gusto y luchar contra los demás, de esta prueba se escogía a los diez mejores para la última prueba y los demás eran convertidos en guerreros. Así pues en esta prueba todos estaban equilibrados, incluso habiendo algunos que no necesitaban ni siquiera arma para esta prueba, como las mantis religiosas o los escorpiones los cuales eran los más difíciles de vencer por tener una naturaleza bastante violenta. Para Splite, ella tuvo que enfrentarse a un escorpión con la ayuda de una espada de bronce. Fue una batalla dura en la que Splite tuvo que parar cada ataque de las pinzas del adversario al mismo tiempo que tenía las patas siempre listas para saltar en cuanto la intentarán dar con la cola. Mejor dicho Splite aprendió bien los movimientos de su adversario y después de varias semanas de entrenamiento duro, consiguió volcarlo de un golpe de espada en la parte del abdomen. Así pues fue clasificada entre los diez mejores.
Entonces llegó la prueba final en la que debían utilizar el polen de la flor solar, así llamada por los insectos, para crear la luz. Esta prueba era muy selectiva puesto que el polen solo escogía a uno, era lo que llamaban la llamada de la luz que se decía que la planta hacía brillar el cuerpo de aquel que fuese elegido. Así que Mariah echó el polen sobre los diez elegidos y esperaron.
Mariah estaba ansiosa por saber quien sería el o la elegido o elegida para este trabajo, pero solo el espíritu de la flor lo sabía. Veía a cada niño que había entrenado durante tres meses cerrando los ojos con fuerza, otros sudando y otros agitados preguntándose quien sería el elegido. Todos estaban así bajo la joven Splite que estaba calmada, tranquila y respiraba profundamente esperando a su momento. Mariah vio a esa joven saltamontes y se sorprendió a verla tan tranquila, se quedó incluso con la mirada fija en ella sin saber como ella podía mantener esa calma entre tanto ajetreo. Estaban tan concentradas cada una en lo suyo que cuando la piel de Splite se volvió dorada, no se dieron ni cuenta. Sin embargo después despertaron mutuamente de su trance y vieron a todos los presentes que aplaudían a Splite así como los insectos que pasaban por allí. Y ese mismo día se celebró un banquete de frutas, peces, jabalíes y otros manjares variados en una de las plazas construidas por los insectos y allí bailaron, cantaron y comieron en honor a la nueva guardiana de la luz. Todos lo celebraban salvo Mariah y Splite. Mariah no lo celebraba puesto que debía anunciar esta noticia a su reina mientras que Splite simplemente se quedaba sentada en una piedra lejos de la plaza, de las casas con formas redondas y de los agujeros que servían como casas de las paredes de aquella gran mina y ciudad. Ella simplemente se quedaba en una cuesta y observaba la luz de la luna entrando por la gran puerta la cual no podría salir hasta que se le diera una razón importante y fundamental para pasar por allí.

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