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Hoy el día transcurría relativamente normal, a pesar de que era otro de esos en donde el trabajo estaba más que pesado, había perdido la cuenta de las veces que fui al baño solo para mojarme la cara y suspirar en un intento de retener mis lágrimas, ya que anoche no había logrado dormir por más de dos horas, y la razón me destruía internamente de una manera que no podría describir con palabras.

Luego de que Inha y Jeongin se fueran, me quedé junto a Hoseok mientras éste se entretenía con sus juguetes, lo miraba en silencio y atentamente desde la silla a un lado de la cama, todo parecía marchar por un buen rumbo, incluso llamé a Taehyung para que pudiera hablar con Hoseok antes de que se fuera a dormir en casa de Namjoon y Yoongi. Hoseok pronto cayó en un profundo sueño al despedirse de los chicos y después de observarlo por varios minutos más, también me quedé dormida.

Pero no sentí que pasó mucho tiempo cuando el pequeño me despertó y al alzar mi mirada me quedé congelada, su rostro estaba extremadamente pálido al igual que sus labios, se notaba bastante débil y enfermo que apenas podía respirar con normalidad, cosa que me alarmó enseguida y decidí llamar a un doctor, pero cuando regresé a la habitación, Hoseok yacía desmayado con su nariz sangrando de forma imparable.

Intenté despertarlo aunque no reaccionaba y retiré algo de sangre con mis dedos para evitar que todo empeorara, pero más bien parecía ser en vano porque seguía saliendo y saliendo. Cuando llegó el doctor junto a un grupo de enfermeros, me vi obligada a abandonar la habitación con el rostro empapado de lágrimas y las manos llenas de sangre.

Decidí contactar a Namjoon buscando torpemente su nombre en el historial de llamadas, puesto que mis manos temblaban y apenas era capaz de sostener el aparato o incluso mantenerme en pié. No pasó mucho tiempo cuando éste se apareció entre los pasillos corriendo hacia mí, que me encontraba caminando los mismos con impaciencia e intranquilidad.

Su abrazo me ayudó mucho a calmar aquella ansiedad que se presentó en mí, pero cuando el doctor salió de la habitación, me volví a derrumbar otra vez.

-Logramos controlarlo para mantenerlo estable por ahora, pero es incierto como pueda reaccionar en unos días si llega a pasar otra vez. Aún no puedo decir con certeza si este tratamiento está dando buenos resultados en su cuerpo.

Esas palabras dolían como el infierno, y no paraban de dar vueltas en mi cabeza por muy distraída que me encontrara. Cada minuto que pasaba, era otro en donde rogaba que todo esto fuese solo parte de una amarga pesadilla.

-¿Estás bien? -me asusté un poco cuando Inha tocó mi hombro desde mis espaldas, cosa que la asustó luego a ella también -Tranquila.

-Estoy pensando demasiadas cosas ahora -comenté desanimada.

-Seoyeon... -me atrajo hacia su cuerpo en un abrazo -Él ya está mejor, y lo estará con el tiempo, Hoseok superará esta enfermedad.

No pude evitar dejar salir las lágrimas en ese momento, y agradecía que nos encontráramos en un pequeño pasillo que conducía a los baños sin nadie más a nuestro alrededor. Inha acariciaba sin parar mi espalda en un intento de consuelo, al mismo tiempo que yo me dedicaba a desahogarme sobre su hombro.

-Es tan difícil, créeme -sollocé.

-¿Te acuerdas cuando te conté que Inho se enfermó de leucemia? -interrogó de repente.

-Sí, estaba muy mal -contesté a la vez que la rubia se daba a la tarea de secar mis lágrimas.

Jeong Inho, hermano menor de Inha, actualmente era un adolescente a sus 16 años de edad, pero parecía más bien un niño atrapado en el cuerpo de un adolescente, puesto que era igual de travieso que mis hermanos, muy aventurero y amante de la adrenalina. Cuando tenía 8 años, enfermó de leucemia, cosa que dejó devastada a la familia Jeong, Inha resumió esos días como los peores por los que pudo haber pasado, ya que ver a sus padres llorando luego de mostrarle sus mejores sonrisas a su hijo era algo que la destruía por completo.

It's Always YouWhere stories live. Discover now