CAPÍTULO 8

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NICOLE

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NICOLE

Tuve que tomar las riendas en el asunto y separar a la chica de aquel grupo de hombres hormonados. Aquella confesión me hizo quedar de piedra, aunque en mi fuero interno guardaba esa gran sospecha. Para colmo, mi hermana se había quedado en la mansión y no tenía ni idea de lo que estaba sucediendo.

Si ella se enteraba de que el padre de su futuro hijo había preñado a cientos de mujeres antes que a ella y que eran como un ejército de sumisas lamiéndole el culo, la pobre se caería de espaldas, cosa completamente justificada.

Ahora era mi tarea subsanar todo esto, intentando contarle lo que sabía de Sebastián de la forma menos brusca posible. Y Drogo no sabía nada.

­­­—­­ ¡Dios, que puta locura!¡Juro que cuando todo esto pase, me iré una temporada bien lejos! —Gritaba sin importarme que la mujer lobo me seguía unos pasos más atrás con la mirada puesta en el suelo. Al resto los dejé en la cabaña, esperando que Peter tomase el relevo de hombre razonable de la familia que hasta ahora lo había tenido Nicolae.

La voz de la chica me hizo disminuir el paso y girarme para mirarla. Se le veía muy demacrada, aunque con un aura feroz, de mujer valiente aun a pesar de su total sumisión a su antiguo líder. Según Antonella, había sido destituido de su cargo, por tanto, esas mujeres eran libres del yugo de Sebastián. Quizás la mujer había permanecido un tiempo lejos de la manada, no sabiendo los cambios que habían acontecido entre sus filas. Lo más probable es que lo mejor no era comentárselo, primero porque no me creería ni una sola palabra y porque generaría un conflicto completamente innecesario.

—Me llamo Beth. Gracias por intentar calmar la pelea, pero no es necesario. Es algo normal las luchas entre machos en el lugar del que provengo.

Me quedé mirándola impactada. No pude evitar que una perla saliera de mi boca, por muy agresiva que sonase. Estaba cansada de toda esa parafernalia.

—¿De qué puto siglo has salido? ¿Acaso no te han enseñado que ahora las mujeres somos libres y que no tenemos que aguantar a pelmazos a nuestro lado? ¿Y qué es eso de que todas las del clan os preñéis de la misma persona?¡Pero si hay más hombres que peces en el mar!

—No tienes derecho a...

­—¡Sí que lo tengo, maldición!¡Tengo todo el derecho a decir lo que pienso y más si es en mi casa!¡Por el momento, ese desgraciado queda fuera de la mansión, por lo que, si quieres llevártelo, le pongo hasta un lazo de regalo! ­—Le interrumpí no pudiendo más con la situación. Beth quedó enmudecida, quizás porque la idea de irse colgada de su brazo le parecía bastante atractiva. Y aunque no había sometido a votación la marcha de Sebastián, ya me las ingeniaría para lograrlo; no quería a ese hombre cerca de mi hermana.

En cuanto abrí la verja del jardín. El rostro de mi hermana apareció en el umbral de la puerta con una expresión cansada. Se sorprendió mucho al ver a Beth tras de mí, por lo que imploré a los cielos de que ambas no se hablaran demasiado.

The liberation of the beast(Is It Love?Nicolae parte IV)Where stories live. Discover now