#11

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-Yoongi, que no está -repetí por enésima vez viéndolo desde la puerta. Él seguía sin poder creerlo y la evidencia la tenía justo al frente, el rubio revisaba toda la habitación de mi madre desde hace varios minutos sin parar -¿Ya buscaste debajo de la cama?

-No es gracioso -soltó, finalmente dándose por vencido haciendo que rodara mis ojos.

Regresamos a la cocina y tomamos asiento casi al mismo tiempo. Noté como su mirada se tornaba pensativa mientras veía el suelo como si éste fuera una cosa extraña, yo por mi parte me dediqué a terminar mi plato en silencio y cuando lo hice escuché una risa sarcástica de su parte.

-Es increíble -chasqueó su lengua y una de sus comisuras se elevó ligeramente formando una ladina sonrisa mientras negaba en decepción -¿Ya la llamaste?

-Incontables veces pero en todas me ignoró, después solo me envió esto -busqué en mi celular la conversación y la alcé a la altura de nuestros rostros para que la leyera.

-¿De verdad? -soltó con aires de molestia -¿Taehyung y Hoseok lo saben? -asentí -¿Y cómo están?

-Mal -admití insatisfecha -Sé que será muy duro para ambos, pero quiero que sepan que no están solos en esto. Yoongi, ¿puedo pedirte un favor?

-Lo que sea.

-Sé que estaremos ocupados con la universidad, pero de verdad te necesito a ti y a Namjoon para mantenerlos distraídos -a pesar de que fuera un favor, parecía más como si le estuviera rogando con ansiedad y desespero, pero éste no dudó en aceptar lo cual hizo que le sonriera en agradecimiento.

Teniendo a ambos de mi lado estaba segura de que todo marcharía un poco mejor para mis hermanos. Namjoon y Yoongi siempre habían tenido la llave para traer risas a los más pequeños y hacer que se divirtieran un rato.

-Seoyeon, puedes hablar conmigo de esto cuando quieras, ¿lo sabes? -me miró esperando una respuesta positiva que llegó casi al instante mediante un asentimiento de cabeza -No importa si te echas a llorar, yo estaré aquí.

Y en efecto, en estos momentos quería hablar para desahogarme, quería dejar salir todo eso que tenía guardado dentro de mí ahora mismo lo cual no hacía nada más que hacerme daño sin piedad. Solo ansiaba ser escuchada y sabía que con Yoongi era la persona indicada para serlo.

-Sé que no fue la mejor mamá del mundo y peleaba mucho con ella por varias cosas, pero tampoco quería que se fuera. ¿No pudo simplemente pensar sobre sus actos y cambiar? Porque las personas pueden cambiar si se lo proponen, ¿no? -lo miré con un semblante que expresaba cuan decaída estaba en estos momentos -Supongo que el problema fue que ella nunca se lo propuso, ni siquiera lo intentó -empujé mis labios hacia adentro para relamerlos y botar un suspiro cargado de cansancio -Es como si nunca le importamos y ahora nos desechó como si nada -me alcé de hombros.

Yoongi tomó mi mano y acarició mis nudillos con suma suavidad brindándome un calidez que ni siquiera sabía que necesitaba. Apreté ligeramente nuestro agarre y me dejé caer en dirección a su pecho, donde luego apoyé el costado de mi rostro para derramar las lágrimas que ya ansiaban salir. Su brazo rodeó mi espalda y su barbilla se posicionó sobre mi coronilla, creando así el abrazo de consuelo que necesitaba desde hace varios minutos.

-Te ayudaré en lo que sea -dijo sin dejar de acariciar mi mano y espalda alta.

-¿Ya te he dicho que eres lo mejor que me ha pasado? -comenzó a reír haciendo que sus hombros se movieran.

-Todos los días, incluso me llegaste a agendar así una vez.

-¿En serio? -me separé dejando unos centímetros entre ambos -¿Cuándo?

It's Always YouWhere stories live. Discover now