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—Después de venirme de Nueva Zelanda, me cambié a criminología porque era lo que me gustaba, no la carrera de letras —contaba Geunsoo, luego de que a Jungkook se le ocurriera la grandiosa idea de invitarlo a salir con nosotros.

Tenía mi mirada perdida sobre la mesa mientras trataba de ocultar las ganas de pegarle a mi novio, quien ahora era el responsable de que quisiera que la tierra me tragara, y todo porque mi ex estaba también presente.

Geunsoo se mostraba tan relajado y alegre, aún sin saber quien era Jungkook del todo, estaba tan ocupado contándonos acerca de su productiva vida que lo único distinto que hizo fue prestarme su chaqueta, cosa que no quise aceptar pero él insistió, y la cara de Jungkook me dieron ganas de reír por un segundo, pero lo tomaría como una pequeña venganza por ponerme en esta situación.

—Es una carrera interesante, tengo una prima que estudia lo mismo en tu universidad —dijo Jungkook a mi lado.

—¿En serio? ¿Cómo se llama? Seguro la conozco.

—Cha Jeongin.

—Ah —chasqueó sus dedos mientras asentía —Ya sé quien es, ella es de las mejores, todos la conocen ahí. Por cierto, Seoyeon —me llamó y dejé de absorber mi té para prestarle atención —¿Cómo están tus hermanos?

En ese momento bajé mi mentón, no sabiendo ni cómo articular la respuesta, era la primera persona que me preguntaba por ellos después de un buen tiempo, y aunque tratara de resumirlo, dolería de todos modos.

—Sería mejor que no le preguntaras eso —intervino Jungkook en tono áspero e incómodo, razón suficiente para hacerme mirarlo de forma molesta.

Cuando volví hacia Geunsoo, éste esperaba una respuesta de mi parte con semblante ligeramente confundido por la situación, mirándonos a ambos.

—¿Te acuerdas que Hoseok sufría de anemia? —asintió y yo mordí mi labio para negar, así reteniendo las posibles lágrimas que saldrían —Fue... hace tres meses —dije con la garganta doliendo, apretando el vaso de vidrio entre mis manos.

Geunsoo al principio se quedó en blanco, sin poder creer ninguna de mis palabras, así que se tomó su tiempo para poder procesarlo. Ocupó mi mano con las suyas y acarició éstas con sus pulgares.

—No me imagino lo difícil que debió ser para ti. Él era un niño muy lindo —recordó con un poco de nostalgia.

—Demasiado —concordé.

—Oh, Seoyeon, no quise... Yo no... —decía al momento de que empecé a llorar en silencio. Amagó con sus manos con intensiones de limpiar mi rostro, pero Jungkook fue más rápido y lo hizo por mí.

—No te preocupes —sacudí levemente mi mano en negación.

—Ya tengo que irme, quedé en verme con unos amigos —se levantó y por inercia hice lo mismo para devolverle su chaqueta, luego se acercó lo suficiente para darme un abrazo —Fue un gusto verte. Adiós... —se dirigió ahora hacia Jungkook estrechando sus manos, parecía que quería decir algo más, pero arrugó su rostro como si no estuviese seguro.

—Jungkook, su novio —se presentó captando su confusión, apuntándome con la mirada.

—¡Ah, vaya, que bien!

Lo observamos irse y esperé a que desapareciera de nuestra vista para darle un golpe sin mucha compasión a Jungkook en su hombro que llevaba guardando desde hace tiempo.

—Eres un imbécil con todas las letras —espeté sin mirarlo.

—Yo te pude haber prestado mi chaqueta —se arrepintió y reí seca a mis adentros, ¿sólo estaba pensando en eso nada más? —¿Estás muy enojada? —me miró pero no respondí, solo le prestaba atención a aquel vaso de té que tenía entre mis manos —Vale, lo siento —finalmente lo observé, con un semblante bastante alejado de lo contento —Mucho —agregó —Muchísimo –apoyó su barbilla en mi hombro mientras rodeó mi torso con sus brazos.

It's Always YouDonde viven las historias. Descúbrelo ahora