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Jungkook, como cosa rara, seguía ocupando la gran parte de mis pensamientos sin importar la hora del día, pero esta vez no de esa manera  amorosa con la cual normalmente lo pensaba. Últimamente todo lo que abarcaba mi cabeza eran sus palabras sobre lo que me dijo en el centro comercial, independientemente de cómo quisiera verlo, siempre acababa en la conclusión de que él tenía razón, tenía razón en todo.

Debía hacer algo para detener a Seung y sus constantes molestias, no es que se hubiera repetido lo de aquel sábado en la noche, pero era tan transparente con sus emociones que tan solo verlo a la cara me decía cosas de más, cosas para nada correctas teniendo una novia entre medio, y siendo ella mi mejor amiga lo hacía todo más complicado.

—¿Qué tal hoy? —dije en cuanto Taehyung subió al carro vistiendo su uniforme escolar.

—Estoy tan cansado —apoyó su cabeza del asiento —Menos mal que hoy es viernes, ¡pero no entiendo porqué los fines de semana son tan cortos! —se quejó como un bebé. 

—¿Y si hacemos una pijamada? —propuse para animarlo, recibiendo inmediato una gran sonrisa de su parte. 

—¡Sí, por favor! Extraño nuestras pijamadas.

Cada año solíamos hacer varias pijamadas cuando los estudios y el tiempo nos dejaban, sobre todo a mí que también trabajaba. Como todas las pijamadas, era un deber ver nuestros programas de tv juntos, películas, y tener montones de dulces y bebidas a la mano. Esta sería la primera pijamada sin Hoseok presente, pero estaba segura que estaría feliz de que la hiciéramos.

—Acuérdate que si pierde tu equipo tendrás que hacer algo por mí —avisó Taehyung tecleando en mi laptop.

—SÍ, como digas —saqué una mueca.

Como si fueran poco los 3 capítulos de una hora cada uno sobre partidos de deportes, a Taehyung y a Hoseok le encantaban ponerle retos a los perdedores, y ese era hacer algo por el ganador durante un día entero. No sería mi primera derrota en esto, la última vez gastaron toda mi billetera, suerte que el día anterior habíamos hecho mercado y a mí me pagaban dos días después nuevamente.

Empezamos a comer mientras teníamos nuestros ojos atentos a la pantalla, Taehyung animaba a su equipo así como yo al mío, pero para mi mala suerte, él llevaba la victoria por ahora. No parecía que fuera a cambiar, puesto que después de varios juegos a través de los capítulos, el equipo de Taehyung se llevó la victoria, otra vez.

—A sus órdenes, señor —traté de imitar un tono formal de mayordomo, pero al final terminé sonando como si quisiera lloriquear por el hecho de ser la perdedora.

—Tranquila, no tengo nada en mente, hoy solo quiero pasar tiempo contigo —estiró sus comisuras creando así una dócil sonrisa.

—Tae —sentí mis mejillas rojas por la ternura en que había expresado sus palabras, últimamente había pasado la mayoría de mis días junto a él, pero realmente no era tan mayoría ya que Taehyung iba a la escuela.

—Aunque ahora estoy pensado en maquillarte —anunció con una mirada traviesa.

—¡¿Cuál es tu afán por maquillarme?!

—Porque quedarás horrible —respondió añadiendo ironía, a lo que yo entrecerré mis ojos.

—Muy dulce de tu parte —dije como si me creyera mis palabras.

—¡Por favor, noona! Anda, ¿si? —enganchó sus brazos con el mío y lo sacudió imparablemente, con ese puchero que utilizaba para persuadirme.

Solté un suspiro concediéndole su deseo y dejó un sonoro beso en mi mejilla antes de abandonar la cama para correr hasta mi maquillaje, en estos momentos le agradecía al cielo no ser una fanática del maquillaje y tener cientos de productos por doquier, sino me arrepentiría todos los días de esto, aunque de todos modos lo haría.

It's Always YouWhere stories live. Discover now