#7

95 19 15
                                    

—Seoyeon... Hey, ¡Seoyeon! Soy yo —exhalé una gran cantidad de aire tras escuchar esa voz que me tranquilizó —¿Qué sucede? ¿Estás bien? —Jungkook se notaba bastante preocupado por mi repentino comportamiento.

Al mirar hacia la entrada de la cafetería, Geunsoo se asomaba por la puerta como si buscara a alguien, y ese alguien era yo. Cuando estuvimos a punto de hacer contacto visual, mi mente se bloqueó y me dejó completamente sola sin saber qué hacer, pero para no tomar la opción de salir corriendo, rodeé el torso de Jungkook con mis brazos y oculté mi rostro en su pecho, casi hundiéndolo en el.

—Ahora estás preocupando más —habló como si le faltara el aire, ahí fue cuando me percaté de que lo estaba abrazando como si fuera mi última esperanza de vida.

—Perdón —aflojé mi agarre separando lentamente mi rostro de su pecho, y al alzar mis ojos inconscientemente me encontré con los suyos observándome detenidamente.

Ahora sentía que escapaba de una crisis mientras me refugiaba en otra.

Sus ojos parecían hechizarme de lo encantadores que eran, apenas podía encontrar su pupila debido a la oscura tonalidad que coloreaba su iris, pero aún así eran muy bonitos, solo que tenía que dejar de verlos como si quisiera besarlos.

—Ya debo irme —repetí, tratando de ignorar mis pensamientos y evadir ahora el contacto visual con él, para eso miré disimuladamente hacia la cafetería, la entrada estaba despejada, así que ya no corría con la mala suerte de verme obligada a entablar una conversación con Geunsoo.

—Nunca me dijiste que pasaba —recordó antes de que pudiera avanzar para tomar mi propio camino —Si es que puedo saberlo –agregó.

—Cosas de exes —respondí como si nada.

—¿Así como así? No parece que hayas pasado por un ataque de pánico hace un momento —guardé silencio ante su comentario, señal de que aceptaba que tenía razón —Pero entiendo que no quieras hablar de eso, tampoco es que pueda forzarte. ¿Irás a casa ahora?

—Sí.

—Déjame llevarte —se ofreció cortésmente.

—Está bien —accedí sin vacilos, estaba considerando el hecho de que estar acompañada seria mejor, y si se trataba de Jungkook lo haría todo menos incómodo.

—No quise dejarlo así que te traje esto —alzó el café y agradecí mediante una sonrisa por tal gesto.

Me guió hacia su auto estacionado a pocos metros de nosotros y al estar dentro recibió una llamada que le bajó los ánimos, lo supuse ya que su mirada se tornó a una no muy contenta a medida que escuchaba lo que la otra persona decía a través del móvil.

—¿Pasó algo?

—Tengo que ir al hospital —explicó suspirando con debilidad.

—¿Quién es? —me atreví a preguntar con algo de timidez.

—Te lo diré solo si me dices qué te pasó a ti.

—Bien —me rendí enseguida sin siquiera saberlo, tal vez de algún modo sentía la extraña necesidad de desahogarme con alguien —Era mi... ex novio tóxico, no tengo buenos recuerdos con él, no fue como esperaba, creo que pinté muchas villas y castillas yo sola —culminé aquel corto resumen.

—Maldito imbécil —asentí ante su sinceridad —Sea lo que sea que haya pasado, estoy seguro que perdió una gran oportunidad —mordí mi labio para evitar sonreír y dejarle saber que sus palabras habían causado un efecto en mí, suerte que los gritos internos también existían —Lo mío se trata de un amigo que está hospitalizado —agregó desanimado —Su salud está empeorando cada vez más y los doctores no saben si sobreviva.

It's Always YouWhere stories live. Discover now