It's Always You

#47

Me quedé un par de minutos pensando en las palabras de aquella persona, mi mente estaba vuelta un caos debido a eso, y apenas podía asimilar que realmente había mencionado "hijo" en su oración.

Me estuve preguntando quién podría ser el sujeto, pero al recordar su anillo de bodas aquel día donde Hoseok y yo nos vimos destinados a presenciar tal escena de ella negando ser mamá, todo cobraba más sentido.

Pero lo que menos cabía en mi mente era... ¿Embarazada? ¿De verdad?

Cuando le dije a Jungkook, mi voz pareció temblar, y él, al igual que yo, no podía creer semejante cosa. Me preguntaba cuándo pensaba decirme que esperaba otro hijo, y que además seguía con el dueño del bar donde trabajaba.

Más que feliz, estaba desconcertada, asombrada y algo perpleja.

—Seonmi, ¿hasta cuándo? —dijo con cansancio cuando atendí una nueva llamada.

—No soy Seonmi —solté mostrándome fría —No sé dónde está, y necesito que me ayude a encontrarla.

Estaba segura que él podría saber más que yo acerca de su paradero, ya habían compartido muchos momentos y cosas juntos después de todo.

Y para ser totalmente honesta, estaba harta de estas situaciones donde me veía involucrada por su culpa, ya no quería verle la cara ni saber más de ella, pero aquí estaba, pidiendo ayuda para dar con su ubicación solamente porque sabía cuanto deseaba Taehyung que regresara y no lo dejara como la primera vez.

Taehyung, al igual que yo, quedó bastante vulnerable luego de la partida de Hoseok, y varias veces fue hasta mamá para encontrar consuelo, no sólo conmigo. Él quería que todo fuera mejor, que las cosas entre los tres no siempre fueran grises, pero como también sabía que mamá y yo estábamos oxidadas, o más bien, ella había puesto las cosas oxidadas, tenía momentos separados con las dos.

Al menos agradecía que ella sí le brindara calor cuando él lo necesitaba, pero aún así, no sentía que le diera más que yo, una persona a quien nunca se le pasó por la cabeza dejarlo.

—Jungkook —lo llamé —Ya me voy —avisé.

Había quedado en caminar unas cuadras hasta encontrarme con aquel hombre, quien me dijo que me recogería para ir en busca de mi madre describiéndome un carro y a su persona con todos los detalles para así no perder mucho tiempo en eso.

—Quisiera ir contigo —hizo una mueca, no muy convencido en dejarme ir sola con un desconocido.

—No te preocupes, estaré bien, tú quédate con Taehyung. Yo te llamaré en cuanto sepa algo, ¿si? —él asintió resignado, y por mi parte sonreí —Gracias —dije suavemente, uniendo nuestros labios.

—Ve con cuidado —asentí, me acerqué a la puerta para colocar mis zapatos y unas tocadas llamaron mi atención antes de irme.

—Noona, prométeme que la traerás de vuelta —Taehyung pidió con ojos suplicantes y luminosos. Incliné mi cuerpo para emparejarme a su altura y acariciar su cabello con dulzura.

—Te lo prometo —besé su frente y de repente me envolvió en sus brazos.

—Hazle caso a hyung, ve con cuidado.

—Lo haré —acaricié su espalda y finalmente atravesé la puerta.

Afuera ya no estaba tan habitado, así que suponía ya eran altas horas de la noche, hacía frío, podía sentirlo aún así cargara puesta ropa para abrigarme. Llegué hasta el lugar exacto donde me encontraría con el señor, pero éste fue más rápido en reconocerme y alzó su mano para ubicarme.