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—Tu celular ha estado vibrando desde que llegamos, ¿segura no es nada importante? —dejó de besar mi cuello para mirarme.

—No, tranquilo —contesté desinteresada.

—Seoyeon, no has parado de verlo desde que lo dejaste ahí, y andas un poco distraída, ni siquiera me respondiste el te amo que te dije hace rato.

—Sí lo... hice —dije, sin estar completamente segura —¿Me dijiste eso? —pregunté desorientada, pero él solo suspiró con sudor recorriendo su rostro —Lo siento, es verdad, estoy muy distraída, pero sabes que no es necesario decirlo porque prefiero demostrártelo.

—Igual quería escucharte —habló sin muchos ánimos, cosa que me hizo querer darme un golpe por hacerlo sentir así cuando no se lo merecía.

Ignorando todo aquello que me hacía alejarme de la realidad y no prestarle atención a lo que debería, tomé su rostro bajo el mío y sonreí para él, alcancé sus labios para besarlo delicadamente y aproveché el momento de juntar nuestras frentes cuando le dije con sentimientos lo que quería escuchar.

Cuando volvimos a besarnos, esta vez llevándole la contraria a lo delicado, fue cuestión de un segundo para encontrarme jadeando bajo sus labios. Mi celular volvió a vibrar en el momento en que Jungkook pasó a estar ocupado con mi pecho, me tomé el tiempo de pensar en agarrarlo para ver al menos quién era, y eso hice.

Tenía varios mensajes de Inha y Namjoon, especialmente de Namjoon, pero no me molesté en abrirlos y lo único que hice antes de dejarlo nuevamente en la mesa fue ver la hora, eran pasada las 4 de la mañana.

Cansada de la situación, decidí ignorar todo lo que estaba molestándome y solamente enfocarme en el ahora, por lo que decidí silenciarlo. Todo lo que abarcaba mi mente era el tacto que Jungkook dejaba sobre mi cuerpo mediante sus cálidos besos, la temperatura de éste a causa del suyo, cada apretón de mano y cada movimiento.

Pasadas unas horas, abrí mis ojos encontrándome con una cama vacía, levanté mi torso quedando sentada y al mirar mi celular lo tomé para revisarlo, pero Jungkook entró a la habitación antes de que me dedicara a contestar los mensajes que había recibido anoche.

—Pero miren quién despertó —sonrió y se acercó a la cama cargando un pequeño bolso que luego me entregó —Le pedí a tu mamá si podría traerte algo de ropa, porque tú y yo saldremos hoy —anunció con entusiasmo.

—¿A dónde? —pregunté con diversión.

—Ya verás —dijo cerca de mi rostro haciéndose el misterioso, después marcó un beso en mi frente sobre mi flequillo —Te espero afuera. Por cierto, Jimin y Jin ya están abajo, ¿recuerdas que te dije que vendrían hoy?

Al mencionar a Jimin, me fue inevitable quedarme en blanco y no saber qué responderle, pero aunque me sumiera nuevamente en mis pensamientos los cuales causaban algo extraño en mí, sabía que Jungkook me miraba denotando confusión por esa reacción.

—¿Amor? —sacudí brevemente mi cabeza para prestarle atención —¿Qué tienes?

—Nada, solo creía que tenía algo pendiente en la universidad pero ya lo hice —mentí como si todo estuviese perfecto, cuando lo vi cerrar la puerta para volver con sus amigos, recosté mi espalda de la cabecera de la cama y expulsé aire en un tedioso suspiro —Mierda, Seoyeon, esta no eres tú —hablé decepcionada.

[...]

El lugar donde estábamos ahora era un club de golf y otros deportes, también tenía varias piscinas casi de tamaños olímpicos y una gran zona cerrada para beber que aún no tenía invitados a causa de la temprana hora.

It's Always YouDonde viven las historias. Descúbrelo ahora