#60

26 5 20
                                    

—Jungkook, escúchame —fue lo primero que fui capaz de decir mientras me acercaba a él —Mírame, mírame a mí —trataba de llamar su atención, pero sus ojos se posaban solo en los dos chicos a mis espaldas —Jungkook... —supliqué jugando torpemente con mis temblorosas manos.

—¿Desde cuándo? —finalmente me miró, líquido se empezaba a adueñar de sus ojos, haciéndome sentir peor de lo que ya estaba —¿Desde cuándo, Seoyeon?

Sin previo aviso empecé a llorar en silencio, bajando un poco mi vista para así evitar mirarlo a la cara, ya no tenía las suficientes fuerzas para hacerlo.

—¡Contéstame! —atrapó mis hombros obligándome a verlo.

—Más te vale que la vayas soltando, Jeon —ordenó un frío Yoongi.

—Dime, ¿desde cuándo sabes esto? —sin embargo, Jungkook lo ignoró totalmente y mantuvo su atención en mí, esperando con desesperación mi respuesta.

—Desde... el día de la boda —respondí finalmente.

Jungkook me soltó sin delicadeza y botó aire de su boca a la vez que alzaba una de sus comisuras, desconcertado por mis palabras. Se notaba enojado, sorprendido, pero sobre todo, decepcionado de mí, y yo no sabía cómo sentirme realmente.

—Te juro que quería decírtelo, p-pero... yo... ¡Jungkook, espera! —agarré su brazo tan fuerte que tenía miedo de haberle enterrado las uñas en su capa —Estoy tan sorprendida como tú.

—¿Como yo? No creo que jamás lo estés, y no solo estoy sorprendido, estoy enojado, ardiendo por dentro conteniendo las ganas de matar a estos dos aquí mismo —su tono sonó tan áspero que me produjo escalofríos, este tono no era del Jungkook que conocía.

—Jungkook, solo... escúchame, por favor —dijo Namjoon —El accidente no fue ocasional, ni Yoongi ni yo queríamos que eso pasara, somos incapaces de hacerle algo así a una persona, créeme.

—Nunca pensé que fueras tú, ¿sabes? O sea, de todas las personas que me imaginé este tiempo, no entraste ni al caso. Y tú —señaló a Yoongi, con aquellos profundos ojos que sentía que podrían acuchillar. Soltó una risa amarga para agregar: —Para serte sincero, me llegaste a pasar por la cabeza.

—Estás muy equivocado si crees que soy un asesino que quiere verte muerto o a tus amigos, no vuelvas a decir esa mierda en mi cara.

—¿Eso no es lo que querías? —ladeó su cabeza en confusión —Porque hasta donde sé, una vez dijiste que yo debería estar en el lugar de Minseo.

Creí que ese sería el límite de Yoongi para soltar manos y arrojarle un golpe, pero él se mantuvo quieto con su cuerpo todo el tiempo, tratando de manejar la situación de la manera más pacífica posible, lo mismo con Namjoon. Ambos estaban haciendo todo para convencer a Jungkook de que nada era como parecía, pero esta frase cliché era la clave para hacerle creer al oyente todo lo contrario, así que Jungkook jamás les creyó.

Me dolía tanto verlo de esa forma, y pensar que hace 24 horas los ojos con los que me miraba eran totalmente distintos a los de ahora. Una mirada y sentía que estaba apuñalaba, se notaba hasta kilómetros lo devastado que estaba, con ganas de hacerle daño a mis amigos pero a la vez de romper a llorar aquí mismo.

Quería abrazarlo, realmente quería, pero ni siquiera dejaba que lo tocara, ya ni siquiera me dirigía la palabra, él solo me miró unos segundos que sentí como el propio infierno, lleno de furia, impotencia, pavor, decepción.

Y este momento, en el que todas mis angustias se convertían en una cruda realidad, me sentía hecha de cristal, un cristal que poco a poco iba haciéndose grietas hasta romperse en pequeños pedazos deformes. Y la persona que quería que fuera la responsable de armarme otra vez, no sería capaz de hacerlo.

It's Always YouDonde viven las historias. Descúbrelo ahora