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Me había quedado callada sin responderle nada y ni siquiera comprendía porqué aún mantenía el teléfono en mi oreja si sabía que tenía a la persona en frente. De algún modo mi mente se había quedado en blanco haciéndome entrar en un pánico interno.

—Eh... no, pero soy la hermana de los niños a los que ayudaste hace unas horas —finalmente me digné a hablar, y agradecí no haber vacilado con las palabras porque sino hubiese sido muy vergonzoso.

—Oh, ¿Seoyeon, cierto? —asentí con el pensamiento de que Taehyung ya le había dicho mi nombre cuando lo auxilió —Soy Jeon Jungkook —extendió su mano y la acepté con gentileza.

—Muchísimas gracias por lo que hiciste, de verdad —dije con alivio —No sabría qué hubiera hecho si alguien no los ayudaba —llevé mi mano hacia mi rostro cuando una lágrima comenzaba a resbalar.

—Tranquila, tenía que hacerlo, era lo mínimo —amplió sus labios en una sonrisa.

—Quisiera hacerte una pregunta, ¿de casualidad no había alguna mujer con ellos cuando todo pasó? Que fuera pelinegra y de baja estatura —le di algunos detalles con gestos incluidos pero a pesar de su pensativa expresión algo me decía que diría un no, y dicho y hecho, así fue.

—¿Por qué lo preguntas?

—Es mi madre, quería saber si estaba allí con ellos —contesté casi para mí misma debido a que salió como un susurro.

—Lo siento, pero por más que intente recordar no vi a ninguna mujer con ellos. Por cierto, ¿puedo verlos? Les dije que vendría de nuevo para ver como estaba... ¿Hoseok? —asentí haciéndole saber que había acertado.

—Claro —lo llevé hasta la sala, pero a mitad de camino recordé que estaban dormidos —Espera, ahorita no están despiertos —hice una mueca de lástima y justo en ese momento la cortina se abrió contradiciendo todas mis palabras, era Taehyung, quien parecía haberse recién levantado debido a su somnoliento aspecto. Terminó de tallar sus ojos y en cuanto vio al castaño sonrió ampliamente, expresando nada más que gusto de verlo otra vez.

—¡Hyung, volviste! —chilló emocionado, y yo no sabía cuando le había agarrado tanto afecto si no habían pasado ni 6 horas de haberse conocido.

—Así es, pequeño —le mostró una sonrisa —¿Cómo está tu hermano? ¿Está despierto? —le habló con cariño y Taehyung asintió varias veces para luego hacerle señas de que entrara, los seguí y allí estaba Hoseok sentado en la cama con semblante notoriamente aburrido, hasta que miró hacia nuestra dirección y sus ojos brillaron, o bueno, realmente no sabía a quien tenía más gusto de ver, si a mí o a Jungkook, del quien no me había percatado que cargaba consigo una bolsa de regalos.

—¡Hyung! —bueno, tal vez a él —Pensé que te habías ido.

—No podía hacerlo antes de darte esto —le entregó la bolsa y Hoseok la aceptó con encanto.

—¿Qué es esto? —husmeó con curiosidad —¡Es Iron Man! ¡Noona, mira, mira! —me mostró el muñeco muy emocionado y atiné a sonreírle —¡Muchas gracias! ¿Cómo supiste que me gustaba?

—Tú mismo lo dijiste cuando te traía aquí —soltó una ligera risa.

—Esperen, ¿de qué me perdí? —pregunté confusa al ver que estos tres probablemente habían estado en situaciones de las que yo aún no me enteraba.

Allí fue cuando finalmente Taehyung empezó a contarme lo que había sucedido con detalles, el caso fue que ambos salieron con mamá luego de rogarle incontables veces que los llevara con ella a Seomyeon, un lugar que mis hermanos realmente adoran, cuando accedió tomaron rumbo a este pero entre tanta multitud de gente ambos la perdieron de vista, luego Hoseok empezó a sentirse mal y según Taehyung sudaba más de lo normal, al desmayarse y botar una gran cantidad de sangre por la nariz el mayor llamó a mamá desesperadamente pero ella nunca volvió a aparecer, ahí fue cuando Jungkook llegó para ofrecerse a ayudarlos y traerlos inmediatamente al hospital.

También me dijo que cuando Hoseok abrió un poco sus ojos trató de mantenerlo despierto durante lo que restaba del camino mientras éste balbuceaba cosas sin sentido, pero una de esas fue que le encantaba Iro Man.

Ya finalmente en el hospital comenzaron a tratarlo con diagnósticos y mientras esperaban por los resultados Jungkook recibió una llamada que lo obligó a irse, por lo que le preguntó a Taehyung si tenían algún familiar que pudiera venir a hacerles compañía como reemplazo.

Aproveché para preguntarle a Hoseok sobre la lesión cerebral y éste me dijo que accidentalmente se había tropezado intentando alcanzar un cereal en la cocina, así que esa era la razón por la que venía preocupándome todo este tiempo, agradecía al cielo que por lo menos no pasaba a mayores.

Y con respecto a Jungkook, me di cuenta que en tan poco tiempo había logrado crear una pequeña amistad con mis hermanos, de éstos honestamente no estaba para nada sorprendida ya que si hay algo que los caracteriza a la perfección es lo extrovertidos y muy amables que son con todo el mundo, así que mantener contacto con la gente no es una tarea difícil para ninguno. Jungkook no se quedaba atrás con el tema tampoco, porque en este corto periodo de tiempo que tenía observándolo podría decir que era alguien noble y muy carismático.

Ahora que estaba sumamente en paz junto a los niños, aún sentía ese pequeño vacío entre los tres, como si faltara la última pieza del rompecabezas. Las dudas de dónde podría estar metida ahora no dejaban de dar vueltas en mi cabeza llevándome al borde de la locura, me preguntaba si los estaría buscando a ellos en estos momentos, o en el peor de los casos que no pude evitar imaginar, si se había perdido a propósito.

—Hoseok, ¿estás seguro de que te sientes bien? —pregunté por milésima vez, haciendo que el niño me diera una mirada no muy satisfecha.

—¡Noona, ya te he dicho muchas veces que sí! —exclamó algo enfadado.

—Bueno —me rendí —Pero si llegas a sentir algo de dolor no dudes en decírmelo, ¿si? El que sea, el más mínimo —lo apunté con mi índice y asintió como si fuese una estricta orden.

—Hyung, ¿también tienes a alguien aquí? —Taehyung repentinamente preguntó haciendo que un silencio se formara en el ambiente.

—Sí, a un amigo —contestó no muy convencido, lo cual me dio la sensación de que llegó a sentirse un poco incómodo con la pregunta.

—¿Y qué le pasó?

—Taehyung —intervine, diciéndole con la mirada que hubiera sido mejor no haberle preguntado eso.

—Lo siento... —bajó un poco su cabeza haciéndolo lucir más pequeño.

—No te preocupes, no hay problema —Jungkook sacudió su cabeza —Él está un poco... delicado ahora —contó, su voz se había notado un poco quebrada al pronunciar aquellas palabras.

—Espero que pronto se pueda recuperar.

—No digas eso, Tae. ¡Lo hará! —animó Hoseok, sacándole una sonrisa a Jungkook.

Cuando llegó el momento de irnos, los niños se despidieron de él sin olvidar mencionar que les encantaría verlo de nuevo, cosa que el castaño no tardó en decir un sí y que estaba dispuesto a verlos cuando ellos gustaran. Hoseok le agradeció una vez más por el detalle del muñeco y por traerlo hasta aquí y agitando sus manos nos alejamos cada vez más de él, por mi parte aproveché para agradecerle nuevamente por lo que había hecho junto a una sincera sonrisa que respondió del mismo modo y, para ser honesta, recién me daba cuenta de lo apuesto que se veía sonriendo.

Tomamos un taxi a casa y al subir a Hoseok a mis piernas no podía despegar mis brazos alrededor de él, llegando hasta el punto de pedirme que por favor lo soltara porque llegaba a asfixiarlo. Los agarré a los dos de la mano cuando bajamos del vehículo y cuando llegamos a casa inmediatamente encendieron la tv para empezar a ver su programa favorito mientras yo subí a la terraza para encontrarme con una escena que no me gustó para nada.

Allí estaba ella, junto a dos parejas más de personas con bebidas en sus manos y hasta cigarrillos en sus bocas.

It's Always YouDonde viven las historias. Descúbrelo ahora