FINAL.

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Jungkook detuvo el auto frente a la cafetería cerrada de su tía, que había de informar, ahora no solo era dueña de una, sino también de un restaurante y un bar en los dos pisos de arriba, justo arriba del bar se encontraba una terraza que podría asegurar te dejaba ver casi todo Busan, las luces adornaban la ciudad como si fueran estrellas de colores y tomarse unos minutos para mirar desde aquí valía la pena. 

Sentí el meñique de Jungkook entrelazarse con el mío y volteé a mirarlo con una sonrisa para después pasar mi brazo por su espalda baja, recosté mi cabeza de su hombro y nos quedamos un pequeño rato así mientras contemplábamos la vista.

—¿Y esa pulsera? —mostré curiosidad por las pequeñas perlas moradas que decoraban su muñeca, era muy similar a la mía del mismo color, aquella que traía consigo figuritas de caras felices y “hope” en cuadritos.

—Ah, ¿esto? —alzó su mano —Me la hizo Hoseok.

—¿Hoseok? —asintió.

—Me la hizo cuando estaba haciéndote esa también —apuntó la mía con su mirada —Me la dio un día que estábamos los dos solos pero después la perdí —contó —Cuando llegué a Canadá y estaba desempacando mis cosas se apareció entre mi ropa repentinamente, desde entonces tampoco me la quito. 

Tomé su mano para acercarla a mi rostro y poder observarla mejor, las iniciales de su nombre estaban en dos pequeños cuadros y la mayoría de las perlas eran moradas oscuras, mientras que otras eran más grandes en tamaño y de un tono más claro. 

—Hay algo que tengo que decirte —se colocó en frente de mí —Algo que me dijo Hoseok después de que lo hospitalizaran —se pausó unos segundos hasta agregar: —Él estaba muy asustado porque no quería dejarte sola con su partida, y estaba enojado por lo débil que creía ser contra su enfermedad. 

—¿Hoseok... decía eso? —pregunté a duras penas. 

—Pero me agradeció muchas veces por haberlo ayudado la primera vez que nos vimos, que no pudo ser alguien mejor que yo porque además gracias a eso tú también eres feliz. 

Y realmente tenía razón, tal vez vacilé mucho al principio o me hice la dura con respecto al tema del amor porque según yo no existía tal cosa como “amor a primera vista”, pero la verdad era que desde el primer momento nació algo en los pasillos de aquel hospital, y a raíz de ese momento supe el poder que traía consigo el contacto visual. 

Con Jungkook pasé por un montón de escenarios que me debilitaron y fortalecieron, momentos que eran imposibles de olvidar porque dejaron huellas en mi vida en sentido de enseñanzas, y como ya lo he dicho antes, así llegara a estar enojada con Jungkook en algún punto o lo odiara por ratos, es alguien con quien no sería capaz de vivir, porque al igual que él, Jungkook me hacía sentir completa a mí también. 

—No sé qué era lo que tenía Hoseok, pero de verdad era alguien muy especial, así que muchas veces lo contradije diciéndole que era valiente y muy fuerte. ¿Y te digo otra cosa? Con él fue la primera persona con la que hablé sobre matrimonio, ¿te habrías imaginado eso?

—Para nada —negué —Solo llegué a pensar que fue con tus padres o amigos.

—Fueron los segundos y terceros, pero Hoseok era tan puro al hablarme de eso que me quedé pensándolo bastante hasta finalmente pedírtelo.

—Así que Hoseok ya te quería como mi esposo —dije con una amplia sonrisa.

—Sí —sonrió de vuelta mostrando su dentadura —Quería buscar el momento perfecto, porque sabes que han pasado tantas cosas los últimos años.

—Ni me digas —suspiré a la vez que giraba mi cabeza de lado a lado en negación —Que bueno que me lo pediste ahora, porque ¿sabes algo? Yo también planeaba pedírtelo.

It's Always YouWhere stories live. Discover now