#41

52 9 43
                                    

Pasó exactamente un día cuando me informaron que evidentemente era compatible con Hoseok para proceder con la donación, y eso era algo que me devolvió las esperanzas que creía perdidas. Pero antes de iniciar con el proceso, tuvieron que trasladar a Hoseok a otra habitación donde estaría cinco días aislado de todo para que así no enfermara y estuviera en perfectas condiciones.

Para eso tuvo que pasar por distintos exámenes que exponían un profundo estado de sus órganos y una sesión de quimioterapia, algo que con tan solo escuchar hacía que mi corazón pesara, traté muchas veces de mantenerme tanto física como emocionalmente serena durante los estudios que también me hicieron a mí, pero todo se iba a la ruina a último minuto.

Sentí que fueron un sinfín de estudios y charlas con distintos especialistas, quienes estuvieron informándome acerca de este tipo de trasplantes y como se ejecutaban, los beneficios que traía y hasta posibles consecuencias. Cada día era un doctor diferente, así que no estaba muy sorprendida con el hecho de asustarme para cuando llegara el día. Incluso fue necesario que interviniera un dietista, ya que debía comer lo más sano posible para evitar toda clase de inconveniente, lo mismo iba para Hoseok.

Hoy ya era el quinto día, y estaba feliz, pero a la vez mucho más nerviosa por el procedimiento, así que trataba de relajarme mediante respiraciones profundas y las palabras de aliento que me brindaba Jungkook.

—Hoy es el día —dije con sorpresa, como si lo hubiese olvidado por un momento, algo que podría llegar a ser chistoso ya que me encontraba acostada en una camilla desde hace alrededor de dos horas.

—Hoy es el día —repitió —Lo que estás haciendo es increíble, ¿me oyes? —acarició mi sien.

—Lo sé —sonreí mostrando la hilera superior de mis dientes  —¿Vas a estar ahí conmigo?  —pregunté un poco asustada, pero tras asentir volví a recuperar el aliento.

 —Te dije que estaría contigo. No sabes lo que tuve que hacer para convencer al doctor, suerte que tengo mis secretos  —presumió orgulloso y yo empecé a reír por primera vez en el día.

Unas tocadas provenientes de la puerta nos hizo mirar para ver de quién se trataba, y luego de que mi madre le pidiera a Jungkook si podía dejarnos a solas para hablar, éste se retiró cediendo a sus palabras, sin pasar el hecho de voltear a sus espaldas para modularme un "habla con ella".

La mujer no dijo palabra alguna mientras se adentraba lentamente a la habitación, lo que significaba que yo no me tomaría el lujo de dar ese primer paso, así que me obligaba a mí misma a permanecer paciente solo para escuchar lo que tenía que decirme.

—Esto que vas a hacer es... lo aprecio mucho, de verdad —asintió ligeramente sin dejar de mirarme a los ojos.

—Es lo menos que puedo hacer por él, Hoseok es mi hermano, le daría mi vida si fuera el caso.

—Gracias por salvar a mi hijo —dijo con sus ojos aguados y una sonrisa, a lo que yo aspiré una risita bastante endeble.

—Es lo más amable que ha salido de tu boca —solté mirando mis dedos, un poco alucinada por su repentino agradecimiento.

—Seoyeon —se acercó —Ni yo sé lo arrepentida que estoy por haberlos dejado —volteé hacia su lado contrario para sonreír de manera burlona —Sí, sé que no me crees nada, y está bien, pero quiero que sepas que de ahora en adelante trataré de ganármelos, más que todo a ti —recalcó sus últimas palabras y moví nuevamente mi vista hacia ella.

—¿Por qué no lo hiciste antes? —torcí una de mis cejas —Oh —alargué de forma irónica —No valíamos nada para ti, eras malísima en esto de la maternidad  —chasqueé mi lengua.

It's Always YouWhere stories live. Discover now