CAPÍTULO 25

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NICOLE

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NICOLE

Una sonrisa arrogante asomó en sus labios en cuanto nos sentó en el salón para darnos, lo que, según ella, era información altamente valiosa. Mi hermana había decidido quedarse en su dormitorio al igual que Drogo y Lorie, pero el resto nos encontrábamos expectantes a lo que la señora tenía que decir.

—Que encantadora noche se ha quedado, ¿No está de acuerdo conmigo, señorita Hudson?

—Sería una noche mejor si nos contara de una vez lo que vino a decir.

Una risa escapó de su boca, haciendo temblar ligeramente sus manos amenazando con hacer caer la taza. Me recoloqué en la silla haciendo acopio y pidiendo a lo que fuera que estuviera arriba, a que esa mujer soltase prenda de una vez.

Había entrenado mi paciencia, pero mi esencia siempre sería la misma.

—No ha cambiado nada en cuanto a su impertinencia, señorita Hudson. Espero que eso sea algo que entrene además de su reciente condición de no muerto.

Aquella respuesta tensó a todos los presentes. Aquella definición no les hacía especial gracia a los vampiros, pues era como afirmar que no estaban completamente vivos, pero tampoco completamente muertos. La incertidumbre entre ambos caminos era algo con lo que lidiar el resto de nuestra existencia y eso se nos hacía muy complicado.

No necesitábamos que una bruja vieja y chocha nos dijera ese tipo de cosas a la cara.

Nicolae tomó la palabra antes que yo para evitar un enfrentamiento con esa carisma y educación que lo caracterizaba. Suspiré para mis adentros agradeciendo que interviniera.

—Señora Osborne, nos place su presencia y su visita, pero nos encontramos realmente perplejos por ello. Comprenda que nos encontramos un tanto...incómodos y nerviosos ante alguna noticia o información que nos pueda dar, ya que su naturaleza la desconocemos. Le pido con toda la educación del mundo, que se explique, por favor.

—Demasiada parafernalia para alguien tan viejo como yo. Incluso puedo decirle que he vivido más que usted y nunca he hablado con tanto puntillismo en mis palabras como lo hace usted, señor Bartholy hijo.

La mujer se puso en pie con ayuda de su bastón, echándonos a todos unos vistazos rápidos. Sus ojos mostraban inquietud; casi parecía estar buscando algo.

—Por lo que veo, no se encuentran todos los huéspedes de la mansión.

—Nuestra hermana y hermano se encuentran en sus respectivos dormitorios. No se encuentran demasiado bien para bajar—Contestó Peter. Su mano se entrelazaba con la de Madeline en señal de apoyo. Los ojos de Betty se posaron sobre ellos sin mostrar ningún tipo de emoción.

Parecía muy contrariada.

—Es una pena pues deseaba que todos se encontrasen aquí, incluyendo a tu hermana, señorita Hudson. Sé que lleva un tiempo por aquí y deseaba saludarla y presentarme como es debido. Recuerde que yo era amiga de vuestra madre.

—También recuerdo que me echó de su casa cuando le pedí ayuda—Le contesté demasiado tosca. No pude evitarlo, pero la rabia me salió despedida de la piel sin pensar en un momento lo que podría causar dicha contestación. A diferencia de aquel día, pareció tomárselo con filosofía.

—Le recuerdo, señorita Hudson, que quiso manipular mi mente para saber más acerca de las brujas que quedaban vivas. Y eso no es de su incumbencia. Si no hubiera usado sus artimañas para lograr su cometido, quizás le hubiera confiado algo de esa información.

Golpeé la mesa y de un salto me puse en pie. Recordaba el dolor de ese día, la desesperación por no encontrar a mi familia y las señales de tortura que encontré cuando pisé la mansión tras escapar del Exilio. Tan solo pedía ayuda y aquella mujer, lejos de comprender mi desespero y situación, me echó a la calle sin contemplaciones.

La fortaleza que me hizo ponerme en pie es algo que a día de hoy para mí seguía siendo un misterio. Y ya estaba harta de formalidades.

—¡Mi familia estaba en peligro! ¿Qué hubiera hecho usted en mi situación? ¿Aceptar que nadie va a ayudarla? No me gusta usar artimañas de ese tipo por mucho poder que ahora tenga. Y por si no lo sabe, no tenía intenciones de seguir viviendo pues tenía una enfermedad terminal. Fui salvada sin pedirlo, por lo que si estoy en pie hoy día es por los míos. Mi egoísmo ahora no se enfoca en mí misma sino en aquellos que considero míos. Y juro por todo lo que quiero que haré lo posible por conseguir protegerlos a todos de cualquiera que se nos ponga por delante. Y si antes no nos ayudó, no entiendo qué cojones hace en esta puta casa, ¿Quiere seguir restregándonos que tiene información valiosa para nosotros y que no nos la va a dar? Le diré algo: en esta guerra, todos somos soldados señora y más le vale que colabore porque si no todos quedaremos bajo tierra de forma literal. No espero que seamos uña y carne, pero al menos, sea útil no a los Bartholy, no a los Hudson, sino a todos los seres sobrenaturales que poblamos el mundo. Si esto se descontrola, nadie sabe cómo cambiará nuestra historia.

La sala quedó completamente silenciosa y el rostro de aquella mujer había palidecido de forma que sus ojeras ahora mostraban un tono violáceo típico de las personas que apenas descansan bien. Ahora que la miraba de cerca, podía ver signos claros de fatiga y el tembleque de las manos con las que sujetaba su bastón. En su cuello varias marcas en forma de cicatriz se quedaban ligeramente al descubierto por encima de su pañuelo y en sus dedos, marcas rojizas manchaban su arrugada piel. Estaba claro que esa señora había recibido serias heridas hacía tiempo y el hecho de saber que había vivido más que Nicolae, me hacía replantearme cuánto podían vivir las brujas.

Madeline fue la que caminó hasta Betty, tomándola de los hombros con suavidad, quedando de espaldas a mí. Nicolae me miraba con un rostro preocupado, pero para nada se mostraba contrariado a las palabras que le había dicho a esa mujer. La voz de Madeline era dulce pero imponente:

—Señora Bethany Osborne, mujer perteneciente a uno de los clanes de brujas más importantes de la historia,usted podría ser nuestra salvación. Una aliada tan importante y con tan grandes cualidades no podemos dejarla pasar. Sería un enorme honor que nos preste su ayuda, por pequeña que sea. Se lo suplico en el nombre de todos los no humanos que poblamos el mundo. Deseamos proteger no solo a nuestra familia o a nuestra especie, sino a todos. Deseamos la paz por encima de cualquier cosa. No queremos hacer daño a las suyas pues ya pasaron por su calvario. Comprendo que si alguna bruja queda viva aun aparte de usted, no desea revelar esa información, pero créame que no vamos a usarla en su contra. Se lo pido por favor, ayúdenos Bethany.

Los ojos de la mujer se llenaron de lágrimas, derrumbándose ligeramente ante las palabras de Madeline. No sabía qué demonios había tocado en aquella bruja, pero parecía más que efectivo. Con ayuda de su bastón, volvió a su asiento sin mirarnos a ninguno de los presentes y comenzando a hablar para deleite de todos.

—Esta es la primera vez en mucho tiempo que alguien me llama por mi nombre completo. Y es irónico que de ella quisiera hablaros cuando venía de camino a la mansión. Niña, removiste muchos sentimientos y recuerdos que quise tapar con los años y la indiferencia, pero eso no siempre es malo. Mi querida amiga, es de ella sobre la que voy a contaros una historia.

The liberation of the beast(Is It Love?Nicolae parte IV)Where stories live. Discover now