#68

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—Inha —solté a Jungkook y me acerqué a ella rápidamente, quien estaba de espaldas a mí, para tomarla de sus brazos. Inha estaba helada, sin decir palabra alguna, parecía que no reaccionaba a nada, pero la comprendía.

Solo a centímetros de nuestros pies se encontraba un cuerpo inmóvil y ensangrentado, acostado con rodillas dobladas, ojos abiertos y labios ligeramente separados. Era el cadáver de Haena, la chica a la que había ayudado hace no mucho tiempo.

No supe qué sentí al verla allí tirada en el suelo con un pecho sin movimiento, pero cabe decir que no fue una sensación para nada bonita. Estaba en pánico, y sabía que Inha también lo estaba, pero trataba de no perder el control sobre mí misma por ella, porque de alguna forma, Inha se veía mucho más traumada que yo y el resto.

Escasos minutos después de escuchar los murmuros por parte de los demás y sentir el cuerpo de mi amiga temblando entre mi agarre, Jungkook nos sacó de allí y la senté en la primera silla que encontré, ahora había comenzado a sollozar, abrazando su propio cuerpo y con su mirada puesta sobre el suelo.

—Tráeme agua —le pedí a Jungkook y fue a buscar.

—Seoyeon —volteé tras el llamado de la rubia, quien aún seguía temblando —Yo estuve... ahí —me miró —Cuando falleció, lo escuché —confesó, luego bajó nuevamente su mentón por un segundo para volver a verme —A-alguien la asesinó.

Y con eso volvió a derramar más y más lágrimas, aferrándose a mí en un abrazo que le devolví. Cuando Jungkook volvió con un vaso de agua, le ofrecí y se lo tomó con un poco de calma.

Las personas fueron yéndose después de aquel suceso, que tras la confesión que había escuchado, me dejó bastante intranquila y más preocupada, pensar que pudiera haber un asesino entre nosotros me daba escalofríos.

Cuando los tres nos fuimos a la entrada también, perdí por un segundo el balance de mi pies por lo que Jungkook me atrapó preguntándome si estaba bien, y la verdad era que no, estaba muy lejos de estar bien. No solo físicamente, sino también emocional.

Sin previo aviso, mi cuerpo expulsó todo lo que había comido y bebido en el día, estábamos en nuestro camino al auto de Jungkook, y él agarró mi cabello entre sus manos para evitar que se llenara de vómito.

En eso las sirenas de la policía empezaron a escucharse a través de la calle, y en menos de un minuto cuatro vehículos estaban estacionados frente a la discoteca, varios policías entraron corriendo hacia la puerta, mientras que otros se quedaron afuera con el grupo de personas que nos incluía a nosotros.

—¿Dónde está Seung? —preguntó Inha, mirando a todas partes —¿Dónde está Seung? —volvió a repetir, esta vez más alterada.

—Inha —Jungkook trató de tranquilizarla —Yo iré a buscarlo.

—Jungkook —intervine, dándole una mirada entre lo enojada e insegura —No podemos movernos de aquí porque ya está la policía y ellos están revisando allá adentro, es mejor que te quedes aquí —susurraba como si estuviera regañándolo, luego de haberlo jalado un poco para apartarnos de mi amiga —Además, no quiero estar cerca de Seung —hablé aún más bajo.

Jungkook no respondió luego de eso así que ahora fui yo la que le dijo a Inha que no se preocupara porque él saldría en cualquier momento. Pero honestamente no sabía qué pensar con todo lo que sucedía ahora, los gritos, el despelote de gente yéndose al mismo tiempo, y un cadáver probablemente perteneciente a una menor de edad junto a la policía no era lo que esperaba, menos si yo había estado en la escena del crimen.

—Van a tener que acompañarnos a comisaría, todos ustedes —vociferó un policía mirando al grupo de veinteañeros en la acera.

Algunos reprocharon por lo que se creó una discusión con los oficiales, pero al momento de tomar medidas grandes sacando las esposas nadie tuvo más nada qué decir. Uno de los policías se acercó a mí con intensiones de sujetarme el brazo con violencia, pero Jungkook lo evitó tomándome del mismo primero sin someter fuerzas, dirigiendo pronto nuestros pasos a la patrulla.

It's Always YouDonde viven las historias. Descúbrelo ahora