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Me separé lentamente de Jungkook sin quitarle la vista de encima a Yoongi, quien hacía lo mismo a mi dirección, y sin quisiera dejarme decir algo, comenzó a caminar con intensiones de cruzarnos como si no nos hubiese visto.

—Yoongi, por favor —mis palabras detuvieron sus pasos —¿Hasta cuándo vas a ignorarme? —dije, bastante dolida y con la voz frágil —Sabes que te necesito.

No se atrevió a responder nada, simplemente giró su cabeza hacia un lado dándome una perfecta vista de su perfil, y aunque solo se tratase de éste, antes podría decir qué era lo que estaba pasando por su cabeza, pero ahora, parecía que había perdido la capacidad de leerlo como solía hacerlo, lo cual me hacía de todo menos bien.

—Te necesito —repetí.

Lo escuché suspirar bajando su mentón, para luego volver su mirada al frente y finalmente seguir su caminata hacia un paradero desconocido. Quise seguirlo, pero antes de que pudiera dar un paso la mano de Jungkook ocupó la mía, haciéndome volver mi vista a él y apoyar mi rostro sobre su pecho. Su mano subió hasta mi cabeza para acariciarla con delicadeza mientras la otra seguía teniendo contacto con la mía.

Esto había sobrepasado el nivel de dolor que creí era el máximo, acostumbrarme a su ausencia era algo que nunca lograría poder hacer, así que seguiría insistiendo hasta que habláramos, sin importarme la cantidad de veces que me mande al infierno durante el proceso.

Honestamente, nunca pasó por mi cabeza estar en una situación como esta, donde Yoongi fuera en parte el responsable de mi sufrimiento, porque como mencioné anteriormente, él era el primero que estaba ahí cuando alguien más me hacía daño, era la cura para mis heridas, sin importar cuan profundas e insoportables éstas fueran. No podía decir que estaba sola, porque la realidad era que él estaba conmigo. 

Ahora, se sentía como todas aquellas heridas que había sufrido antes se multiplicaran el triple, dándome una de las peores sensaciones que jamás experimenté, luego de la enfermedad de Hoseok. 

—Hablaré con él.

—¿Estás seguro de eso? —alcé mi rostro, algo asustada por sus palabras, pero Jungkook se mostraba bastante relajado para mi gusto.

—Tiene que entender que pagarla contigo no resolverá nada, tú nunca hiciste nada malo —estableció de manera serena y prosiguió a llevar ambos de sus pulgares a mi rostro para limpiar los restos de lágrimas —Yo me encargo —agregó junto a una sonrisa, luego acercó mi frente a sus labios para dejar un beso en ésta y sonrió una última vez antes de seguir el camino por donde Yoongi se había ido.

Me quedé unos segundos más ahí parada hasta que di la vuelta para regresarme a la habitación, pero observé como Jimin venía hacia mí con intensiones de hablar, así que caminamos hacia los asientos de espera.

—Hoseok es un niño encantador —comentó de repente haciendo que volteara a verlo, pero no me devolvió el gesto debido a que tenía su mirada fijada al frente —Y muy fanático también —agregó risueño —Nadie nunca me había dado una mini clase de Los Vengadores y explicado porqué Iro Man es el mejor superhéroe.

—Siempre me deja loca cuando ve las películas —dije soltando una risita —Y las peleas que tiene con Taehyung por no coincidir con un favorito parecen infinitas.

—Ya veo —concordó —Seoyeon —me llamó luego del transcurso de unos segundos en silencio —Estaremos aquí pase lo que pase —finalmente volteó a verme.

—Gracias, por todo —rodeé su mano con las mías y sonreí dulcemente —Si no los tuviera a ustedes, todo sería mucho peor —admití asustada por tal pensamiento que fugazmente se cruzó por mi mente.

It's Always YouOù les histoires vivent. Découvrez maintenant