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Comenzaba a creer que mi vida había sido planeada de manera amarga para ser todo lo contrario a un cuento de hadas, tal como si pintaran un cuadro con un viejo y desgastado pincel que ya no hacía su labor como la primera vez. Y a pesar de que estaba bien no estar bien, prefería lo que sea menos esto, estar pasando por esta situación o ponerse en mis zapatos era algo desfavorable para cualquiera. 

Jungkook estaba hablando con Namjoon al momento de voltear a verme, éste le informaba que habían llamado a mi celular desde la escuela de mis hermanos para decirle que fuera urgentemente al hospital porque Hoseok se había golpeado la cabeza, de tan solo pensarlo e imaginarme a mi hermano tirado en el suelo, al borde del desangre, porque según los profesores había perdido mucha sangre, solo hacía que quisiera morirme de una vez.

Había pasado alrededor de una hora desde que llegamos al hospital, y no paraba de caminar de un lado a otro mientras mordía mis uñas con ansiedad, despeinaba mi cabello en ocasiones y lloraba con desesperación en otras. Me sentía como en el propio infierno mientras esperaba alguna novedad de los doctores, pero todos los que se acercaban tomaban caminos diferentes a último minuto para informar a otras familias de otros pacientes.

Mi corazón latía tan rápido como nunca antes, rezaba incontables veces por la salud de Hoseok y porque lo que tuvieran que decirme fuera algo bueno, de lo contrario estaría totalmente acabada. 

Jungkook junto a Namjoon y Yoongi, Jeongin, Inha e incluso Seokjin y Jimin estaban aquí. Las muchachas me convencieron en sentarme junto a ellas para tratar de calmar mis nervios y regular la ansiedad que me carcomían, ocuparon ambas de mis manos con las suyas y también acariciaban mi espalda brindándome un consuelo que daría lo que fuera por sentir mejor, pero por mucho que trataba, no era suficiente. 

—Maldita sea, ¿cuándo nos dirán algo? —Yoongi soltó impacientemente caminando para ver si algún doctor se acercaba.

—Noona, ¿dónde está Hoseok? —Taehyung se acercó a mí con semblante triste.

—Lo están revisando, ya pronto estará con nosotros, no te... no te preocupes —lo atraje hacia mi cuerpo para rodearlo entre mis brazos y reprimir inútilmente las lágrimas sobre su hombro, pero de manera silenciosa para no alarmarlo. Odiaba demasiado el hecho de ser la encargada en decir "no te preocupes", cuando en realidad era yo la primera angustiada aquí.

—Taehyung, ¿no quieres algo de beber? Puedo llevarte a la cafetería —Inha le dijo dulcemente y el pequeño asintió. La rubia se levantó para tomarlo de la mano y noté por el rabillo de mi ojo como Taehyung volteaba una última vez hacia mí antes de que las puertas del elevador cerraran.

—¿Tú no quieres algo? —Jungkook se agachó para mirarme mejor, colocando sus manos sobre mis muslos, justo donde tenía puesta las mías. Negué forzando una sonrisa y soné mi nariz, la cual estaba a una alta temperatura al igual que todo mi rostro por causa del llanto.

Desvié mi mirada justo cuando se acercaba otro doctor y me levanté de inmediato, sin importarme el hecho de que probablemente no había sido el que atendió a Hoseok, pero esta vez resultó ser así. Fui casi corriendo hasta él y no fueron necesarias las palabras para decir cómo estaba mi hermano, pero algo que me tenía al borde del llanto era su expresión bastante contraída.

—Me temo que el golpe en la cabeza le afectó más de lo que creíamos, porque al padecer de anemia y perder esa cantidad de sangre es un asunto grave —sentía que perdía más las fuerzas con cada palabra que decía, definitivamente esto no era lo que quería escuchar —Su corazón se encuentra dilatado debido a que es obligado a bombear más sangre de lo normal.

—¿Eso... qué significa? —Namjoon preguntó y el doctor suspiró.

—Que ha pasado a un estado más serio en la anemia dado a que su cuerpo tampoco reacciona correctamente a los medicamentos, así que lo estaremos revisando más a fondo para mantenerlos informados.

It's Always YouWhere stories live. Discover now